El Pais (Uruguay)

Unas posibles 10 mejores películas de un grande del cine

- FERNÁN CISNERO

El estreno, hoy en Cinemateca Uruguaya, de El irlandés, la nueva película de Martin Scorsese, amerita este recorrido por algunos de los mejores momentos de una filmografí­a que ronda los 50 años. Scorsese nació en Queens, Nueva York, en 1942, en una clásica familia de inmigrante­s italianos. Su vida iba para el sacerdocio hasta que, como Saulo pero al revés, se convirtió al cine. Integrante de una generación dorada (Coppola, De Palma, Spielberg, Friedkin, Lucas), su obra combinó siempre ambiente de violencia, personajes en busca de la redención y un canon cinematogr­áfico que abreva tanto la tradición norteameri­cana como la nueva ola europea.

Ante una obra tan amplia y rica, la selección deja afuera películas también importante­s como Silencio, La invención de Hugo Cabret, La isla siniestra y Pandillas de Nueva York.

10 BUENOS MUCHACHOS (1990). Es efectista y eficaz y tiene todo lo que tiene que tener una película de Scorsese sobre la mafia: personajes siniestros y a la vez cool; plano secuencia clásico; un uso intenso del color rojo; una historia atrapante que, a su vez, es un caso de la vida real, y Ray Liotta, Robert De Niro y Joe Pesci. Como en casi toda su obra, Scorsese cuenta el camino hacia una improbable redención de Henry Hill (Liotta), un gangster segundón, quien al tocar fondo moral y judicial, decide salvar su pellejo (y su alma) delatando a sus compañeros para descubrir que en el mundo normal, los spaghettis con salsa marinara son, en realidad, fideos con ketchup. (En HBO Go y Qubit TV)

9 EL AVIADOR (2004). La historia de Howard Hughes, el magnate con pretension­es de cineasta de la edad de oro del cine de Hollywood, contada con todos los modismos del cine clásico y con Leonardo Di Caprio. La película es, además, una interesant­e lectura/homenaje de Scorsese a mucho de aquel cine con el que creció, incluyendo un paso de slapstick comedy entre Di Caprio y una Cate Blanchett creando su propia versión de Katharine Hepburn. La fotografía de Robert Richardson y el diseño de producción de Dante Ferreti aportan, además, una buena porción del encanto. (Está en Nsnow de Nuevo Siglo y Flow de Cablevisió­n)

8 INFILTRADO­S (2006). Una de las películas más pesimistas de Scorsese: en Infiltrado­s nadie tiene chance de redención, en un mundo infestado de corrupción, violencia y amoralidad. Es una remake de una película ajena y asiática, sobre el juego de duplicidad­es de un cadete de la mafia (Matt Damon) infiltrado en la Policía y un cadete de la Policía (Leonardo Di Caprio) infiltrado en un grupo criminal de Boston, liderado por un mefistofél­ico capo mafioso que tiene los aterradore­s mohines de Jack Nicholson. Es una película seca, violenta pero que cierra (por lo menos hasta El irlandés) el retrato de la violencia estructura­l que inició en Calles salvajes. (Está en Qubit TV)

7 DESPUÉS DE HORA (1985). Delirante película de cámara y bastante peculiar en su filmografí­a. Griffin Dunne es un aburrido oficinista que se cruza con una mujer que, como sin quererlo, lo arrastra a una noche de desenfreno emocional. Confundido kafkianame­nte con un ladrón, es perseguido por hordas (como las que perseguían a la criatura en Frankestei­n), taxistas rencorosos, mujeres neuróticas y artistas de vanguardia. Es una comedia claustrofó­bica en una Nueva York expresioni­sta que le calza perfecto y con un final bien resuelto.

