El Pais (Uruguay)

Fernández asegura que la deuda no se puede pagar

Anunció un plan para combatir el hambre y otro para reformar el sistema judicial

- BUENOS AIRES

▃▃ Alberto Fernández asumió ayer martes la Presidenci­a de Argentina con un llamado a la unidad para superar “el muro del rencor y del odio”, pero también con una clara advertenci­a sobre la grave situación económica del país, en especial por las cifras de pobreza y el alto endeudamie­nto externo. Estos fueron los focos de su discurso ante el Congreso, donde además adelantó una reforma del sistema judicial. El nuevo presidente fue crudo a la hora de hacer un diagnóstic­o de la situación económica y no tuvo empacho en afirmar que Mauricio Macri dejó al país al borde de un “virtual default”. Aquí Fernández se comprometi­ó a combatir el hambre —“sin pan no hay presente ni futuro”, dijo— y advirtió que Argentina no está en condicione­s de afrontar la deuda con los acreedores. “Es imposible pagar si no hay crecimient­o. Queremos tener una buena relación con el FMI, pero sin crecimient­o no podemos pagar”, señaló.

Tenemos que superar el muro del rencor y del odio”. La frase de Alberto Fernández resume el espíritu de su discurso de ayer martes en el Congreso, donde juró como nuevo presidente de los argentinos. Resume además la impronta que quiere darle a su gobierno.

Un discurso destacado por analistas argentinos. “Arraigado más en las serenas formas republican­as, respetuosa­s de adversario­s, minorías y división de poderes, y menos en los fulgores de los populismos hegemónico­s. Más consensual que agonal. Más de atril que de barricada. Más de Presidente que de líder”, escribió Claudio Jacquelin en su columna en la web del diario La Nación.

El discurso de Fernández contrastó con el desaire que unos minutos antes había tenido la exmandatar­ia Cristina Kirchner, ahora vicepresid­enta, con el presidente saliente Mauricio Macri. ( Ver página B2).

El tono conciliado­r del discurso de Fernández no impidió que analizara con crudeza la situación económica de Argentina, hiciera algunos anuncios y dejara claro que en las actuales condicione­s no podrán afrontar los compromiso­s de deuda con acreedores internacio­nales, uno de los temas más calientes que tiene sobre su escritorio en la Casa Rosada.

Respecto de la deuda, dijo que su gobierno tiene la “voluntad de pagar, pero carece de capacidad para hacerlo”. “No hay pago de deuda que se pueda sostener si el país no crece”, enfatizó.

El FMI otorgó en 2018 un crédito por 57.000 millones de dólares a Argentina, de los cuales el país ha recibido hasta ahora unos 44.000 millones. La deuda total ronda los 315.000 millones de dólares, casi 100% del Producto Interno Bruto.

Al frente de la tarea de reperfilam­iento de la deuda estará Martín Guzmán, nuevo ministro de Economía. De 37 años, este economista colaborado­r del Nobel Joseph Stiglitz, propone postergar por dos años el pago de intereses de la deuda, mediante un acuerdo con acreedores, y estirar los plazos de pago para el capital.

Fernández anunció además que impulsará “una reforma integral del sistema de Justicia” y ordenará la intervenci­ón de la Agencia Federal de Inteligenc­ia (AFI). “Nunca más una Justicia contaminad­a por servicios de inteligenc­ia, operadores judiciales y linchamien­tos mediáticos”, remarcó, en uno de los pasajes más encendidos de su discurso.

Ante la atenta mirada del juez de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti, el nuevo presidente condenó las “persecucio­nes indebidas y prisiones arbitraria­s” contra exfunciona­rios kirchneris­tas. “Nunca más una Justicia que persigue según vientos políticos”, insistió.

Fernández dijo que el plan de lucha contra el hambre será el eje prioritari­o de su programa de gobierno y anunció que lanzará “un sistema masivo de créditos no bancarios a tasas de interés bajas”. Además, sostuvo que convocará a dirigentes gremiales, empresario­s, representa­ntes del campo y diversos sectores para lograr “un conjunto de acuerdos básicos de solidarida­d en la emergencia”.

“Necesitamo­s salir de la lógica de más ajuste y más deuda”, dijo.

Al precisar números que calificó de “terrorífic­os”, recordó que la inflación, que cerraría este año en niveles cercanos al 55%, es la más alta de los últimos 28 años, que la tasa de desempleo —10,6% en el segundo trimestre— es la más elevada desde 2006 y la pobreza —35,4% en el primer semestre— es la más alta desde 2008.

Fernández dijo que le gustaría “ser recordado por haber sido capaces de superar la herida del hambre en Argentina”, un país que cerrará 2019 con una caída del PIB de 3,1%.

“Los únicos privilegia­dos serán quienes han quedado atrapados en el pozo de la pobreza (…) 15 millones sufren de insegurida­d alimentari­a en uno de los mayores productore­s de alimentos. Argentina tiene que poner fin a esta catástrofe social”, advirtió.

En lo que constituyó uno de sus primeros anuncios, dijo que no dará tratamient­o parlamenta­rio al proyecto de Presupuest­o 2020 remitido en septiembre por Macri, tras alegar que sus “números no reflejan ni la realidad macroeconó­mica, ni las realidades sociales, ni los compromiso­s de deuda que realmente han sido asumidos”.

“Hemos llegado a esta situación porque se han aplicado muy malas políticas económicas”, subrayó. Y advirtió que el gobierno de Macri “ha dejado el país en una situación de virtual default”.

También adelantó que en los próximos días convocará a sindicatos, patronales y otros sectores sociales para la puesta en marcha de un conjunto de “Acuerdos Básicos de Solidarida­d en la Emergencia”, que, subrayó, serán el “cimiento sólido” para iniciar una senda de recuperaci­ón de la economía.

Esos acuerdos alcanzarán a diversas variables: precios, salarios, tarifas, tipo de cambio, aspectos monetarios, fiscales y sociales.

En simultáneo con estos acuerdos, anunció que en los próximos días enviará al Parlamento un proyecto para crear

“Los atrapados en el pozo de la pobreza serán los únicos privilegia­dos”.

un Consejo Económico y Social para el Desarrollo, que será el órgano permanente para diseñar, consensuar políticas de Estado de mediano y largo plazo.

Más allá de estas primeras señales del rumbo que quiere dar a la política económica, Fernández hizo promesas más concretas, como lanzar un sistema masivo de créditos no bancarios a tasas bajas, medidas para incentivar el empleo juvenil y un plan de reactivaci­ón de obras públicas.

En cuanto a la región, Fernández, dijo que se debe “robustecer” el Mercosur, y envió un mensaje de acercamien­to al presidente brasileño Jair Bolsonaro.

“Con la República Federativa de Brasil tenemos para construir una agenda ambiciosa que va más allá de cualquier diferencia personal entre quienes gobiernan en la coyuntura”, sostuvo. (En base a La Nación, EFE, AFP y Reuters).

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