El Pais (Uruguay)

“Queremos reducir un tercio el Senado y los diputados”

- SEBASTIÁN CABRERA

—Cabildo Abierto obtuvo más del 10% de los votos, tras una campaña de algo más de seis meses. Pero usted aspiraba a un porcentaje mayor. ¿Cómo valora la situación?

—El número va a estar más en 11% que en 10%. Pero es verdad que, dadas las encuestas, algunas proyeccion­es y lo que nosotros percibíamo­s de mucha gente, pensábamos que podíamos andar algún punto más arriba. De todas maneras fue una votación histórica. —Se viene la segunda vuelta. Usted dijo ayer en radio Universal que piensa que sus votantes lo van a “acatar” y apoyarán a Luis Lacalle Pou. ¿Pero realmente es posible asegurar eso? —En todos los contactos con la gente nuestra, en el cara a cara, percibimos que quieren cambiar. Cada vez hay menos empleo, los sectores productivo­s pierden gente. Y a esa gente no le sirve seguir con el mismo equipo económico, que es lo que propone Daniel Martínez. Lo mismo puedo decir en seguridad: la gente está angustiada e indignada. Hay más de 400 asesinados por año y eso nos debe llamar la atención. ¿Nos tenemos que resignar? No habrá cambios sustancial­es en seguridad en un gobierno de Martínez: ya dijo que su ministro será alguien que hoy participa en el Ministerio del Interior. Por todo eso pienso que no será difícil explicar por qué apoyamos a Lacalle. El cambio posible es el candidato que no ofrece más de lo mismo. —Pero tampoco tiene la certeza de que toda esa gente se mueva en masa a votar a Lacalle. ¿O sí?

—La gran mayoría se va a mover. Siempre habrá alguno que no. Pero vamos a entenderno­s: estos no son rebaños. La gente razona por sí misma y votará lo que crea mejor.

—Se habla de que una parte de sus seguidores son exvotantes del Frente y en una charla anterior usted me decía que eran exseguidor­es de José Mujica. ¿Para esa gente será fácil votar a Lacalle, con la carga que puede tener apoyar al Partido Nacional?

—Por algo se fueron del Frente y no es fácil que vuelvan. Se fueron defraudado­s, sintiéndos­e estafados en sus expectativ­as. Se fueron muy enojados. Un Frente que les prometió izar banderas artiguista­s y las arriaron todas.

—A Mujica le preguntaro­n por las dudas sobre sus conviccion­es democrátic­as y respondió: “Yo no pienso que Manini sea tan estúpido. Es un hombre que tiene su inteligenc­ia”. ¿Qué dice?

—No sé Mujica, pero ( Javier) Miranda dijo que tenía dudas sobre mis conviccion­es democrátic­as. Es el colmo de lo cínico, teniendo en el Frente sectores que esos sí dan dudas sobre las conviccion­es democrátic­as. El Partido Comunista nunca renegó del comunismo a nivel internacio­nal, que ha generado en el siglo XX decenas y decenas de millones de gente asesinada. Acá hubo una obsecuenci­a total con esos regímenes. Hoy siguen defendiend­o dictaduras. Miranda no puede tener ese rostro de piedra. Yo no voy a responder a alguien que habla con tanta hipocresía. —Usted dijo que podemos llegar “a una venezolani­zación” y su esposa Irene Moreira afirmó que no sabe si se podrá votar en el país en cinco años y que no quiere que Uruguay “sea Cuba o Venezuela”. Cuesta imaginarse hoy por hoy cualquiera de esos escenarios…

—No hay que sacar de contexto lo que dijo mi señora. En ese discurso se hablaba de la situación continenta­l, de un país como Venezuela que ya es una dictadura y otro como Bolivia, donde parece que quien está en el gobierno no se quiere ir más. Ella hablaba de la necesidad de la alternanci­a para evitar las tentacione­s antidemocr­áticas, en un discurso encendido. Yo no tengo ninguna duda de que en Uruguay la democracia está sólida y de que habrá elecciones en cinco años.

—A usted lo han comparado con Jair Bolsonaro, quien le dio un apoyo simbólico a Lacalle. ¿Fue un error?

—Por lo menos es una imprudenci­a hablar de la política interna de otro país a semanas de una elección, pero también es entendible: el gobierno actual le ha tirado piedras a Bolsonaro desde antes de ser electo. Ahora, no correspond­e que haga declaracio­nes de nuestra interna. —Usted tiene vínculo directo con el vice de Bolsonaro, Hamilton Mourão. ¿Piensa hacerle llegar un mensaje? —No, no, no. No correspond­e.

—Ayer se reunió con Lacalle Pou. ¿Con qué actitud llega Cabildo a este acuerdo? —No exigimos nada. Sí pedimos que se pongan en el programa tres puntos que son esenciales, que refieren a la corrupción, la seguridad y el país productivo. En los tres puntos el programa de Lacalle tiene posiciones en la misma dirección. Nosotros vamos a precisar algunas cosas. —¿Qué van a precisar?

—Qué hay que hacer en esos temas. Hay que insistir en las auditorías. Ahora vamos a establecer el marco apropiado para la acción legislativ­a y que se lleve adelante sin desacuerdo­s a partir de marzo.

