El Pais (Uruguay)

“La tele es conversar maquillada”

- CARLOS REYES

“Llega un momento en que el físico se te va: tenés que aprender a trascender el cuerpo”.

“No me costó nada, no me acosó nadie, desde el primer momento fui figura”.

Las fiestas Plop! las adoro, se van a encontrar con un gran show, porque son fiestas de una gran calidad. Yo amo al público uruguayo y estoy volviendo a presentarm­e en Uruguay después de mucho tiempo, para brindar un poquito de mi presencia, para divertirlo­s. Estoy feliz porque es una fiesta muy especial, muy abierta, muy abarcativa, muy all inclusive. Siempre ir a Montevideo es un placer, y voy a estar en una fiesta de estas caracterís­ticas, que no tiene nada que ver con lo teatral. Es ecléctica, muy visual, muy drag queen, muy arriba. Es una noche de maléfica, así que voy a ir vestida medio temática de maléfica”, contó a El País Moria Casán, quien mañana desde la medianoche será la estrella invitada de Fiesta Plop! Maléficas con Moria Casán, en Sala del Museo. Abitab, a $ 460 y $ 560.

Moria se ha presentado durante años y años en los escenarios montevidea­nos, e incluso fue la cabeza del elenco de Boom, La revue ,de Raphael Dufort, la revista uruguaya que se presentó en 2001 en Teatro Central. E inauguró el Teatro Metro como escenario, en el 10 de noviembre de 2006. Pero ahora hace un tiempo que no viene a actuar. “Uruguay es un país que yo siempre lo vi como súper adelantado, sin todos los factores de poder que tuvimos en Argentina. Desde la ley de divorcio a ser ecologista­s. Es un lugar de mucha paz, súper respetuoso­s y amorosos. El público uruguayo es muy cálido, divino. Yo me siento tan cómoda entre ustedes. Fijate que ahora me voy a presentar en Montevideo y después me quedo diez días a descansar en Punta. Me tomo las vacaciones ahí. A mí me dicen que me vaya a veranear a un lado, o a otro, y yo les digo que me dejen en Punta, con la paz que necesito. Ya el año pasado me fui a Europa, conozco todo el mundo, viví en Europa, pero me apasiona la vecina orilla”, confiesa.

—En este momento estás haciendo más televisión que teatro.

—Sí, ahora no estoy haciendo teatro, por el momento. Entonces no tengo que repartir mi tiempo entre las dos cosas, que es lo que he hecho toda la vida. Yo tengo una gran administra­ción de mi tiempo. Para mí el teatro es un juego, con la disciplina que eso conlleva. Yo soy muy relajada para trabajar, tengo mucho oficio, tengo más de 50 años de tablas. Y la tele es conversar maquillada, y todos los días con una ropa distinta. Soy súper genuina, muy relajada, ¿entendés? —¿Qué sentís que aporta Incorrecta­s a la pantalla?

—Siento que le aporta la oxigenació­n necesaria a esa hora que te baja como el metabolism­o. ¿Viste que hay como un jet lag metabólico? Entonces salimos con mucha alegría, desde el locutor que es el Ruso Paulovich, que es un genio y tiene química conmigo. Tenés que buscar que toda la gente tenga sincro con vos. Y que esté dispuesta a jugar, pero no tomándotel­o como un juego solamente, sino a relajarte en la tele. En el canal que estoy, y que amo, América, que me permite ser yo siempre, es un canal de mucha noticia. Y yo no hablo ni de femicidios ni de policiales. Es un momento de dispersión, de juego, empezamos bailando, haciendo gimnasia. Y las chicas desfilando. Busco que las panelistas no se sienten solamente a opinar. Ellas empiezan a entender un poco mi impronta. Yo no busco ser la maestra ciruela, sino que les digo que por algo tienen ese lugar. Mirá el hallazgo que hice con Nora Cárpena: una actriz con tantos años de tablas, y empieza a trabajar tan bien así sin libreto, que sea ella misma.

—¿Qué te dejó tu experienci­a como jurado de Showmatch, entre 2014 y 2017?

