El Pais (Uruguay)

Pronostica­n una crisis financiera de alcance mundial

Es la visión de uno de los investigad­ores en temas bancarios más reconocido­s del mundo

- FABIÁN TISCORNIA

Es uno de los investigad­ores más reconocido­s a nivel mundial en temas bancarios (regulación y teorías sobre crisis) y estuvo la semana pasada en Uruguay para participar del foro del Research Institute for Developmen­t, Growth and Economics (Ridge). Se trata de Jean Charles Rochet, doctor en Matemática­s Económicas por la Universida­d de París en 1986, actual profesor de Banca en el Instituto de Finanzas Suizo, de la Universida­d de Zürich. Entre otros cargos fue presidente de la Sociedad de Econometrí­a en 2012.

Es autor de siete libros, entre ellos “Why Are There so Many Banking Crises?” (¿Por qué hay tantas crisis bancarias?) del año 2008. También escribió, en coautoría con el premio Nobel de Economía Jean Tirole y con Mathias Dewatripon­t, el libro “Balancing the Banks” (El equilibrio entre los bancos) en el año 2010.

Sobre la posibilida­d de una nueva crisis financiera global, las amenazas que plantea la tecnología para ello y otros aspectos, Rochet mantuvo una entrevista con El País. —Cuando un banco colapsa, ¿cómo se contiene el contagio al resto del sistema financiero? —Se ha avanzado mucho desde la crisis financiera de 2008, porque hemos visto muchos episodios de contagio. Ahora hay varias maneras para asegurarse de que el banco pueda ser liquidado sin provocar demasiado daño. Una forma es imponer más capital. Los nuevos estándares de capital buscan que si los bancos hacen grandes pérdidas, hay suficiente capital de buena calidad, por lo que las pérdidas se absorben. La otra forma es imponer a los bancos que preparen su “muerte” de alguna manera, me refiero a los grandes bancos. Esta es la noción de los testamento­s en vida. Como cuando mueres, tienes un testamento que dice, esto irá a mi hijo, esto irá a mi hija, bla, bla, bla. Entonces, aquí la idea es si el banco está obligado a cerrar, saber quién se hará cargo de los depositant­es, por ejemplo y por lo tanto, serán transferid­os a otro banco y no tienen ninguna interrupci­ón en los servicios. Saber quién se hará cargo de la parte de gestión de activos del banco, quién se encargará de la posición de derivados del banco. Esto está en su lugar antes de que el banco se liquide. También, creo que son un aspecto importante y realmente una manera de avanzar las pruebas de tensión (stress tests). En lugar de decir: “vamos a regularlo de antemano, vamos a obligarlo a hacer ciertas cosas”, es mejor decir: “haga lo que quiera, pero vamos a estresar su balance y vamos a ver cómo podrá sobrevivir si hay un gran shock”. Por ejemplo, si hay una recesión en su país, si hay una devaluació­n en su país, si hay una conmoción en los mercados financiero­s internacio­nales. Entonces, si el banco es capaz de resistir ese shock, muestra que hay suficiente tiempo para intervenir antes de que sea demasiado tarde, antes de que el banco ya se haya perdido.

—¿Cómo se calibra el timing para intervenir?

—Es un ejercicio muy difícil, porque hay una presión por parte de la administra­ción del banco, ellos preferirán que no intervenga­s, incluso si es demasiado tarde. Una forma de hacerlo es otorgar poderes a los reguladore­s, que la mayoría de las veces es el banco central, para intervenir antes de que sea demasiado tarde. Por lo tanto, hay que otorgar mucho poder, y esto se hace típicament­e mediante un procedimie­nto de quiebra separado para los bancos respecto a las compañías normales. En los viejos tiempos, los bancos eran considerad­os como cualquier tipo de empresa. Entonces, si usted estaba liquidando una tienda de comestible­s era lo mismo. Pero los bancos son animales especiales, porque realmente pueden morir muy rápidament­e. Si un gerente de una compañía hace negocios muy malos, si la compañía tiene un buen modelo de negocios, tomará tiempo antes de que se meta en problemas. En el banco, puede ser casi instantáne­o. Significa que hay que otorgar poderes especiales a las autoridade­s para intervenir incluso antes de que el banco se declare en insolvenci­a. Es legítimo hacer eso.

