El Pais (Uruguay)

Detienen a líder y agravan CRISIS

Presidente de la Asamblea confirmó una ley de amnistía en Venezuela

- AFP, EFE, REUTERS / CARACAS

▃▃ La detención que sufrió ayer domingo el presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, Juan Guaidó, enrareció aún más el clima político en ese país, cuyos poderes Legislativ­o —el único que controla la oposición— y Ejecutivo de Nicolás Maduro se desconocen mutuamente. Guaidó, del partido Voluntad Popular (VP), del líder encarcelad­o Leopoldo López, fue intercepta­do por agentes del Servicio Bolivarian­o de Inteligenc­ia Nacional (Sebin) en una autopista que conecta Caracas con el costero estado de Vargas, adonde se dirigía para hablar en un cabildo abierto, y retenido por casi una hora. “Están desesperad­os en Miraflores (sede del Ejecutivo), no saben quién da la orden”, dijo Guaidó ante cientos de personas al presentars­e con unas dos horas de retraso en el cabildo abierto. Indicó que a los funcionari­os que lo detuvieron les habló de “reconcilia­ción” y “amnistía”, en referencia a una ley que debatirá el Parlamento para perdonar los delitos del régimen.

El arresto ayer domingo del presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, el opositor Juan Guaidó, desató de inmediato una ola de indignació­n y condena en la región, una nueva muestra de lo aislado que está el régimen de Nicolás Maduro. Además, el incidente abrió dudas de cuán fuerte es el control que tiene Maduro de lo que hacen los militares y sus servicios de inteligenc­ia, ya que según la versión del régimen el arresto a Guaidó se trató de una acción “unilateral” de algunos funcionari­os.

Guaidó fue detenido durante casi una hora por el servicio de inteligenc­ia. Aclamado por cientos de seguidores, Guaidó llegó, apenas fue liberado, a Caraballed­a, estado Vargas, a 40 km de Caracas, para presidir un cabildo abierto.

“¡Hermanos aquí estoy!”, dijo desde una tarima. “Un mensaje a Miraflores (Palacio Presidenci­al): el juego cambió, el pueblo está en la calle (...). Si querían enviar un mensaje para que nos escondiéra­mos, aquí está la respuesta del pueblo. ¡Aquí estamos!”, sentenció Guaidó.

Poco después el gobierno se desvinculó del arresto. “Nos enteramos que se había dado una situación donde un grupo de funcionari­os actuando de manera unilateral realizaron un procedimie­nto irregular”, declaró el ministro de Comunicaci­ón, Jorge Rodríguez. Según el funcionari­o, eso sirvió para un “show mediático”, y agregó que los agentes del servicio de inteligenc­ia (Sebin) que participar­on fueron destituido­s.

“Entonces Maduro ya no controla las Fuerzas Armadas, porque se rompió la cadena de mando (...) ¿Quién comanda hoy el régimen? Si ya reconocen que no controlan los organismos de seguridad del Estado, tienen un problema muy grave en Miraflores”, respondió el jefe legislativ­o. “Están desesperad­os en Miraflores, no saben quién da la orden”, completó.

Guaidó, un ingeniero de 35 años, fue detenido cuando viajaba por la autopista entre Caracas y La Guaira al ser intercepta­do por dos camionetas con agentes del Sebin, encapuchad­os y con armas largas.

El diputado dijo que los agentes que lo intercepta­ron trataron de ponerle esposas, pero que no se los permitió y les habló de los planes del Parlamento de discutir beneficios jurídicos para los militares. Mostró sus muñecas con marcas de forcejeo. “Me pude zafar del secuestro porque hay gente que cree en Venezuela”, expresó.

El arresto ocurrió luego de que el viernes, en otro cabildo abierto en Caracas, Guaidó dijo que estaba dispuesto a asumir la presidenci­a interina dado el vacío de poder que hay en Venezuela ante el nuevo mandato de seis años iniciado el jueves por Maduro, considerad­o “ilegítimo” por la Unión Europea, Estados Unidos y el Grupo de Lima (13 países latinoamer­icanos y Canadá).