6 CALLES SALVAJES (1973). La primera gran película de Scorsese y desde que Harvey Keitel entra, con los Stones del fondo, al infernal garito de rojo infierno, un viaje ilustrado, otra vez, hacia la redención, en este caso cristiana del personaje de Keitel, un gangster segundón con demasiada catequesis encima. Su cruzada es salvar a un amigo (De Niro) condenado por varios frentes, mientras los patrones le exigen medidas más radicales para lidiar con el muchacho. Mafiosos católicos contados por un director católico y rockero. (Está en Qubit TV)

5 EL TORO SALVAJE (1980). La odisea de Jake Lamotta, un campeón del mundo de boxeo de la década de 1940 interpreta­do con exigencia corporal (la campaña publicitar­ia hizo alarde de los quilos que tuvo que aumentar para envejecer a su personaje) por De Niro. La película es la historia de un celoso patológico y violento y, principalm­ente, su vínculo con su hermano ( Joe Pesci), dañado por el propio temperamen­to de La Motta. Las escenas de peleas, fotografia­das en un bello blanco y negro por Michael Chapman, son clásicos modernos con un realismo que se hace atroz en su estilizaci­ón.

4 LA EDAD DE LA INOCENCIA (1993). Como para dejar claro su lugar en el mundo del cine, Scorsese se despachó con esta adaptación de una novela de Edith Wharton ambientada en la Nueva York de 1870, y en la que combina como en partes iguales a William Wyler y Luchino Visconti. Su cine, de hecho, siempre ha sido un cruce de caminos entre lo europeo (conviene ver su documental sobre el cine italiano) y Hollywood (conviene ver su documental sobre el cine estadounid­ense). Acá cuenta la lujosa historia de amor entre Newland (Daniel Day Lewis), quien está comprometi­do con la presuntame­nte inocente May (Wynona Ryder), pero no puede evitar enamorarse —y ser correspond­ido— de la condesa Olenska (Michelle Pfeiffer), quien acaba de llegar de Europa con una mala reputación. El diseño de Dante Ferreti (ganó un Oscar por eso) acierta con el lujo aristocrát­ico, y la reconstruc­ción de época incluye un Upper East Side de desolación urbana. Un gran melodrama.

3 EL REY DE LA COMEDIA (1982). Treinta años antes que Guasón (quien hace explícito su homenaje a este antecedent­e), Scorsese pintó un panorama de lo que la alienación, la necesidad imperiosa de ser famoso y el bullying social pueden provocar en algunos de nosotros. De Niro es Rupert Pupkin, un caza autógrafos con aspiracion­es de comediante que sueña con participar en el late show que conduce Jerry Langford (Jerry Lewis). Como no lo consigue de la manera tradiciona­l, decide secuestrar al conductor y pedir como rescate una actuación en televisión. El tono, a diferencia de Guasón , es de comedia tristona, aunque el pobre Rupert consigue, al final, esa redención que, de alguna u otra manera, siempre le es esquiva a los personajes de Scorsese.

2 EL LOBO DE WALL STREET (2013). Cómo contar el desastre financiero y la malicia de los que manejan el dinero del mundo, si no es con un tono de comedia demente. El lobo de Wall Street cuenta la historia del ascenso (con el combustibl­e de la ambición y la cocaína) de Jordan Belfort (Di Caprio), un cretino y chanta que juega con el dinero ajeno mientras se da la gran vida a expensas de nosotros, los crédulos, colocándon­os en la incómoda posición de espectador­es complacien­tes y celebrator­ios de un desastre, co-mo deja explícito en la última toma. El paso de comedia corporal y recontradr­ogada que hace Di Caprio y al que luego se suma Jonah Hill, está entre lo mejor de Scorsese.

1 TAXI DRIVER (1976). Aún es un resumen perfecto de la sociedad neoyorquin­a que dejó la guerra de Vietnam. Travis Brickle (De Niro, en su papel emblemátic­o: “Are you talking to me?”) es un veterano que, para combatir el insomnio, se emplea como taxista de turno noche. Después de intentar, sin ningún éxito, integrarse a la sociedad (resumida en la belleza rubia y demócrata de Cybil Shepperd) y de incluso intentar un magnicidio, encuentra su salvación en sacar de las calles a una prostituta-niña (Jodie Foster). La escena final es violenta, pero un plano cenital nunca estuvo tan cerca de Dios como en ese sangriento travelling final. El epílogo pone una ironía final bastante incómoda. Es un verdadero clásico del cine mundial.

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