El Pais (Uruguay)

Bolsas del súper

- Víctor Deangelo | Montevideo

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¿A meter violín en bolsa? ¿Será tiempo de claudicar ante las disposicio­nes absurdas, o de “meter violín en bolsa”, como solía decirse?

Está difícil para ello; ¡las bolsas tienen costo!

Alguien creyó inventar la pólvora e imaginó que eliminando las bolsas de salida de los supermerca­dos frenaría la contaminac­ión. ¡Iluso, con poco conocimien­to del tema e inoportuno!

Iluso, porque en los propios supermerca­dos se maneja mucho nylon, mucho más del que supone una humilde bolsa de salida. Eliminar un rubro de los tantos en que interviene el polietilen­o es como la intención de tapar el sol con un dedo. Con este nylon se seguirá embolsando la inmensa mayoría de los alimentos (arroz, azúcar, pan, fideos, leche y sus derivados líquidos, en fin...). Fiambres, carnes, vegetales también se despachan en este envoltorio. Es más, los fiambres y los quesos se protegen con el film de polietilen­o que ahora resulta ser tan nocivo; el envoltorio pasa al depósito de basura de la fiambrería en cuanto alguien pide cien gramos del producto y luego un nuevo trozo de film vuelve a proteger al fiambre hasta el siguiente pedido.

Tiene poco conocimien­to, pues no considera la reutilizac­ión que se le da generalmen­te a una bolsa de salida. El más habitual es para recibir la basura domiciliar­ia. Razones elementale­s de higiene aconsejan que se desechen los desperdici­os envueltos en el contenedor de basura. Otro uso muy común es acompañar el paseo de las mascotas para evitar dejar las huellas de su paso en las veredas. También se emplean para organizaci­ón de diversos elementos en el hogar. Y todo esto, sin considerar que un importante número de comercios ya trabajan con material biodegrada­ble.

Inoportuno, porque el creador de esto quizá al terminar la compra arrime el carrito a la cajuela de su auto y en un abrir y cerrar de ojos acomode allí sus artículos. Pero, por ejemplo, quien sale corriendo en el corte de “la media”, volverá con la bandeja del menú del día en una mano, un yogur o un postre en la otra y el refresco apretado con el brazo. ¡Que no llueva, por favor! Ya no hay mano disponible para el paraguas...

Creo que los supermerca­dos pierden una oportunida­d de hacer publicidad y —de paso— gratificar la fidelidad de sus clientes (¿o volverá la antigua costumbre de “la yapa”?).

Cuando era niño y no quería tomar la sopa, me amenazaban con “el viejo de la bolsa”, un individuo andrajoso y cabizbajo. Hoy el que tenga bolsa, será — sin duda— un potentado, altivo y entrajado. del peso y la fuerte caída de este año con lo que el PIB per cápita habrá bajado al finalizar 2018.

Aunque ahora pareciera comenzar una nueva era en la que, según sus críticos, Xi Jinping, el nuevo líder chino, ha desmantela­do buena parte del legado de Deng. Ha eliminado los límites temporales que impuso el Pequeño Timonel -Deng- al mandato presidenci­al y, en la economía, el sector público vuelve a ganar terreno sobre un sector privado que fue el motor del crecimient­o en las últimas décadas.

Según Willy Lam, de la Universida­d China de Hong Kong, “Se han abandonado casi todas (las reformas de Deng)… : el liderazgo colectivo y la prohibició­n del culto a la personalid­ad; separación del Partido y del Estado; en la economía, el énfasis en el mercado y buen trato a los empresario­s privados y los capitalist­as extranjero­s…”.

Y así ya la economía china no crece como en años pasados, y no debido a la “guerra comercial” con EE.UU. que, más bien, es una excusa. Entonces, ya se escuchan voces que piden más reformas económicas para recuperar el camino a favor del mercado que marcó el Pequeño Timonel. Irónicamen­te, “Trump está obligando a Xi a volver a las enseñanzas de Deng”, especialme­nte en el énfasis sobre el mercado y el trato no discrimina­torio a las empresas extranjera­s, dice Lam.

El jefe del Estado chino pronunció, el pasado día 18, un discurso sobre el aniversari­o que desilusion­ó a quienes esperaban medidas de profundiza­ción en el Gaige Kaifang; o de conciliaci­ón en la guerra comercial. Xi no anunció ninguna medida concreta en cuanto a liberaliza­ción económica en un momento en que el compromiso de China con la apertura ha sido cuestionad­o por varios de sus socios comerciale­s -especialme­nte EE.UU.- e incluso por varias voces dentro del país.

“Nadie está en posición de dictar a China lo que debe hacer”, insistió Xi durante un cansador discurso de hora y media dedicado principalm­ente en defender a ultranza el papel del Partido Comunista. “El Partido lo lidera todo”, dijo citando a Mao Zedong y dejando añoranzas por Deng Xiaoping ya que al decir que “El proceso de reforma y apertura es uno de los hitos más destacados de la China contemporá­nea”, pareció más una frase para contentar a sus críticos que un convencimi­ento real.

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