DE RECLUSO A FUNCIONARIO
Eduardo Rocha estuvo tres años preso en Estados Unidos por tenencia de drogas. Quiso suicidarse y en prisión se descubrió en la fe cristiana evangélica. Al regresar deportado a Uruguay, inició su carrera hasta ordenarse en las Asambleas de Dios. Regresó a EE.UU. en 2012, luego de que el Departamento de Estado le otorgase un perdón. Desde entonces trabaja como capellán en el penal de máxima seguridad de Nashville.