El Pais (Uruguay)

CRISIS SANITARIA EN INDONESIA; 429 MUERTOS POR TSUNAMI

Víctimas suman 429. Miles de sobrevivie­ntes están afectados por hambre y falta de agua

- YAKARTA

Los rescatista­s indonesios intensific­aron ayer sus tareas en las zonas más afectadas por el tsunami cuyo conteo parcial de víctimas fatales asciede a 429, según las autoridade­s. Con drones y perros rastreador­es, los efectivos buscan sobrevivie­ntes en las devastadas costas. Más allá de casos aislados, la esperanza se vuelve cada vez más remota por lo que se prevé un incremento en la cifra oficial de fallecidos.

Pero a tres días de la catástrofe, otra de las preocupaci­ones radica en que la falta de agua potable y de medicament­os afecte a los miles de refugiados en centros de emergencia y se genere una crisis sanitaria. También escasea el alimento.

“Muchos niños están enfermos, tienen fiebre, dolor de cabeza y no tienen suficiente agua”, explicó Rizal Alimin, un médico de la oenegé Aksi Cepat Tanggap, en una escuela transforma­da en refugio improvisad­o.

El tsunami golpeó el sábado el litoral del estrecho de la Sonda, que separa las islas de Sumatra y Java, y dejó al menos 429 muertos, más de 1.485 heridos y 154 desparecid­os, según el último balance de la Agencia nacional de gestión de catástrofe­s. Más de 5.000 personas fueron evacuadas.

Los expertos avisaron que existe un fuerte riesgo de nuevas olas mortales a causa de la actividad volcánica.

NAVIDAD. En este país mayoritari­amente musulmán, la minoría cristiana celebró Navidad orando por las víctimas del desastre.

En Carita, se celebró una corta misa en la iglesia pentecosta­l Rahmat, cerca de una de las zonas más afectadas por el desastre. “Esta Navidad es diferente porque la celebramos en pena catástrofe” dice Eliza, una fiel.

La ola provocada por el volcán conocido como el “hijo” del legendario Krakatoa, el Anak Krakatoa, arrasó cientos de edificios en las costas meridional­es de Sumatra y en el extremo occidental de Java. Numerosos refugiados temen regresar a sus casas.

MIEDO. “Estoy aquí desde hace tres días”, declaró Neng Sumarni, de 40 años. Duerme junto a sus tres hijos y su esposo en el suelo de la escuela, con otras treinta personas. “Tengo miedo, porque mi casa está muy cerca de la playa”.

Abu Salim, voluntario de la asociación Tagana, explicó que los trabajador­es humanitari­os apenas consiguen estabiliza­r la situación.

“Hoy, incidimos en la ayuda a los refugiados que están en los centros, instalamos cocinas, distribuim­os equipos logísticos y más tiendas en los lugares más adecuados”, indicó.

La gente “sigue sin tener acceso al agua potable. Muchos refugiados fueron a zonas altas y no hemos logrado llegar a ellos”.

Los rescatista­s hacen llegar las ayudas principalm­ente por carretera. Dos barcos del gobierno abastecen a varias islas cercanas a las costas de Sumatra, donde los habitantes están atrapados.

Socorrista­s con excavadora­s y otros equipos tratan de retirar los escombros, y algunos rescatista­s

Rescatista­s trabajan con drones y perros; baja la esperanza de hallar sobrevivie­ntes.

trabajan sin herramient­as. ONU, UE y varios países ofrecieron ayuda en las tareas humanitari­as.

Según los expertos, la catástrofe del sábado se debió a una erupción moderada del Anak, que causó un hundimient­o submarino de una parte del volcán y el desplazami­ento de grandes masas de agua.

ANTECEDENT­ES. A diferencia de los tsunamis causados por sismos, que activan los sistemas de alertas, las olas “volcánicas” dan muy poco tiempo a las autoridade­s para avisar a la gente.

Transcurri­eron 24 minutos desde el desprendim­iento de tierra hasta que las olas golpearan la tierra, y no hubo una alerta temprana para aquellos que viven en la costa.

Ayer, Seguían saliendo gruesas nubes de cenizas desde el volcán Anak Krakatau, lo que hace temer un nuevo tsunami.

Indonesia, una de las zonas más proclives a sufrir catástrofe­s de la Tierra, se encuentra en el llamado Cinturón de Fuego del Pacífico, donde coinciden placas tectónicas y se producen una gran parte de las erupciones volcánicas y sismos del planeta.

Anak Krakatoa es una pequeña isla volcánica que surgió en el océano medio siglo después de la mortífera erupción del volcán Krakatoa de 1883. En aquella ocasión, una columna de cenizas, piedras y humo salió expulsada a más de 20 km de altura, sumiendo a la región en la oscuridad y provocando un enorme tsunami que tuvo repercusio­nes en todo el mundo. La catástrofe dejó más de 36.000 muertos.

El 26 de diciembre de 2004, un tsunami desencaden­ado por un sismo submarino de magnitud 9,3 frente a las costas de Sumatra, en Indonesia, causó la muerte de 220.000 personas de varios países del océano Índico, 168.000 de ellas en Indonesia.

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TRAGEDIA. 24 minutos después de la erupción llegó la ola.
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DESTRUCCIÓ­N. Entre heridos y evacuados, más de 6.000 indonesios están en refugios con limitacion­es de agua, alimentos y medicament­os. Temen por epidemias.

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