Hay miles o cientos de uruguayos sufriendo los mismos excesos de los Morosoli que hay por ahí”.

—Supongamos que gana Lacalle Pou y usted es parte del gobierno. ¿Cómo va a hacer para cumplir muchas de sus promesas, siendo un socio minoritari­o? La voz cantante la llevará el presidente.

—A través de las iniciativa­s parlamenta­rias vamos a proponer todo lo que ya dijimos. Una ley referente al tope salarial en el Estado (para el presidente y de ahí para abajo), no puede haber sueldos de país rico en un país endeudado y pobre. Promoverem­os proyectos de ley, buscaremos consensos e intentarem­os llevarlos adelante. En algunos tendremos suerte, en otros no, porque no somos gobierno. —Además de los topes salariales, ¿hay otros proyectos en mente?

—Hemos hablado de la reducción progresiva del IASS, las políticas para estimular a la familia, la reducción del Parlamento. Queremos y vamos a cumplir con los procesos para que se vote una reforma constituci­onal que reduzca un tercio el Senado y Diputados. Podemos conversar y que tenga alguna variante. Pero hay que dar señales.

—No creo que Lacalle lo apoye en la reducción de la cantidad de legislador­es. —Bueno, hay diferentes vías (baja el tono de voz). No tiene por qué ser una ley. Puede ser un…

—¿Plebiscito?

—Puede ser un plebiscito.

—El miércoles se concretó el encuentro de Lacalle con el Comité Ejecutivo Nacional colorado, que tuvo una carga simbólica relevante. La señal pareció ser que el acuerdo principal es entre blancos y colorados. ¿Lo vio así?

—Nadie nos va a dejar afuera, nuestros votos son esenciales.

—Pero fue primero al Partido Colorado. —Está bien, ellos tuvieron más votos. —¿Hasta el balotaje no habla de cargos? —Hasta después del 24 no vamos a hablar de cargos. No tiene sentido.

—Ya dijo que no se ve como ministro y tiene pensado quedarse en el Senado. —No tengo pensado ser ministro. Pero Cabildo Abierto puede tener ministros en alguna cartera donde se nos pida el aporte. Tenemos gente capaz.

—De hecho, usted habló en canal 10 de Salud Pública, Vivienda y el Mides.

—No fue una aspiración de ministerio. Me preguntaro­n en qué áreas me gustaría y yo dije el área social, como el Mides y Salud. —¿Cuántos años fue director del Hospital Militar?

—Casi seis años entre Sanidad Militar y el hospital.

—Hay gente que lo ve como posible ministro de Salud Pública.

—Yo no me veo. Pero en la vida nunca se puede decir nunca.

—¿Habrá una mesa conjunta para sellar el acuerdo con Lacalle, Ernesto Talvi, Pablo Mieres y Edgardo Novick?

—No sé cuál es la idea que tiene el candidato, si esto será algo tan formal.

—¿Pero usted no tiene problemas en hacer un evento conjunto?

—Creo que no. Si es necesario para darle fuerza al candidato… Pero no está planteado.

—En cuanto a la agenda de derechos, usted dijo que le interesa eliminar la marihuana recreativa. ¿Lo va promover? —Nosotros somos contrarios al derecho de fumar marihuana en forma libre. No será una condición para acordar. Sí presentare­mos un proyecto de ley.

—¿Cómo se prepara para la instancia de esta tarde en la fiscalía, donde puede ser formalizad­o?

—Voy bien tranquilo. Sé que el fiscal ha tejido un relato falso, no ajustado a los hechos. Lo de él es débil, endeble. Por supuesto que me voy a someter a lo que la Justicia dictamine, como cualquier ciudadano. Pero sé que es una farsa que se montó con finalidad política cuando empezamos nuestra carrera en abril. La farsa se ha repetido mil veces, han tergiversa­do hechos. Estoy convencido que hice exactament­e lo que debía hacer. No pierdo ni un minuto de sueño por eso.

—En esa farsa de la que usted habla, ¿las directivas de quién fueron?

—No quiero dar nombres ni apellidos. Pero le archivan el caso a alguien que no hizo lo que debía.

—Si lo imputan, ¿qué pasará?

—Nada, iremos a juicio y segurament­e se archivará todo por falta de pruebas. Lo que se busca es el manoseo público. Esto nos reafirma en nuestra convicción de que a nivel legislativ­o hay que cambiar esta realidad: no puede ser que un fiscal haga lo que quiera con la Justicia, que impute y archive al que se le antoja. Hay miles o cientos de uruguayos que deben estar sufriendo los mismos excesos de los Morosoli que hay por ahí, pero no tienen voz para hacerse escuchar.

—Es una acusación grave la suya. —Estoy convencido de que el fiscal actúa con total intenciona­lidad política.

—Una biblioteca dice que hoy va sin fueros porque formalment­e aún no es senador electo.

—No tengo idea cuándo entran a regir los fueros. Ya he dicho que no voy a hacer uso de ellos. Quiero desenmasca­rar esta acción que se ha urdido desde la fiscalía. —Lacalle dijo que si es presidente va a seguir investigan­do el paradero de los desapareci­dos. ¿Lo ayudará?

—Yo ya dije lo mismo.

Nadie nos va a dejar afuera (del acuerdo con Lacalle), nuestros votos son esenciales”.

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