En contra de restablecer la pena de muerte
▃ Jair Bolsonaro descartó ayer domingo cualquier discusión sobre el restablecimiento de la pena de muerte en Brasil, luego de que su hijo, el diputado Eduardo Bolsonaro, se mostrara favorable a someter el tema a un referéndum en una entrevista con el diario O Globo. “Este diario afirmó en grandes titulares que la pena de muerte sería discutida durante mi gobierno. No sólo tiene que ver con una cláusula irreformable de la Constitución sino que (su restablecimiento) no formó parte de mis promesas. El tema está cerrado”, dijo Bolsonaro en Twitter.
Maduro a la asunción, y también colgó la “respuesta oficial” de Venezuela.
“El Presidente @Nicolasmaduro jamás consideró asistir a la posesión de un gobierno como el de @jairbolsonaro”, escribió Arreaza en Twitter.
En la comunicación enviada por Caracas a Brasilia, el canciller destacó en un cuadro marcado en rojo que “el Gobierno Socialista, Revolucionario y Libre de Venezuela no asistirá jamás a la toma de posesión de un presidente que es expresión de la intolerancia, del fascismo y de la entrega a intereses contrarios a la integración latinoamericana y caribeña”.
En la entrevista publicada ayer domingo, Eduardo Bolsonaro aseguraba que “para ciertos tipos de crímenes, como los asesinatos premeditados, es necesario un castigo que esté a la altura”. “Si la persona tiene conciencia de lo que hace, creo que sería una medida bien propicia de ser sometida a referéndum”, afirmó el legislador de 34 años, reelecto con un número récord de votos en octubre pasado.
Eduardo Bolsonaro se declaró también favorable a la pena capital para los traficantes de drogas, como sucede en Indonesia, país que visitó en 2017.
Bolsonaro salió anoche a respaldar a su futuro canciller ante la reacción venezolana. “Naturalmente, regímenes que violan las libertades de sus pueblos y actúan abiertamente contra el futuro Gobierno de Brasil por afinidad ideológica con el grupo derrotado en las elecciones, no estarán en la investidura”, afirmó Bolsonaro en sus redes sociales.
Tradicionalmente, los jefes de Estado sudamericanos son invitados a la investidura de los presidentes de la región.
Por ejemplo, el presidente Tabaré Vázquez ya confirmó que asistirá a la asunción de Bolsonaro el 1 de enero.
En esa ocasión, el parlamentario solicitó visitar, sin obtener el permiso, el complejo penitenciario de la isla de Nusakambangan, donde dos brasileños fueron ejecutados en 2015 por narcotráfico. “Allá (en Indonesia) esa política funciona. Cuando uno se pasea por las calles no ve a nadie fumando marihuana o usando ningún tipo de drogas”, dijo. “Los traficantes, los políticos que desvían fondos destinados a la salud... Hay muchos crímenes que implican la vida de los demás y para los cuales se podría estudiar la aplicación de esta medida (la pena de muerte)”, aseguró.
Por su lado, el presidente Argentina, Mauricio Macri, que no viajará, acordó con Bolsonaro reunirse el 16 de enero en Brasilia. “Hace un momento hablamos con Jair Bolsonaro por teléfono. Acordamos encontrarnos el 16 de enero en Brasilia para empezar a trabajar juntos en esta nueva etapa”, expresó Macri la semana pasada en su cuenta de Twitter. El ministro de Exteriores argentino, Jorge Faurie, representará a Macri en la asunción de Bolsonaro.
El tema de Venezuela podría estar presente esta semana en Montevideo, cuando mañana martes se reúnan los presidentes del Mercosur.
En esa cumbre Uruguay le pasará a Argentina la presidencia pro tempore del bloque.
Venezuela está suspendida del Mercosur, de conformidad con lo dispuesto en el Protocolo de Ushuaia sobre el compromiso democrático en el bloque. ( Ver página A4)
Maduro, por su parte, jurará para un segundo período hasta el 2015 el 10 de enero, tras haberse adjudicado la victoria en las cuestionadas elecciones de mayo pasado, no reconocidas por Estados Unidos, la Unión Europea y buena parte de los países de América Latina. A esas elecciones no se presentó la oposición.