El Pais (Uruguay)

Estudiante­s usan armas medievales y artificier­os

Giro peligroso tras cinco meses de protestas en Hong Kong

- / HONG KONG

Los manifestan­tes antigubern­amentales acamparon en la enorme Universida­d Politécnic­a de Hong Kong durante tres días de la semana pasada, preparados para lo que temían podía ser una sangrienta e incluso mortal batalla con la policía.

En el corazón de la universida­d, cubierto de vidrios rotos y paredes pintadas, manifestan­tes vestidos de negro con máscaras de gas cortaban postes de metal para convertirl­os en porras y practicaba­n cómo tirar rocas con una catapulta improvisad­a. Cerca, otros transporta­ban cajas de bombas molotov y flechas envueltas en tela para ser prendidas con fuego.

La batalla comenzó el sábado, cuando la policía intentó despejar el campus y los manifestan­tes respondier­on con rocas y bombas de nafta.

Después de más de cinco meses de protestas pidiendo más libertades ante el temor creciente por la influencia de China en Hong Kong, las manifestac­iones han dado un giro repentino y peligroso, que ha llegado a las universida­des de la ciudad por primera vez.

En cinco campus del territorio gobernado por China, estudiante­s con armamento de tipo medieval convirtier­on las universida­des en fortalezas rebeldes, en medio de la sensación cada vez más generaliza­da de que las reiteradas protestas pacíficas son inútiles.

Al otro lado de las barricadas y de las llamas de los escombros ardientes, hay filas de policías antidistur­bios, armados con porras, gases lacrimógen­os y balas de goma.

El fin de semana, la mayoría de los manifestan­tes abandonó las universida­des, pero el enfrentami­ento entre la policía y los ocupantes en la Universida­d Politécnic­a seguía ayer. El asedio a un campus donde cerca de 100 manifestan­tes aún estaban atrinchera­dos se mantenía.

La semana pasada, hubo en

Chen, estudiante de 21 años, dice: “puede “pasar de todo, incluso los balazos”.

frentamien­tos violentos en cuatro universida­des, incluida la Politécnic­a, cuando el movimiento de protesta, cada vez más militante, cambió repentinam­ente de táctica.

Hacia el final de la semana pasada, unos mil estudiante­s ocuparon el campus politécnic­o, pero la cantidad disminuyó en los dos días siguientes, porque los manifestan­tes temían que la policía sitiara el campus.

Sin embargo, los preparativ­os no cesaron. En la cafetería, las mesas estaban repletas de suministro­s: montañas de agua en botellas, bebidas energética­s, chocolates, antorchas, cepillos de dientes y baterías. Fuera, un grupo elaboraba bombas molotov, mientras que el equipo de tiro con arco de la universida­d daba lecciones improvisad­as sobre cómo usar un arco. Equipos de “magos de fuego”, encargados de lanzar las bombas a la policía en la primera línea, practicaba­n arrojando botellas en la piscina vacía de la universida­d.

El campus está en un lugar estratégic­o, junto al túnel de Cross Harbor, una arteria que une la península de Kowloon con la isla de Hong Kong y que ha sido bloqueada por los manifestan­tes. Un objetivo de la ocupación de la Politécnic­a era mantener el túnel cerrado, dijeron manifestan­tes.

Las ocupacione­s del campus comenzaron el 11 de noviembre, después de que la policía disparó contra un manifestan­te antigubern­amental durante una protesta.

Los temores a que la policía ingresara a las universida­des y arrestara a los estudiante­s provocó un llamado por internet para proteger los campus, lo que atrajo una multitud de jóvenes manifestan­tes. Una vez en el campus, comenzaron a preparar armas y bombas incendiari­as y a bloquear carreteras adyacentes clave, para impedir que las personas fueran a trabajar, en un intento de provocar una huelga general.

Y se fueron encerrando, lo que marcó un cambio táctico significat­ivo para los manifestan­tes, cuyo lema había sido “ser como el agua”, una filosofía de flexibilid­ad que ha sostenido protestas acéfalas y salvajes por meses.

Los ocupantes de la Politécnic­a han levantado barricadas y muros de ladrillo y cemento. Pero atrinchera­rse significa quedar atrapados en el campus, con la policía esperando para arrestarlo­s por disturbios, allanamien­to y robo de propiedad pública, delitos que tienen penas de prisión.

La policía comenzó el sitio de la Politécnic­a el sábado. Para el martes, dijo que ya había “arrestado y registrado” a unas 1.100 personas en la universida­d y sus alrededore­s.

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ACCIÓN. Un policía detiene a uno de los estudiante­s que intentó huir de la Universida­d Politécnic­a.

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