UN TRÍPLEX LO LLEVÓ A LA PRISIÓN
▃ El ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva fue condenado como beneficiario de un apartamento vinculado a la adjudicación de obras a la empresa OAS.
La acusación que derivó en su procesamiento indicó que recibió un tríplex en un balneario de San Pablo para beneficiar a la constructora OAS con obras en la estatal Petrobras cuando aún era presidente de Brasil. El soborno fue valuado en 2,4 millones de reales (en valores actualizados), equivalentes a unos 750.000 dólares. Lula fue absuelto de la acusación de que OAS también había pagado 1,3 millones de reales para conservar su acervo presidencial.
Pero Lula simepre ha negado los cargos y se considera un “preso político”, víctima de una manipulación judicial para impedirle presentarse a los comicios presidenciales de 2018, en los que resultó elegido el ultraderechista Jair Bolsonaro.
Su postura ganó fuerza cuando el presidente Jair Bolsonaro designó ministro de Justicia al juez Sergio Moro, emblema de Lava Jato y autor de la primera condena contra Lula. El expresidente ve en esa designación una prueba de la parcialidad de Moro y exige la anulación del juicio. El prestigio de Lava Lato se siguió erosionando con las filtraciones realizadas por el portal periodístico The Intercept Brasil sobre conversaciones que parecen mostrar connivencias entre Moro y los fiscales de la investigación.