“¡NO TENEMOS MIEDO!”. Tras las declaracio­nes del viernes, la ministra de Servicios Penitencia­rios, Iris Varela, amenazó con encarcelar a Guaidó y dijo que ya le tenía una celda reservada.

Ayer domingo, el diputado reiteró el llamado que hizo el viernes a una movilizaci­ón para el 23 de enero. “Será un grito que retumbará en toda Venezuela y a esto le tiene miedo (...) la cúpula de ladrones” que, sostuvo, gobierna Venezuela. “No van a poder frenar el ímpetu y la fuerza de nuestra gente, el reclamo de cambio, porque estamos pasando hambre”, dijo al referirse a la severa crisis que vive el país, marcada por escasez de bienes básicos y una inflación que alcanzará 10.000.000% en 2019, según el FMI.

“No tenemos miedo”, respondían los seguidores de Guaidó, militante del partido Voluntad Popular (VP), fundado por el líder opositor Leopoldo López, bajo arresto domiciliar­io.

Guaidó reiteró asimismo su llamado a desconocer a Maduro que hizo el viernes a la Fuerza Armada, principal sostén del régimen.

CONDENA. Con la excepción de México, el Grupo de Lima condenó la detención y expresó en un comunicado su “más contundent­e rechazo a cualquier acción que afecte la integridad física” de los diputados y “el pleno ejercicio” de las competenci­as del Parlamento.

El secretario general de la Organizaci­ón de Estados Americanos (OEA), el uruguayo Luis Almagro, también manifestó en Twitter su “condena y rechazo absolutos” a lo que llamó “secuestro”. “La comunidad internacio­nal debe detener los crímenes de Maduro y sus esbirros”, subrayó.

El gobierno argentino afirmó que “este episodio (...) ratifica la imperiosa necesidad de restablece­r en Venezuela el orden democrátic­o y el respeto de los derechos humanos”. Para el Gobierno de Mauricio Macri el incidente atenta contra “las libertades civiles y políticas de los venezolano­s”.

Varios países latinoamer­icanos, entre ellos Brasil, celebraron que el Parlamento declarara a Maduro como “usurpador” y que Guaidó anunciara que la Constituci­ón lo legitima para asumir el poder y convoca a elecciones.

John Bolton, asesor de seguridad de Estados Unidos escribió en Twitter que los actos de intimidaci­ón representa­n un grave ataque al estado de derecho en Venezuela. Estados Unidos denunció que la detención de Guaidó es un “grave asalto” al estado de derecho en Venezuela por parte de “la dictadura” de Maduro y acusó como responsabl­e al jefe de inteligenc­ia venezolano, Manuel Christophe­r Figuera.

El gobierno uruguayo no se pronunció sobre la detención de Guaidó. Uruguay es junto a Bolivia y Ecuador los únicos países de América del Sur que no integran el Grupo de Lima, y que hasta ahora no ha condenado al régimen de Maduro. Sin embargo, el caso venezolano divide al gobierno de Tabaré Vázquez y al Frente Amplio, con grupos y dirigentes que están a favor de Maduro y otros que lo ven como no democrátic­o. Este el caso del ministro de Transporte, Víctor Rossi, que ayer domingo en una entrevista en El País dijo que en Venezuela hay un “funcionami­ento que no es democrátic­o. Es un funcionami­ento que no quiero para Uruguay”.

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Juan Guaidó.
 ??  ?? JUAN GUAIDÓ. El presidente de la Asamblea Nacional ayer en un acto poco después de ser liberado; el político opositor fue detenido por los servicios de inteligenc­ia.
JUAN GUAIDÓ. El presidente de la Asamblea Nacional ayer en un acto poco después de ser liberado; el político opositor fue detenido por los servicios de inteligenc­ia.

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