Olor a viejo
El Frente Amplio (FA) tiene cuatro aspirantes a la candidatura presidencial de la coalición. Son, se dice, los rostros de “la renovación” de la izquierda uruguaya.
Veámoslos. Uno de ellos es el economista Mario Bergara, quien integró el equipo económico del contador Danilo Astori desde que el FA llegó al poder. ¿Es el candidato de Astori? No. Los que saben dicen que el padre de su candidatura es el expresidente José Mujica. En sus declaraciones es quien exhibe la mayor capacidad de autocrítica respecto de los errores cometidos por la coalición en el gobierno. ¿Cómo le va con eso? Solo tiene el apoyo de “Banderas de Líber”, un sector muy minoritario del frenteamplismo moderado. Las encuestas dicen que va cuarto, cómodo.
El tercer lugar correspondería al comunista Óscar Andrade, verborrágico sindicalista de la construcción que propone subir aún más la carga tributaria a las empresas para poder distribuir mejor la riqueza entre los trabajadores. ¿Y qué va a pasar cuando las empresas, ahogadas por tanto impuesto, bajen la cortina? Bueno, él cree que el Estado puede hacerse cargo de todo. Que Marx sigue siendo el camino y que todo se resuelve con la lucha de clases.
El primer y el segundo lugar se lo disputan la aún ministra Carolina Cosse y el intendente de Montevideo, Daniel Martínez. Todo indica que uno de ellos dos será la cara de “la renovación” de la que el FA tanto habla. Cosse pide el voto para construir “un futuro asombroso”. Su adversario se presenta como el líder de “un nuevo impulso” para la izquierda uruguaya.
Pero cuando hablan, tanto Cosse como Martínez no pueden disimular el olor a naftalina que caracteriza al discurso del FA. Hablan de futuro, pero con la mirada clavada en un pasado del que no se pueden soltar.
La pasada semana, consultada en el programa “En la Mira” de VTV, Cosse sostuvo —sin que se le alterara el peinado ni el semblante— que en Cuba y en Venezuela hay democracia. ¿De verdad cree eso, señora Cosse? ¿De verdad piensa que un país que no celebra elecciones libres desde 1959, en el que hay un régimen de partido único y no se permite disentir con el gobierno, es una democracia? ¿De verdad considera que una isla en la que quien ha pensado diferente ha terminado exiliado, muerto o encarcelado, es una democracia?
Y en la misma semana, el intendente Martínez dijo en Mercedes (sí, es intendente de Montevideo pero estaba en campaña en Soriano) que la culpa del auge delictivo que los uruguayos padecemos hoy la tiene “el neoliberalismo” y los años noventa. ¿De verdad piensa eso, señor Martínez? ¿De verdad cree que la culpa de la ola de delitos que afecta al país la tienen Sanguinetti, Lacalle padre y Jorge Batlle? ¿De verdad considera que después de 14 años consecutivos de gobierno del FA, incluyendo a José Díaz, Daisy Tourné, José Mujica, Eduardo Bonomi y Jorge Vázquez no han tenido la mayor responsabilidad respecto de lo que hoy sufrimos todos?
¿Así van a hacer campaña, sin hacer ninguna autocrítica y culpando de todo a los demás?
¿Así creen que van a construir “un futuro asombroso” o a dar “un nuevo impulso”?
¿Este es, de verdad, el nuevo Frente Amplio?