LAS OCHO MEDIDAS A CORTO PLAZO
PRESUPUESTO. Topear la ejecución presupuestal (excluyendo áreas sensibles). El gobierno electo recién tendrá su presupuesto propio, el aprobado por un proyecto de ley propia, en 2021. ¿Cómo hace, entonces, para ir bajando el gasto y el déficit fiscal? El CED propone que se ejecute menos de lo asignado. Eso sería descentralizado, analizando dependencia por dependencia, y dejaría de lado las áreas de educación, políticas sociales y seguridad.
FUNCIONARIOS. Reducción gradual del número de empleados públicos. Al término de 2018, la cantidad de vínculos laborales con el Estado alcanzó los 312.565, de los cuales el 96% son funcionarios públicos propiamente dichos. Eso significa que hay 2.439 vínculos laborales más que los que había en 2017, más de 6.000 más que cuando Danilo Astori promovió el “3x2” (cada tres vacantes, solo ingresan dos), y unos 70.000 más que cuando el Frente Amplio llegó al poder. Eso sí: la mayoría de los nuevos contratos son para docentes y para policías.
MONEDA. Cambiar la dinámica bancocentralista respecto al tipo de cambio atendiendo al shock regional. En lo que va del año, la moneda nacional ha tenido una devaluación del 16%. Eso está haciendo que Uruguay esté siendo más “caro” que la región y pierda competitividad.
POLÍTICA. Coordinación de las políticas macroeconómicas. Desde 2005, Uruguay tuvo una política fiscal expansiva. Sin embargo, por momentos la política monetaria ha sido contractiva. Hernán Bonilla, del CED, dijo que, a futuro, “habrá que priorizar la coordinación”.
NAFTA. Liberación de importación de combustibles. De todos los países de Lationoamérica, Uruguay es el que tiene la nafta más cara. Su precio por litro está 0,3 dólares por encima de Costa Rica, quien le sigue en la lista. El gasoil, a su vez, es el segundo más caro de la región, solo superado por Jamaica. Esto incide, entre otros factores, en que el precio de la energía residencial (no así la industrial) es de los más altos del continente (quintuplica al valor de Paraguay).
CONSTRUCCIÓN. Agilizar la ejecución de obras de infraestructura por participación público-privada. El 2020 debía empezar con 44 jardines nuevos bajo régimen PPP. Pero no será así. Este es solo un ejemplo de los retrasos en la ejecución de este tipo de planes. ¿Las medidas? Cambio en la ley madre y evitar la burocracia.
TURISMO. Medidas específicas para el sector turístico como mayores exoneraciones fiscales. Era una idea que, según Bonilla, ya debió aplicarse: la baja de precios a turistas que contraten paquetes, o la reducción del impuesto al alquiler, por ejemplo. “En esta temporada se sentirá el desgaste de Argentina”.
INVERSIÓN. Incentivos a nuevas inversiones que tomen en cuenta los problemas de competitividad de la coyuntura. En el corto plazo, hasta que mejore el déficit fiscal que cerraría en 5 puntos del PIB, “es difícil reducir los impuestos, pero habrá que revisarlo a largo plazo”, dice Bonilla. En este sentido, es necesario “revisar la ley de inversiones y crear atractivos por sectores”.