DE TEATRO BREVE A MEGASHOW: LA VARIEDAD SE MULTIPLICA
▃ Más allá de la calidad estética, hay otro filón del teatro uruguayo que va creciendo temporada a temporada, y que tiene unas posibilidades enormes. Son los montajes que apuestan a formas muy lúdicas, muchas veces para un espectador menos formado, al que busca entretener a toda costa. Es un tipo de teatro más informal, menos convencional, que por momentos parece tocarse con elementos del parque temático. Analía Torres y Yamandú Fumero mostraron una vez más ese Don Juan Tenorio hecho en el Cementerio Central, ofreciendo un tipo de representación alternativa, que no solamente se hace fuera de las salas teatrales, sino que apuesta a un público amplio, más dispuesto a la experimentación. Otro ejercicio escénico tan descabellado como audaz lo llevaron adelante Kairo Herrera y Jimmy Castilhos, invitando a vivir la experiencia de Apagón. En un salón totalmente a oscuras, el público degustó comidas y bebidas mientras escuchaba una historia. Los espectadores, además, hablaba, intervenía y comentaba en voz alta la propia obra. Otro caso raro que espectáculo. En un registro totalmente distinto, Gutenberg, que llevó adelante Coral Cine en Antel Arena, fue otra propuesta fuera del trillo, que buscó captar a un público que no es solamente el de teatro. Más allá de los resultados, el trabajo dirigido por Andrés Varela dejó algunas escenas que están entre lo mejor (y más audaz) de este 2018. RIESGO. Gutenberg, algunas escenas inolvidables. Son muchos los ejemplos de ese teatro que crece por las orillas de la plaza teatral. Otra modalidad en ascenso, y prometedora, es el teatro de piezas breves. En Sinergia Design, Marco Manfrini y Gastón Torello brindaron esta temporada obritas de 15 minutos de duración, mostrando que el arte teatral tiene muchas maneras de romper los moldes y convocar gente que no está habituada a ir al teatro. Son todos ejemplos muy distintos, de cómo la variedad se va multiplicando año a año.