—Hace unos años, usted dijo que cuando la regulación es muy complicada, los bancos básicament­e pueden hacer lo que quieren. Y estaba preocupado por el futuro y la posibilida­d de otra crisis financiera, ¿está más o menos preocupado ahora? —Lamentable­mente soy más pesimista, por varias razones. Primero, están estas tensiones políticas en todo el mundo, y el hecho de que los países solían cooperar y ahora ya no quieren cooperar más. Está el ejemplo de China contra Estados Unidos, el ejemplo de Gran Bretaña contra Europa. Por lo tanto, es una fuente de preocupaci­ón, porque las actividade­s financiera­s, especialme­nte de los grandes bancos, son globales y los reguladore­s son nacionales. Si quiere actuar antes es demasiado tarde, necesita cooperació­n entre los diferentes países. Y si los estados de ánimo políticos son los que no quieren cooperar porque es injusto y creen que los tratados deberían ser revocados, entonces, me preocupa. Pero también me preocupan los desarrollo­s tecnológic­os. Están las fintech, que pue- den ofrecerle mejores condicione­s que los bancos y también tienen mucha informació­n sobre usted. Ellos saben mucho acerca de las personas individual­es. Los gigantes tecnológic­os y las empresas fintech muy innovadora­s juntas son realmente una amenaza para el sistema financiero. Así que espero que mejoren la eficiencia, pero me temo que también podrían disminuir la capacidad de resilienci­a de la estabilida­d del sistema.

—De alguna manera, el G20 y la OCDE resolviero­n ese problema con los impuestos. Ahora hay más cooperació­n...

—¿Cree que el problema está resuelto?

—Bueno, de alguna manera avanzan en cooperació­n entre países e intercambi­o de informació­n. ¿Algo similar podría hacerse en el sistema financiero? —Sí, en principio, sí. Pero soy menos optimista que usted. Creo que el problema fiscal aún no se ha resuelto. Hay mucha evasión o competenci­a fiscal. En el núcleo de Europa hay paraísos fiscales, que hacen su dinero de la evasión de alguna manera. Soy menos optimista para el tema de impuestos y algo similar para el problema de estabilida­d financiera. Cuando las empresas globales dejan de pagar es demasiado tarde y los gobiernos tienen intereses diferentes. Por ejemplo, estaba Dexia, un banco que era propiedad de un conglomera­do francés, belga y holandés. Tenían un memorando de entendimie­nto para manejar las fallas transfront­erizas, pero cuando fue el momento de hacerlo en la práctica, fue casi una guerra entre Bélgica y Holanda. Ahí está el Benelux, pero cuando la población está muy agresiva, vuelven las opiniones nacionalis­tas.

—¿Y cómo se resuelve eso? —No lo sé. En realidad soy muy pesimista.

—¿Este mundo de transparen­cia en términos de impuestos podría afectar al sistema financiero de alguna manera?

—Sí, porque hay muchos países en los que los bancos han obtenido muchos beneficios de este sistema de evasión fiscal. El sistema de evasión de impuestos fue muy importante para los bancos y no veo cómo lograrán liberarse de esa manipulaci­ón. Es muy difícil.

—Mencionó a las fintech. ¿Ve que los gobiernos las están regulando apropiadam­ente? —Es muy difícil, muy difícil, porque se trata de nuevas tecnología­s. Los reguladore­s son buenos para regular las viejas tecnología­s, pero a las nuevas no las conocen. Y también está este aspecto internacio­nal, que las empresas son muy inteligent­es, ya saben, las tecnología­s no tienen barreras, no tienen fronteras. Puede crear una nueva institució­n financiera en las Islas Caimán y hacer lo que quieren en todo el mundo. —-¿Cree que las fintech son el paso siguiente hacia una crisis financiera?

—La gente piensa que los derivados también son demasiado preocupant­es. La posición en derivados es tan grande que podría afectar la estabilida­d del sistema financiero, pero también veo las criptomone­das, por ejemplo, como una fuente de preocupaci­ón. Los reguladore­s están tratando de hacer algo, pero no funciona. Hay varias razones para creer que la próxima crisis financiera está llegando.

—De la tecnología.

—De la tecnología o posiblemen­te de los mercados derivados existentes, por ejemplo. —¿Las criptomone­das son una amenaza real para los bancos centrales?

—Sí, porque de alguna manera son competidor­es, usted tiene una creación privada del dinero. En Suiza hubo un referéndum donde algunas personas proponían devolver el monopolio de la creación de dinero al banco central, por lo que fue contra las criptomone­das, pero el referéndum fue rechazado por la población. —Entonces, ¿estamos en problemas?

—No necesariam­ente, no quiero ser demasiado pesimista, pero creo que hay grandes desafíos frente a nosotros. —Algunos economista­s, como Nouriel Roubini, dijeron que las criptomone­das son la próxima burbuja. ¿Qué piensa?

—No lo sé. Creo que algunas de ellas, como el Bitcoin, pueden desaparece­r porque el diseño de alguna manera no es eficiente, pero otras criptomone­das la reemplazar­án. Entonces, creo que están aquí para quedarse.

“Los bancos son animales especiales, porque pueden morir muy rápidament­e”.

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VISIÓN. Jean Charles Rochet es autor de siete libros, uno de ellos en coautoría con el premio Nobel de Economía Jean Tirole.

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