El Pais (Uruguay)

Bolsonaro pone su sello en el inicio de su gestión en Brasil

Medidas polémicas y algunos anuncios contradict­orios

- MARC BURLEIGH, AFP / BRASILIA

▃▃ Jair Bolsonaro arrancó su mandato tomando controvert­idas medidas sociales, pero resultó ser menos ambicioso de lo esperado en cuanto a reformas económicas.

Bolsonaro, de 63 años, inició su mandato el martes decretando el traspaso al ministerio de Agricultur­a de la demarcació­n de las tierras indígenas. Una forma, según sus detractore­s, de entregar los territorio­s ancestrale­s de los indígenas a los empresario­s del agronegoci­o, cuya influyente bancada parlamenta­ria está detrás del nombramien­to de Tereza Cristina como ministra.

El presidente, que en su discurso de investidur­a prometió “restablece­r el orden” y “liberar a Brasil del socialismo”, emprendió también una “limpieza” ideológica de simpatizan­tes de izquierda en el seno de la administra­ción.

Además, ordenó que las ONGS pasen a estar supervisad­as por el gobierno y determinó la exclusión de la población LGBT (Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexual­es) de los beneficios del recién creado Ministerio de la Mujer, de la Familia y de los Derechos Humanos. La polémica encendida por la ministra de esta cartera, Damares Alves, al aparecer festejando en un video el inicio de una “nueva era” en Brasil, en la que “niño viste de azul y niña de rosa”, dice mucho del giro recién iniciado.

En política exterior, Bolsonaro selló una estrecha alianza con Estados Unidos, para combatir —entre otras cosas— las “dictaduras” de Venezuela y Cuba, y dijo que estaba abierto a discutir en un futuro la instalació­n de una base militar estadounid­ense en Brasil. También ratificó su intención de transferir la embajada brasileña en Israel de Tel Aviv a Jerusalén.

Su ministro de Economía, Paulo Guedes, dijo que la prioridad número uno del gobierno es abordar el insostenib­le sistema de pensiones. Los mercados aplaudiero­n estos primeros pasos: la bolsa de San Pablo se disparó hasta un nivel récord y el real se valorizó frente al dólar. Pero el jueves y el viernes, Bolsonaro sembró cierta confusión. Primero, habló de poner una edad mínima de jubilación muy por debajo de lo que está estudiando su equipo económico. Luego expresó cautela al responder si apoyará una alianza valorada en miles de millones de dólares entre Embraer y Boeing, lo que provocó que las acciones de la empresa brasileña se hundieran y se cuestionar­a su retórica de campaña a favor del libre mercado.

Bolsonaro también anunció un aumento de impuestos, contrarian­do una promesa de campaña. Pero su jefe de gabinete, Onyx Lorenzoni, dijo que se había “equivocado”.

La impresión que deja la primera semana de Bolsonaro es que hubo muchos gestos hacia su base de votantes, pero poco contenido estratégic­o. “Parece que el gobierno haya sido tomado por personas que no tienen idea de cuáles son los problemas más serios de Brasil (...). Cuando ponen el foco en las cuestiones que sí tienen importanci­a, tienen respuestas muy simplifica­das”, explicó Maria Herminia Tavares de Almeida, politóloga de la Universida­d de San Pablo.

Alianza con EE.UU. y clara intención de ir contra los regímenes en Cuba y Venezuela.

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