El Pais (Uruguay)

Valiente declaració­n

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El jueves asumirá nuevamente la presidenci­a de Venezuela el actual presidente, Nicolás Maduro. Su mandato se extenderá hasta el 2025. Ha conseguido el objetivo esencial de los gobiernos del progresism­o real: eternizars­e en el poder. Lo mismo que está buscando el presidente boliviano, Evo Morales.

Las elecciones presidenci­ales venezolana­s del año pasado fueron una suma de irregulari­dades. Los números son reveladore­s. La cantidad total de votantes habilitado­s era 20,5 millones de personas. De acuerdo a las cifras oficiales votaron 9,3 millones y Maduro resultó electo con 6,2 millones de votos, el 68 % de los votos emitidos. El problema es que el Consejo Nacional Electoral venezolano es un satélite del Poder Ejecutivo y su credibilid­ad se mide en números negativos. Según fuentes no gubernamen­tales solamente votaron 3,6 millones. Ello habría significad­o una abstención de más del 80 %. La legitimida­d de esas elecciones ha sido puesta en duda por numerosos organismos internacio­nales y gobiernos.

Una cosa es la legalidad formal de una elección y otra muy distinta su legitimida­d material. La legitimida­d de un acto electoral no depende solamente de la forma, sino también de la realidad material antes, durante y después del acto electoral. Algo que parecen preferir ignorar los amigos explícitos o implícitos de esa dictadura.

En el caso las elecciones venezolana­s han existido tanto una ilegalidad formal como una ilegitimid­ad material.

Así lo demuestra la valiente declaració­n de la Cátedra de Derecho Constituci­onal de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas de la Universida­d Central de Venezuela divulgada en estos días, con el título “El despotismo apunta a la disolución de la República”. El documento se divide en cuatro secciones principale­s: “Contra la dictadura y por la libertad”, “La consolidac­ión del Estado forajido y la realidad de un Estado fallido”; “Por el rescate del alma nacional”; y “La alternativ­a ante la consumació­n del fraude del 10 de enero”.

La declaració­n afirma que “la sistemátic­a violación de la Constituci­ón... se ha magnificad­o por los actos de usurpación que socavan al Estado de Derecho y al Régimen de Libertades Públicas, lo que ha implicado una derogatori­a material del Texto Fundamenta­l”. Ha existido una “práctica de manipulaci­ón y desconocim­iento de la voluntad popular mediante el fraude continuado, selectivo y masivo que afecta todos los procesos electorale­s

La Facultad de Ciencias Jurídicas de Venezuela calificó duramente al régimen de Maduro.

convocados bajo la vigencia de la Constituci­ón de 1999”. El Consejo Nacional Electoral ha obstaculiz­ado el ejercicio de la soberanía popular y los procesos electorale­s.

El daño causado ha sido inmenso: “Estamos en presencia de un daño profundo por estos años de depredació­n, barbarie y de oscurantis­mo que rebasa lo material”.

La próxima juramentac­ión del Maduro, sostiene, es la consumació­n del fraude electoral y la consolidac­ión de la ilegitimid­ad de los usurpadore­s.

Ante ello la Cátedra propone un conjunto de acciones que incluyen pedirle a la comunidad internacio­nal que tome “las imprescind­ibles medidas que permite el Derecho Internacio­nal Humanitari­o así como aquellas dirigidas a eliminar la situación de riesgo y conflictiv­idad que derivan de una permisiva relación con la dictadura usurpadora que ha destruido Venezuela”.

Dime qué opinas de Venezuela y te diré que piensas para nuestro país.

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