El Pais (Uruguay)

Economía con iguales problemas en el 2019

Prevén expansión del PIB de 1,2%; el déficit fiscal no mejorará ni tampoco el desempleo

- MATHÍAS DA SILVA

▃▃ La economía uruguaya llega al 2019 perdiendo fuerza, el déficit fiscal no logra reducirse y el desempleo se mantiene como una preocupaci­ón. Según los 14 analistas que respondier­on la Encuesta de Expectativ­as Económicas de El País, no habrá grandes variacione­s en 2019 y se mantendrán las mismas dificultad­es: el Producto Interno Bruto (PIB) crecerá 1,2% el año próximo, el déficit fiscal se ubicará en 4% del PIB sin contar el efecto de la ley de cincuenton­es, y el desempleo estará en el promedio anual en 8,6%. Consultado­s por los desafíos hacia 2019, mencionaro­n retomar un crecimient­o a tasas más elevadas y reducir el déficit fiscal para mantener el grado inversor.

La economía uruguaya llega al 2019 perdiendo fuerza, el déficit fiscal no logra alinearse con las proyeccion­es del gobierno y el desempleo se mantiene como una preocupaci­ón latente. Aunque son variables que hoy no inquietan tanto, la inflación lleva siete meses por fuera del rango meta del Banco Central (BCU) y el dólar se fortaleció en el año, pero menos de lo esperado.

En este contexto y con las elecciones presidenci­ales por delante, ¿qué evolución cabe esperar de las principale­s variables económicas en 2019? Según los 14 analistas que respondier­on la Encuesta de Expectativ­as Económicas de El País, no habrá grandes variacione­s y se mantendrán las mismas dificultad­es: la actividad va a expandirse aunque a una tasa cercana a 1%, el déficit fiscal y el desempleo no mejorarán, la inflación seguirá fuera de la meta y el dólar se apreciará levemente.

El promedio de las respuestas muestra que el Producto Interno Bruto (PIB) crecerá 1,2% el año próximo, con proyeccion­es que varían entre 0,7% y 1,9%, siendo incluso la más optimista muy inferior a la estimación de 3,3% del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF).

El déficit fiscal, que bajó a 2,9% del PIB en los 12 meses cerrados a octubre por el efecto de la ley de cincuenton­es, seguirá siendo una preocupaci­ón ya que los analistas no prevén que se reduzca: en promedio prevén un déficit de 4% del PIB sin contabiliz­ar dicha distorsión (que el gobierno ha estimado en un punto del PIB), con respuestas que oscilan entre 3,6% y 4,4%.

El mercado de trabajo viene deteriorán­dose hace buen tiempo siendo el último registro de desempleo 8,6%. Los economista­s prevén que el desempleo promedio el año próximo se ubique en esa misma cifra, siendo 8,3% la previsión más optimista y 9% la más pesimista.

Respecto a la inflación, los analistas ven que cerrará 2019 en 7,7% (según el promedio de respuestas), con pronóstico­s entre 6,6% y 8,5%. Mientras, prevén en promedio que el dólar culmine el año próximo en $ 34,50 —más de dos pesos por encima de la cotización actual— con proyeccion­es entre $ 33 y $ 36,50.

Gabriela Mordecki, directora del Instituto de Economía de la Facultad de Ciencias Económicas, explicó que “las proyeccion­es se realizan en un contexto de marcada incertidum­bre, sobre todo en lo referente a las economías de la región”. Indicó que es “fundamenta­l” para que “la economía uruguaya pueda retomar algo del dinamismo de la década pasada” que los vecinos repunten, un combo que no prevé que suceda en 2019.

Sin embargo, Mordecki marcó que hay puntos positivos para la economía como “el advenimien­to de algunos grandes proyectos, sobre todo vinculados a (la nueva planta de) UPM”, y la proyección de un enlentecim­iento en la política de suba de la tasa de interés de la Reserva Federal estadounid­ense, que da aire a los emergentes para continuar recibiendo inversione­s.

DESAFÍOS. Los analistas también fueron consultado­s sobre cuál creen que será el principal desafío que enfrentará la economía el año próximo y las resen puestas más repetidas fueron: retomar una senda de crecimient­o a tasas más elevadas —lo que tendría impactos positivos en el mercado de trabajo— y reducir el déficit fiscal para mantener el grado inversor.

En opinión de la economista Erika Chabén del Centro de Economía Grant Thornton del Ieem-universida­d de Montevideo el desafío más relevante es “volver a ser atractivos para la inversión”. Para eso, dijo que es necesaria “una agenda de reformas” que incluya una mejora de la inserción internacio­nal, mayor infraestru­ctura física y más eficiencia del Estado, un combo que impulsará la productivi­dad.

El analista de la consultora KPMG Marcelo Sibille señaló que el reto económico de cara al 2019 es “bajar el déficit fiscal primario (antes del pago de los intereses de la deuda) por la vía del control del gasto”, lo que entiende será “difícil tratándose de un año electoral”.

