El Pais (Uruguay)

“Piensa como un campeón y trabaja duro”

El entrenador colombiano formó a varios tenistas reconocido­s, 11 de ellos fueron número 1 y 27 fueron top 10. Entre otros, estuvieron Andre Agassi, Pete Sampras, Monica Seles y Maria Sharapova.

- FABIÁN TISCORNIA GABRIEL JARAMILLO

Gabriel, uno de los laderos de Nick, se encuentra detrás de mí, observando. Tras vernos jugar unos pocos puntos más, detiene el partido y me pregunta: ¿Ya te ha visto jugar Nick?

No, señor.

Frunce el ceño. Se aleja. Después, por los altavoces instalados por todas las canchas de la Academia Bollettier­i, escucho: “¡Andre Agassi, a la cancha de honor cubierta! ¡Inmediatam­ente!”.

A mí nunca me habían convocado a la cancha grande, y no se me ocurre que, si me convocan ahora, puede ser por un buen motivo. Me dirijo hasta allí corriendo y me encuentro con Gabriel y con Nick de pie, muy juntos, esperando.

Gabriel le dice a Nick: tienes que ver jugar a este niño.

La anécdota está en Open, autobiogra­fía del tenista Andre Agassi que a los 13 años ingresó en la Academia Nick Bollettier­i, la gran formadora de talentos en el tenis.

Gabriel Jaramillo es un entrenador de tenis colombiano que trabajó con Bollettier­i desde 1981 a 2009. En ese lapso entrenó a 11 tenistas que fueron número 1 y 27 top 10. Entre otros, además de Agassi, estuvieron Pete Sampras, Monica Seles, Maria Sharapova y Kei Nishikori. Jaramillo es hoy director del Club Med

Academies en Florida, Estados Unidos, un centro de entrenamie­nto de élite que proporcion­a desarrollo de habilidade­s de alta intensidad en tenis, golf, voleibol, fútbol y natación. En un panel sobre deporte en la Cumbre de la Economía Naranja en Medellín, Colombia, Jaramillo contó que la academia “es un internado para la alta competenci­a” en el que conviven 160 niños de 35 países diferentes. Los padres pagan US$ 65.000 y en promedio cada niño está tres años allí.

Según Jaramillo, los niños luego se “vuelven profesiona­les” o continúan sus estudios en “una buena universida­d becados por el deporte”. Opinó que el deporte “enseña muchas cosas” que sirven en otros ámbitos como en toma de decisiones o el manejo de la frustració­n.

Pero, ¿cómo se hace para manejar el talento cuando el que lo tiene es un niño?. Jaramillo dijo a El País que “lo primero es la búsqueda del talento, que el niño tenga todas las condicione­s, buena mentalidad, se sepa dejar llevar. Luego, todos son diferentes. Agassi entrenaba una hora pero me daba el 1.000%, Sampras entrenaba dos horas al 75%. Los jugadores son diferentes”.

En su academia no solo entrenan el deporte específico, también sobre lo que lo rodea y en ese sentido los niños aprenden en cómo pararse en una entrevista frente a cámaras.

—Son niños y hay que dejarlos que se diviertan, pero también los hacen pensar en el negocio. ¿Cómo lidia con eso? —Lo importante es que para ellos es un juego. Cuando empezamos con la cámara a entrevista­rlos al principio son preguntas que entienden, se ríen, les gusta y poco a poco vamos haciéndolo­s más maduros. Igual que cuando terminan un entrenamie­nto. Lo más importante para mí es preguntarl­es qué aprendiero­n y al principio te dicen no aprendí nada, soy muy malo, quiero dejar el tenis. Pero al cabo de unos meses te responden muy inteligent­emente: me hizo mucho daño con el revés, mi servicio estuvo corto y es igual en las entrevista­s.

—¿Cómo se manejan las frustracio­nes a una edad tan temprana? — Lo más importante en esto, es que los papás no le pongan la presión al niño porque lo que pasa con un papá es que el niño termina y le pregunta: ¿cómo quedaste (en el campeonato)? y si perdió, ¿cómo perdiste contra fulanito que solo juega tres veces por semana? Entonces, el niño ahí es cuando se frustra. Nosotros como entrenador­es hacemos preguntas muy diferentes: “cómo jugaste, cómo te sentiste, lo vas a hacer

“Uno como entrenador tiene que saber reconocer cómo trabaja la mente para poder llegar al niño”, dijo Jaramillo.

mejor la próxima vez”, entonces no lo estamos atacando. El padre sin querer sí lo está atacando. Cuando el padre reacciona de esa manera, el niño empieza a jugar con miedo y cuando eso pasa se “queman” y se quedan. La función del entrenador es que el padre no se meta en ese sentido, que no haga esas preguntas, sino más bien que le preste apoyo. Y eso es difícil.

—En el tenis, un deporte individual, ¿cuánto pesa el factor mental en el niño? — Trabajamos la parte mental al mismo tiempo que trabajamos la parte táctica, la parte de los golpes. Fui 32 años seguidos a todos los Grand Slams y vi a uno o dos preparador­es mentales o psicólogos. Acabo de venir de Wimbledon y del US Open y ni un preparador mental o psicólogo. Esa parte la tenemos que enseñar en el trabajo diario. Si el niño está perdiendo la paciencia hay que hacer que reconozca qué es lo que está haciendo. El control de las emociones es vital. Hay maneras de hacerlo, algunas veces lo saco de la cancha y termino el entrenamie­nto. Otras veces lo dejo que sufra el partido, pierda y lo sienta. Muchas veces hay que soltarlos un poco.

Jaramillo cierra con una frase —que está en su página web— y resume: “piensa como un campeón, sueña en grande, trabaja duro y juega sin miedo”.

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