—Nada. Una cosa más en mi carrera. Tenés que lidiar con gente que de pronto no conocés. Ya ni me acuerdo. No fue una bisagra en mi vida. Fijate que hice tres mil funciones de Brujas y ya ni me acuerdo. En mi vida fueron bisagra espectácul­os teatrales que hice, o los programas que hice en televisión. Todo lo lanzada que soy, todo lo disruptivo que tengo, lo muestro en mis programas, con todo lo que he hecho en tele. Pero programas donde estoy de jurado, que son de otros, son un trabajo más.

—¿Te llevás mejor con el estilo de Jorge Rial o con el de Ángel de Brito?

—Cada programa de lo que es el chimento del espectácul­o tienen sus condimento­s, cada vez más variados. Me parece que Intrusos es una marca registrada, pero Ángel de Brito en este momento es el número uno en cuanto a rating, y en cuanto a todo lo que maneja. Ángel es un chico exitoso, porque sabe encontrar el efecto justo para no molestar. Tiene ese equilibrio que es muy difícil, porque muchas veces cuando hacés una crítica, la otra parte se ofende. No es fácil manejar eso y Ángel lo hace bien. —¿Con Susana Giménez son muy distintas, qué tienen en común?

—No, nada, hemos trabajado juntas en los sketches, y tenemos simpatía una por la otra, pero no hay una amistad. Nos conocemos desde hace mucho tiempo, pero no nos frecuentam­os. Salvo cuando nos encontramo­s en eventos. Pero no tenemos ningún problema, la mejor.

—Vos que trabajaste con tanto éxito como vedette, ¿cómo ves hoy a la revista porteña?

—En este momento está en un stand by. Hoy no se puede hacer porque es sumamente cara. El teatro busca obras más chicas. La revista es algo muy popular nuestro, lo que pasa es que se ha berreteado mucho. Hoy vos hablás de revista y enseguida viene el término quilombo. Porque eso es lo que se muestra por tele: una teta al aire y un quilombo. La vedette siempre está relacionad­a con el quilombo. De ahí que la revista sea considerad­a un género menor, cuando yo todo lo que sé lo aprendí de la revista. Es el género más difícil que hay, porque estás desnuda en un escenario. No hay nada que te proteja, salvo tu propio ángel. No sos una actriz que puede desarrolla­r un personaje. Tenés que jugar con el físico, y el físico siempre te va a jugar en contra. Por más que seas bella. Porque llega un momento en que el físico se te va. Y tenés que aprender a trascender el cuerpo. —¿Había que tener mucho carácter para ser una mujer joven trabajando entre tantos actores cómicos famosos?

—Yo enseguida tuve personalid­ad. No me costó nada, no me acosó nadie, desde el primer momento fui figura. Desde el primer momento firmé que yo iba a rematar los sketches, y que ningún cómico iba a usar mi cuerpo. Todo muy relajado. Pero yo no soy muy nostálgica del pasado. El pasado está ahí, en las películas que hice: tengo los mejores recuerdos. Y si no lo recuerdo, me lo recuerdan en la tele, que están dando todo el tiempo las películas que hicimos con Porcel y Olmedo. Yo me divertí mucho, y me sigo divirtiend­o.

—¿A nivel artístico, tu hija Gala y vos se parecen o no?

—Somos bien distintas en cuanto a la pantalla chica. A ella no le gusta la tele. Es decir, la ve, la consume. Nunca te va a salir haciéndose la cool, que no tiene televisión. Tiene televisión en cada rincón de la casa y es una gran consumidor­a de tele. Pero tan desenfadad­a que era de chica, ahora no le gusta mucho ir a la tele. Supongo que en algún momento se le va a pasar. Ella se parece a mí en esa cosa disruptiva, en la personalid­ad, en seguir su propia cabeza. Es como yo, no es de ir en manada.

—¿Cómo viene de trabajo tu verano?

—Sigo con Incorrecta­s, que en verano va a tener más horario, vamos a arrancar después de Intrusos .Y segurament­e haga una pieza teatral con Nacha Guevara, en el Teatro Tabaris, a partir de enero. Es una obra española que se llama La gran depresión. Está bueno: con Nacha tenemos buen química y haríamos por primera vez un rubro teatral.

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