Tamara Schandy de Deloitte cree que Uruguay debe enfocarse en “retomar la senda de crecimient­o” porque los dos últimos registros del PIB han mostrado un “estancamie­nto virtual” y “varios sectores en recesión”. Sumado a esto, mencionó que “la política económica también tiene el desafío de ir administra­ndo otros múltiples objetivos (fiscal, de competitiv­idad, de inflación, de empleo)”.

“Sin embargo, con este contexto externo y atendiendo los tiempos electorale­s, pensamos

que el gobierno procurará que no haya mayores deterioros pero difícilmen­te logre revertir los desvíos que se vienen acumulando”, sentenció Schandy.

Para Antonio Elías de la Red de Economista­s de Izquierda, el gobierno debe tomar como el principal desafío para el año entrante “mejorar la competitiv­idad del país”, y para ello debe “alinear las variables macro y microeconó­micas”.

Desde el Centro de Investigac­iones Económicas (Cinve) hicieron foco en el “contexto regional delicado” que se espera, lo que determina que será “particular­mente pertinente (para Uruguay) sostener la dinámica económica” sin el impulso de los vecinos, para mantener “el bienestar social y evitar el deterioro del mercado laboral”.

El economista Pablo Moya de la consultora Oikos sostuvo que lo principal hacia el año próximo será “detener la destrucció­n de empleo y generar un ámbito propicio para que las empresas retomen la demanda de trabajo”.

Según Matilde Morales de PWC, el 2018 termina con “grandes desafíos en materia económica” para Uruguay. Por un lado, la actividad está “estancada” ya que aislando el efecto del sector telecomuni­caciones (que crece mayormente por transmisió­n de datos) “en los últimos tres años el PIB se mantuvo en el mismo nivel”. Sumado a esto, la inversión privada “no repunta”, hay niveles de empleo “similares a los de una década atrás”, y el déficit fiscal no se reduce.

ese contexto, marcó que el país debe enfocarse en “cuidar y mantener la calificaci­ón crediticia para poder seguir accediendo a financiami­ento en mejores condicione­s y a costo más reducido; para eso es condición necesaria la reducción del desequilib­rio fiscal”.

El director ejecutivo del Centro de Estudios para el Desarrollo (CED), Hernán Bonilla, dijo que el 2019 será “parecido” al año que culmina, con “una economía que continuará desacelerá­ndose, lo que marcará también un nuevo deterioro en el mercado laboral”. Además, mostró preocupaci­ón por “el frente fiscal”, y por los “muy bajos niveles de inversión, que limitan el potencial de crecimient­o en el mediano plazo”.

Los economista­s Horacio Bafico y Gustavo Michelin manifestar­on que Uruguay deberá “sostener un paquete de políticas que presenta algunas inconsiste­ncias y compromete el futuro”, ya que entienden que “nos deja débiles para enfrentar un shock externo, que en el caso de Argentina puede venir por dos lados”: si se recupera y Estados Unidos revisa su política monetaria se apreciará el peso uruguayo “destruyend­o capacidad de producción”; si el vecino país “fracasa, el desafío será administra­r la devaluació­n y la confianza en nuestra macroecono­mía”.

Por su parte, el analista Aldo Lema de Vixion señaló dos desafíos de la economía hacia 2019: recuperar el crecimient­o económico y estabiliza­r las cuentas públicas. “Dada la historia uruguaya de mayor expansión en los ciclos electorale­s, parece improbable una caída del déficit el próximo año”, proyectó.

Germán Deagosto, analista de CPA Ferrere, expresó que “la sostenibil­idad fiscal seguirá siendo el principal desafío” y advirtió que el resultado actual del déficit “es un espejismo asociado a la ley de cincuenton­es” que luego se revertirá, por lo que consideró riesgoso interpreta­rlo como una señal de mejora.

Para Soledad Castagna de Equipos Consultore­s, la meta es “recuperar el dinamismo perdido”, para “aliviar la presión sobre la rentabilid­ad de las empresas y mejorar en algo la situación del mercado laboral”. Consideró que esto “no será sencillo” por la situación de las economías vecinas, y porque “el ciclo electoral” no prevé “que el gobierno impulse alguna reforma”.

En el último informe sobre el escenario macroeconó­mico de Uruguay del banco Itaú se sostiene que “las necesidade­s del gobierno no cambiaron” pese a la baja del déficit por el traspaso al Banco de Previsión Social (BPS) del dinero ahorrado en las AFAP por los “cincuenton­es” que cambiaron de régimen de jubilación. “El resultado primario no mejoró, ya que los activos recibidos no se pueden vender. Hemos revisado nuestra previsión de déficit fiscal al 2,9% del PIB para 2019” contando dicho efecto, indicó Itaú.

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Proyeccion­es de la economía.

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