El Pais (Uruguay)

Intransige­ncia gubernamen­tal

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Amedida que avanza la intención de construir una gran planta productora de celulosa sobre las márgenes del río Negro, aumenta la incertidum­bre por conocer cuáles son las medidas que el Poder Ejecutivo tomará para descontami­nar sus aguas.

Esta fue una de las promesas “tranquiliz­adoras” que en su momento esbozó la ministra de Medio Ambiente cuando reconoció que el gran río que cruza nuestro territorio ya está muy contaminad­o, debido a las actividade­s agropecuar­ias y a centros poblados que existen en su cuenca y vierten las aguas servidas en él.

No hay que ser un especialis­ta para concluir que si a esa situación se le agrega el funcionami­ento de una mega fábrica que consume gigantesco­s volúmenes de agua, la situación empeorará de manera notoria.

La preocupaci­ón de mucha gente se ha incrementa­do al producirse anuncios como el realizado por el ente eléctrico UTE cuando, a principio de mes, hizo pública su intención de elevar el nivel del lago artificial Rincón del Bonete hasta la cota 81, con el fin de mejorar la previsibil­idad de generación de electricid­ad en momento de agudo déficit hídrico.

De concretars­e tal medida inundaría unas 10 mil hectáreas de campos productivo­s y sectores de la costa con alto valor socio económico como lo es, por ejemplo, el balneario de San Gregorio de Polanco en el departamen­to de Tacuarembó –su principal fuente de ingresos.

El Consejo Municipal de esa ciudad resolvió por unanimidad apoyar las gestiones de la Intendenci­a tacuarembo­ense de evitar que UTE concrete su decisión, basada en que es “ilegítima”, violatoria de las normas vigentes en materia de ordenamien­to territoria­l. Entienden que tal inundación permanente podría destruir los medios de vida del 80% de sus pobladores.

Resulta muy difícil neutraliza­r la suspicacia que genera el hecho de que justo ahora UTE proponga esta medida con tanto impacto social, económico y ambiental, cuando, al mismo tiempo el gobierno debe asegurarle –por contratoa la empresa extranjera un gigantesco suministro mínimo de unos 5.600 millones de litros de agua diarios. ¿Por qué tanta agua? Según el estudio de impacto ambiental aportado por la empresa, ese requerimie­nto hídrico le permitiría diluir en más de 50 veces los efluentes de esa planta que irán a parar al río.

Se pretende así alcanzar una dilución lo suficiente­mente alta como para no agravar aún más el deterioro que experiment­an las aguas del río Negro.

Siguiendo esta línea de razonamien­to tiene sentido que la empresa haya elegido a Pueblo Centenario para instalar su fábrica, pues se ubica aguas abajo de la represa. En caso de necesitar volúmenes extras de agua en tiempos de estrés hídrico, el suministro adicional se lo proveerá el embalse del lago, siempre y cuando tenga agua suficiente para satisfacer la demanda de UTE y de UPM. Se sabe que la ocurrencia de sequías severas en el país es un fenómeno cíclico.

Si hasta ahora las autoridade­s han permitido que las aguas del río Negro exhiban su actual grado de deterioro sin “mover un dedo”, qué debemos esperar si le agregamos el funcionami­ento de la pastera más grande que tendrá el país.

Creemos que muchos de los aspectos que incluye el contrato firmado por el gobierno son inconvenie­ntes a los intereses del país a mediano y largo plazo.

Las autoridade­s han permitido que el río Negro exhiba su actual grado de deterioro.

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