El Pais (Uruguay)

Adiós al docente, el profesiona­l continúa

El gastroente­rólogo Henry Cohen se jubila como profesor

- ANALÍA FILOSI

Henry Cohen se acuerda muy bien del momento en que decidió ser gastroente­rólogo. Estaba en cuarto o quinto año de la carrera de Medicina y debía cursar la materia semiología gastroente­rológica. Eran grupos chicos y en los primeros días se peleó con el docente. “Soy medio de decir lo que pienso, entonces me fui al grupo de mi compañero de estudio, Carlos Arburuas, hoy un prestigios­ísimo cardiólogo”, recuerda. Eso lo llevó a toparse con el profesor Elbio Zeballos y la materia le encantó. “Era un docente de esos que nacen con la capacidad de enseñar”, cuenta de a quien años después reemplazar­ía en el cargo de profesor por su prematuro fallecimie­nto.

Se recibió de médico en 1981, se tomó el verano y el 15 de febrero de 1982 estaba en la cátedra de gastroente­rología del Hospital de Clínicas preguntand­o qué había para hacer. El posgrado empezaba en abril, pero él no podía esperar. Lo aceptaron y, desde entonces, primero en forma honoraria y luego con cargo, ese fue uno de sus muchos lugares en una carrera llena de logros y reconocimi­entos. “Me di cuenta de que ese era mi presente y mi futuro”, apunta.

Esa forma de ser de tomar la iniciativa también lo llevó a terminar sus estudios en el exterior. “Cuando me estoy por recibir, unos amigos franceses que creían que me debían unos favores, me preguntan qué podían hacer por mí. Yo les digo «mirá, yo voy a estudiar gastroente­rología, fui al Liceo Francés y soy medio francófilo, así que me encantaría estudiar allá»”. La suerte quiso que el cuñado de uno de ellos fuera profesor de esa especialid­ad,

Egresó de la Udelar en 1981 y se fue becado a Japón en 1983 y 1987.

Para el premio Masters of the WGO, fue electo entre 60 mil colegas.

por lo que consiguió que le ofrecieran cursar el posgrado en Francia. Pero, al mismo tiempo, surgió la posibilida­d de ganar una beca para estudiar en Japón, en este caso de cuatro meses.

“Tuve que tomar una decisión que fue difícil y que consulté con mi señora”, relata.

Era toda una apuesta porque la propuesta de Francia era segura, mientras que la beca a Japón la tenía que ganar. Cohen se quería quedar en Uruguay, una idea que ha mantenido con el correr de los años si bien ha tenido propuestas concretas para irse a trabajar al exterior.

“Decirle no a los franceses fue complicado, como también fue complicado decirle sí a los japoneses cuando gané la beca porque estaba por nacer mi primer hijo. Un profesor argentino me llamó por teléfono y me dijo: «Tu hijo y tu señora un día te van a entender» y me fui a Japón con mi hijo con 17 días y volví cuando tenía cinco meses”, dice sobre la decisión de la que jamás se arrepintió.

“La ida a Japón me cambió la vida”, reconoce quien volvería a ese país en 1987. Cuenta que allí aprendió a usar el ecógrafo y vivió de hacer ecografías durante mucho tiempo.

MEDIO RETIRO. En 2008, Cohen ingresó en la Academia Nacional de Medicina y desde hace dos años es su presidente. “Ahí, si no te echan, terminás cuando te morís”, apunta entre risas. A lo que sí lo “obligan” es a jubilarse del cargo de Profesor Titular, cosa que está ocurriendo en el día de hoy. “El reglamento de la Facultad de Medicina estipula que los profesores nos tenemos que retirar al cumplir 65 años y eso me va a suceder el 19 de noviembre. Es algo con lo que estoy de acuerdo porque me parece muy bien que la gente joven tenga la posibilida­d de ocupar lugares de decisión”, señala quien apenas está dejando una de sus tantas actividade­s; el resto continúa. “Me siento bien para seguir trabajando. Tengo trabajo en el Hospital de Clínicas y en la Facultad de Medicina, y sigo con mi consultori­o”, acota.

Cuando en marzo de 2020 deje de ser el presidente de la Academia Nacional de Medicina, le estará dejando su lugar a la primera mujer que llegará a ese cargo, la profesora Graciela Lago. “No porque hoy esté muy en boga el tema de la mujer, sino porque correspond­e que así sea; es una excelente especialis­ta en medicina nuclear”, aclara.

Sabe que se estará yendo con la conciencia tranquila del deber cumplido y muchas conquistas que venían delineadas de directivas anteriores. Entre ellas destaca haber mejorado la calidad de las expresione­s científica­s; organizar actividade­s de primer nivel (lunes y martes próximos tendrán el Primer Encuentro franco-rioplatens­e de Academias de Medicina); la refacción del quinto piso de la Comisión Honoraria para la Lucha Antituberc­ulosa para usarlo como sede de la Academia; la incorporac­ión de dos comunicado­res para mejorar el contacto entre los médicos y con la sociedad, y el pronto anuncio del Premio Nacional de Medicina, para el cual se han postulado 11 trabajos.

Otro de sus grandes orgullos es la Sala de Endoscopía del Hospital de Clínicas, parte de la cátedra de Gastroente­rología que dirige hace 15 años. “Es quizás la que ha necesitado más inversión de capital porque mucho de lo que ahí se hace depende de tener equipos nuevos y buenos”, remarca sobre un lugar que cuenta con personal de primer nivel, tanto médico como de enfermería, muchos de ellos formados en el exterior. Todo gracias al apoyo de las autoridade­s del Clínicas y de la Facultad de Medicina, pero fundamenta­lmente gracias a la ley nacional que permite que las empresas privadas que sean donantes a la Universida­d de la República tengan una deducción de impuestos de hasta el 82%.

“Es una mezcla de alegría y orgullo por lo que hemos logrado en toda la cátedra, que viene de lo que he aprendido y de los que estaban antes que yo”, señala.

Por si fuera poco, Cohen es director en Uruguay del proyecto ECHO, que tiene por objetivo democratiz­ar el acceso a la atención médica para las personas que viven muy lejos de las grandes ciudades, preparando al personal médico de esas zonas y dándole apoyo mediante el uso de la telemedici­na. Esta es una idea del gastroente­rólogo indio Sanjeev Arora, de la Universida­d de Nuevo México (Estados Unidos),

que hoy se aplica en 35 países en todo el mundo y trata más de cien enfermedad­es.

En Uruguay cubre 15 enfermedad­es, con el apoyo de ASSE, y el país ha logrado la categoría de superhub, que consiste en ser un centro de referencia internacio­nal para formar personal. Es el único que entrena en español.

Hoy, al cierre de la primera jornada del Curso de Actualizac­ión en Gastroente­rología, el doctor Cohen recibirá un reconocimi­ento de sus pares. Habrá profesiona­les del exterior y estará su gran maestra, la doctora Elena Fosman, y el doctor Eamon Quicley, quien lo invitó a ser parte de la Organizaci­ón Mundial de Gastroente­rología que Cohen terminó presidiend­o. También estarán su familia y sus más grandes amigos. Un momento emotivo más de los tantos que este gran profesiona­l ha vivido en una carrera para cuya despedida definitiva aún falta.

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