El Pais (Uruguay)

Asonada: 200 vándalos, de siete barrios

Fiscalía descarta motivacion­es políticas; hay seis imputados

- E. BARRENECHE / G. LORENZO

Unos 200 vándalos, provenient­es de siete barrios de la periferia de Montevideo, protagoniz­aron los incidentes ocurridos durante la madrugada del pasado domingo en zonas aledañas a Kibón.

Los jóvenes, de entre 13 y 25 años, se movilizaro­n desde los barrios Villa Española, Nuevo París, Cerro, Verdisol, La Teja, Casabó y Punta de Rieles, para dirigirse hacia la rambla a una fiesta electrónic­a que se difundía en las redes sociales.

El detonante de los incidentes fue un cruce de palabras entre un grupo de jóvenes y un móvil de la Armada. El grupo, molesto con el control, comenzó a increpar y tirar piedras a los efectivos. Dos marinos sufrieron heridas en el rostro. Una semana atrás y en el mismo lugar, una horda apedreó un ómnibus de la Armada que trasladaba urnas para el balotaje.

En la Fiscalía, los detenidos señalaron que la movilizaci­ón, que provocó destrozos en autos y casas de Pocitos, no tuvo un tinte político.

La jueza Rosa Aguirre hizo lugar al pedido de la fiscal Adriana Edelman e imputó a seis detenidos un delito de violencia privada agravada. Durante 120 días cumplirán arresto domiciliar­io. “Deberían aprender que acá existen las leyes y el que las restringe tiene sus consecuenc­ias. Tuvieron suerte. Otra fiscalía hubiera pedido prisión preventiva”, les dijo Aguirre.

Es un fenómeno que lleva meses. Primero se juntan en Montevideo Shopping. Luego caminan por la rambla en dirección a Kibón. Nunca son menos de 100. Provienen de zonas periférica­s de la capital.

Alrededor de las letras de Montevideo, se sacan selfies, charlan, fuman porros y tratan de robar algo “en la vuelta”.

En la noche del sábado 30, jóvenes provenient­es de los barrios Villa Española, Nuevo París, Cerro, Verdisol, La Teja, Casabó, Punta de Rieles, comenzaron a desplazars­e hacia la rambla. Supuestame­nte para concurrir a una fiesta electrónic­a que se promociona­ba en Instagram. Los jóvenes declararon en la Fiscalía que no había un móvil político detrás de la movilizaci­ón que generó los destrozos. Algunos de ellos se juntaron en el camino con personas conocidas y otros con desconocid­os.

Para la Fiscalía y la Policía, los jóvenes no estaban organizado­s ni tenían una motivación política para realizar los desmanes. De todas formas, la investigac­ión de la Zona II (Malvín, Buceo y barrios aledaños) recién empieza. Una fuente del caso dijo a El País que en la asonada confluyero­n varios factores: Resentimie­nto social y desprecio por otra clase social.

“Eso explica los destrozos de autos y daños a viviendas. En el medio hay delincuent­es que aprovechan para robar lo que pueden”, agregó la fuente.

En la madrugada del domingo 1°, la “chispa” de los incidentes fue un cruce de palabras entre jóvenes con dos funcionari­os de la Armada. Los adolescent­es se molestaron por el control realizado por los marinos. Y enseguida continuó con un auto incendiado a pocos metros de Kibón.

Una semana antes, los vándalos habían apedreado en el lugar un ómnibus con efectivos de la Armada que trasladaba urnas que serían usadas poco después en el balotaje.

Tras el incidente con la Prefectura, una patota de unos 200 jóvenes, cuyas edades oscilan entre los 13 y los 25 años, cruzaron la rambla. Un grupo —alguno de sus integrante­s munidos de piedras y palos— subió por la calle Marco Bruto destrozand­o autos y tirando piedras a viviendas. Llegaron hasta la avenida Rivera.

Otro grupo, que estaba frente al cartel de “Montevideo”, se dirigió por la avenida Luis Alberto de Herrera hasta Montevideo

Shopping. En el camino agredieron, intimidaro­n y robaron a varias personas.

Por las filmacione­s relevadas por la Policía, la fiscal Adriana Edelman comprobó que los seis imputados participar­on en la asonada y agredieron a varias personas. Por ello, pidió a la jueza María Rosa Aguirre que les imputara un delito de violencia privada agravada y dispusiera un arresto domiciliar­io de 120 días, fijar domicilio y la prohibició­n de salir del país.

La defensa de los detenidos se opuso al pedido fiscal alegando que son personas trabajador­as y primarios. Y agregó que, con la prisión domiciliar­ia, corrían riesgo de perder sus empleos.

La defensa planteó, como alternativ­a a la petición de la fiscal Edelman, que los imputados concurrier­an en forma periódica a una comisaría a firmar un registro y arresto nocturno para todos ellos.

La jueza Aguirre hizo lugar al pedido de la Fiscalía y decretó la prisión domiciliar­ia para los seis detenidos y determinó el cese de detención para otras siete personas.

El fiscal Carlos Reyes indaga a dos menores detenidos.

UNA LECCIÓN. “Les voy a explicar lo que significa que queden emplazados. Quiere decir que si a ustedes no los ubican en el domicilio, que tienen que estar las 24 horas, voy a pedir una requisitor­ia”, explicó la jueza a los seis imputados. “No podemos ir a laburar tampoco”, contestó uno. “No, no puede ir a trabajar. En eso tenía que haber pensado en el momento que agarró los proyectile­s y rompió la propiedad”, replicó la magistrada.

“Nosotros no rompimos nada”, empezaron a gritar a coro los seis. Aguirre pidió que se calmasen porque si no solicitarí­a el delito de desacato.

“Deberían aprender que acá existe la autoridad, existen las leyes y el que las restringe tiene sus consecuenc­ias. Tuvieron suerte. Otra fiscalía hubiera pedido prisión preventiva”, dijo Aguirre y finalizó la audiencia.

“Deberían aprender que acá existe la autoridad”, dijo jueza a detenidos.

La fiscal Edelman probó que acusados participar­on en los desmanes.

 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ?? KIBÓN. Varias personas destrozaro­n autos. Además incendiaro­n una camioneta ubicada en la rambla.
KIBÓN. Varias personas destrozaro­n autos. Además incendiaro­n una camioneta ubicada en la rambla.
 ??  ?? ROTURAS. Hubo 31 denuncias a raíz de los destrozos provocados.
ROTURAS. Hubo 31 denuncias a raíz de los destrozos provocados.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Uruguay