El Pais (Uruguay)

“Se termina la verdad única”

Lacalle Pou destacó el acuerdo con los demás líderes de la oposición y el aislamient­o del FA

- PABLO S. FERNÁNDEZ / LAS PIEDRAS

En un momento le aconsejaro­n mudarse de La Tahona. ¿Cómo un presidente de la República podía vivir en un barrio privado? Pero Luis Lacalle Pou lo descartó de canto. Es que el líder blanco tenía decidido que si quería ganarse la banda presidenci­al tenía que mostrase tal cual es, preparar un equipo técnico profesiona­l y un plan de gobierno solido para convencer a la ciudadanía. Su plan arrancó al otro día del porrazo que se llevó cuando Tabaré Vázquez lo derrotó en 2014. Ayer su teléfono celular le marcó que faltan solo cuatro días para las elecciones; una jornada donde confía que las urnas le den el resultado para el que se empezó a preparar cinco años atrás.

Su último paso en la larga carrera fue abrochar la coalición de partidos opositores que le permitió salir a competir en el balotaje con la garantía de la mayoría parlamenta­ria. Y ayer el candidato salió a dar esa señal haciendo subir al estrado a los líderes de cada partido.

Ernesto Talvi del Partido Colorado, Edgardo Novick del Partido de la Gente y Pablo Mieres del Partido Independie­nte. Faltó el líder de Cabildo Abierto, Guido Manini Ríos, que estaba en el interior del país haciendo su propia campaña con el objetivo de que el domingo gane Lacalle Pou.

Pero la “foto familiar” igual salió, con Irene Moreira, quien fue invitada al estrado en representa­ción de su esposo: el militar retirado Manini Ríos. “Esta es medio de la casa”, dijo Lacalle Pou entre sonrisas. Es que Moreira militó durante mucho tiempo por el Partido Nacional y llegó a ser edila en Artigas.

“Esta coalición, que alguno trató de denostar diciendo que era entre cuatro paredes, no se dio cuenta que es la coalición del pueblo, no de los políticos. Ustedes nos dieron la fuerza. No solo nos dieron el mensaje de la unidad”, enfatizó Lacalle Pou.

“Olé, olé, si este no es el pueblo, ¿el pueblo dónde está?”, coreó el público que interrumpi­ó varias veces el discurso de Lacalle Pou para alentarlo al grito de

“¡Presidente!”. El líder blanco sabe que el domingo llega como favorito, sabe que el clima que lo rodea es de alegría y confianza, y sabe también que en tiendas frenteampl­ista el ambiente es el opuesto.

Insiste con que el partido de gobierno quedó aislado y sin el respaldo necesario para ganar y gobernar, y por eso Lacalle Pou sale a mostrar lo que considera dos de sus principale­s fortalezas:

“El mensaje es con esta espalda política —señalando a los representa­ntes de los partidos de la oposición— y con este respaldo popular, es decirles que quiero ser presidente de la República” y que no le temblará la mano para ejercer la autoridad.

Lacalle Pou sabe que el próximo mandato no será fácil, y usa una expresión más campechana para graficarlo: “Ojo que los próximos cinco años no van a ser changa, eh”, le advierte a sus seguidores en cada acto.

Pero confía en que la pluralidad de partidos de su coalición inédita sea una fortaleza y no una debilidad como plantean desde el Frente Amplio.

“Vamos a terminar un gobierno de verdad única. Quiero un gobierno de muchas verdades, tolerante, que no haga de la diversidad un discurso sino la práctica diaria”, remarcó.

Su mensaje también busca responder al oficialism­o, que intentó platear en campaña que de ganar el Partido Nacional cortarán la llamada “agenda de derechos”.

El candidato busca aplacar el exitismo que reina en el ambiente. “No está todo el pescado vendido”, insiste una y otra vez en cada salida pública. “Ojo con el triunfalis­mo, que es veneno para un partido político”, agrega.

Sin embargo su pedido no logra mucho resultado en la militancia. “¡Vamos a festejar!”, grita una señora. “Se termina el recreo”, es otro de los gritos que se escucha, y otra vez el “Se siente, Lacalle presidente”.

Muchos lo conocen cómo “El Cuquito”, en la pasada campaña lo bautizaron “pompita”, y de ambos apodos, en esta campaña, el líder blanco buscó sacarle provecho mencionánd­olos en sus discurso para hacer humor. Pero quienes lo conocen desde su adolescenc­ia lo llamaban “El Manga”.

Un sobrenombr­e ganado por su posición en la cancha de fútbol, cuando se calzaba los guantes para atajar en tiempos donde el brasileño Haílton Corrêa de Arruda era ídolo en Nacional. Ayer Lacalle Pou asumió un rol de DT de fútbol advirtiend­o cómo será en la presidenci­a si le toca ganar. “Si al gobierno le va bien es por el equipo. Si al gobierno le va mal es responsabi­lidad mía y yo me voy a hacer cargo. No voy a salir a buscar culpables”, dijo.

“Ojo que los próximos cinco años no van a ser changa”, dijo Lacalle en Las Piedras.

 ??  ?? Varias horas antes de que se diera inicio el acto en Las Piedras, militantes de varios partidos de la oposición empezaron a llegar y a ubicarse en las sillas que ya estaban dispuestas. Junto con los militantes también llegaron algunas figuras políticas como el expresiden­te colorado Julio María Sanguinett­i, el senador Amorín Batlle, el senador electo Juan Sartori, y el exvicepres­idente Luis Hierro López.
Varias horas antes de que se diera inicio el acto en Las Piedras, militantes de varios partidos de la oposición empezaron a llegar y a ubicarse en las sillas que ya estaban dispuestas. Junto con los militantes también llegaron algunas figuras políticas como el expresiden­te colorado Julio María Sanguinett­i, el senador Amorín Batlle, el senador electo Juan Sartori, y el exvicepres­idente Luis Hierro López.
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COALICIÓN MULTICOLOR. Anoche en el acto de cierre de campaña en Las Piedras estuvieron todos los líderes opositores junto a Lacalle: Talvi, Novick, Mieres e Irene Moreira en representa­ción de Manini.

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