Kim suma a Putin a su bando en la pulseada con Donald Trump
El presidente ruso pidió “garantías jurídicas” para el régimen norcoreano
El norcoreano Kim Jong-un encontró en el presidente ruso Vladimir Putin un socio en su pulseada con Estados Unidos. Al menos eso parece surgir de la primera cumbre que ambos mantuvieron ayer jueves, en la que el tema central fue la desnuclearización de la península coreana.
Putin pidió que Estados Unidos ofrezca garantía jurídicas a Corea del Norte, pero dejó claro que ello requerirá que se involucre en las negociaciones a otras potencias nucleares.
Eso significaría incluir a Rusia, China, Japón y Corea del Sur, además de Estados Unidos y Corea del Norte, un formato de larga data que ha sido dejado de lado por la administración de Donald Trump.
“Ellos (los norcoreanos) solo necesitan garantías sobre su seguridad. Eso es todo. Juntos debemos pensar en esto”, dijo Putin. “Es improbable que cualquier acuerdo entre dos países sea suficiente”, agregó en la rueda de prensa tras reunirse con Kim en Vladivostok, histórica ciudadpuerto bañada por el océano Pacífico. Esta cumbre Putin-kim se da dos meses después del fracaso en Hanói de la segunda cumbre entre Kim y Trump.
El presidente ruso consideró “posible” la desnuclearización de la península coreana, más aún cuando le dio la “impresión” de que Kim apoya la no proliferación de armas de destrucción masiva, aunque a cambio de “garantías de seguridad y de defensa de su soberanía”.
Rusia busca incluir a China y Japón en un eventual acuerdo con Corea del Norte.
Putin ha asegurado en varias ocasiones que tras el derrocamiento y ajusticiamiento de los líderes iraquí y libio, Sadam Husein y Muamar el Gadafi, respectivamente, los Kim concluyeron que las armas nucleares eran la mejor garantía de la supervivencia de su régimen comunista en Corea del Norte. Por ello, insistió en la necesidad de poner en marcha medidas de confianza y de renunciar a “la ley del más fuerte”.
En una clara crítica a Washington, consideró vital no plantear ultimátum ni demandas unilaterales, sino actuar “con sumo cuidado” con Corea del Norte para descongelar las negociaciones nucleares, estancadas desde hace una década.
Putin destacó de todos modos que las posturas de Rusia y Estados Unidos sobre el arreglo de la crisis nuclear coinciden en gran medida, motivo por lo que informará a la Casa Blanca sobre las negociaciones con Kim. “Aquí no hay ningún secreto”, aseguró. Recordó que fue el propio Kim el que le pidió que informe a la parte norteamericana sobre sus posturas acerca de la situación en la península coreana.
Putin consideró un interlocutor “franco” a Kim, quien, al contrario que sus antecesores, que mantuvieron estrechos contactos con la URSS, recibió una educación occidental en Suiza. También recordó al abuelo de Kim y fundador del régimen comunista norcoreano, Kim Il-sung, que fue aupado al poder por el KGB y visitó Moscú en 1949, y al padre del actual líder, Kim Jong-il, que se reunió con Putin en Siberia en agosto de 2011, meses antes de su muerte. Putin y Kim intercambiaron regalos. Kim le entregó a Putin una espada tradicional coreana, mientras que el presidente ruso retribuyó con un sable y un servicio de té adecuado para el uso en su tren blindado.