El Pais (Uruguay)

Fin de las secretaría­s con el sello de Vázquez

Se descentral­izarán, derogarán y Deportes podría ser un futuro ministerio

- TOMER URWICZ

▃▃ Durante su “luna de miel”, ese período inicial en que los gobernante­s tienen viento a favor, Luis Lacalle Pou aspira a descentral­izar de la Torre Ejecutiva, derogar e incluso dar carácter ministeria­l a aquellas secretaría­s que ha creado Tabaré Vázquez.

La propuesta se fundamenta en que, tal como están concebidas, las secretaría­s que dependen de Presidenci­a escapan al control del Parlamento. La Secretaría de Deportes “por ahora” continuará en Presidenci­a de la República hasta que, “llegado el momento”, se discuta la creación de un ministerio nuevo.

En la política, como en el fútbol, a veces gana el que juega más rápido. Por eso los mandatario­s, cuando asumen su cargo, aprovechan a mover las piezas claves durante ese período en que juegan con el viento a favor (la “luna de miel”, como le llaman). Y a veces, esos movimiento­s rápidos son para borrar parte de lo que su antecesor hizo en los cinco años anteriores. Así parece que será la táctica de ajedrez de Luis Lacalle Pou.

El nuevo gobierno eliminará las cuatro secretaría­s que dependen directamen­te de Presidenci­a de la República: la de Deportes, Derechos Humanos, Cambio Climático y Antilavado (los nombres reales son mucho más largos). En algunos casos las derogará, en otros, como los asuntos ambientale­s, serán parte de un ministerio (la novel cartera de Medio Ambiente), o serán servicios descentral­izados (caso de Ursec y Ursea) o se mantendrá en la Torre Ejecutiva hasta que, ley mediante, se conviertan en ministerio (Deporte).

Dos de esas cuatro secretaría­s, más otros institutos cuya firma madre responde al presidente de la República, fueron creadas durante la pasada “luna de miel” de Tabaré Vázquez. Fue entonces que la oposición —hoy gobierno electo— criticó esa manera de “concentrar el poder” y de implantar institucio­nes que “escapan al control parlamenta­rio”.

Sucede que Uruguay es un sistema semipresid­encialista: el presidente comparte el poder ejecutivo con sus ministros, y esa ejecución ministeria­l está sujeta al control del Parlamento. Pero “de manera paulatina y constante el sistema de gobierno se ha inclinado hacia un presidenci­alismo fáctico (en el que se ve) al presidente uruguayo como si tuviese la misma conceptual­ización del argentino, el chileno, el mexicano o el norteameri­cano”, había explicado el analista Óscar Bottinelli en el diario El Observador.

Durante el último tiempo, parte de esa concentrac­ión de poder respondió a la creación de unidades y secretaría­s (de Seguridad Vial, de Ciencias y Tecnología, de…). “Digamos que un sello de los gobiernos del Frente Amplio fue que, cuando un tema era de notoriedad y merecía ser parte de la agenda, se creaba una secretaría”, dijo el cientista político Alejandro Guedes. “No fue antojadizo: puede que sea para una mayor agilidad, mayor eficacia o bien para que aquello que el presidente se proponía, como buque insignia, saliera sí o sí”.

La “estrategia” de Vázquez está influencia­da por su tipo de liderazgo: “coordinado­r y centraliza­dor”, como había descrito el profesor de Ciencias Políticas, Jorge Lanzaro. El dos veces presidente ya había dado señales de esa táctica cuando en su primera administra­ción concentró la creación del Plan Ceibal y las políticas antitabaco. De hecho “enviaba a sus ministros como primera línea de choque para él dar las grandes soluciones”.

Lacalle Pou, más allá de su estilo de liderazgo, tiene un doble desafío: su partido no cuenta con la mayoría parlamenta­ria e integra una coalición. ¿Qué significa? Tiene la necesidad estratégic­a de desconcent­rar el poder entre los socios.

Fuentes del nuevo gobierno adelantaro­n que seguirán tres fórmulas de desconcent­ración del poder. Por un lado, algunas unidades reguladora­s adquirirán autonomía como servicios descentral­izados. Es el caso de la reguladora de Energía y Agua y la reguladora de Servicios de Comunicaci­ón, ambas reportarán al Ministerio de Industria, quien será el responsabl­e ante el Parlamento. O del Plan Ceibal, que pasa al Ministerio de Educación. Otras secretaría­s, como Cambio Climático, se incorporar­án a ministerio­s. Y otras, como Derechos Humanos se eliminarán porque “cumplen tareas que ya están en otras institucio­nes”.

En este sentido, el gobierno de Vázquez había previsto la jugada y, como en el ajedrez, realizó un movimiento previo: mudó al grupo que lidera la búsqueda de desapareci­dos de la dictadura para la Institució­n Nacional de Derechos Humanos, de modo que su función no quedase sujeta al “gobierno de turno”.

La gran interrogan­te es Deportes, cuyo sillón principal ocupará el expresiden­te de la AUF, Sebastián Bauzá. La idea del Partido Nacional es la creación de un ministerio, como aquel que había liderado Jaime Trobo, pero entienden que “ahora no es momento de dar esa discusión”. Eso sí: una fuente que integrará el futuro gabinete explicó que “no habrá incremento del gasto” porque Deportes ya tiene su personal: unos 900 vínculos laborales.

Bottinelli había sugerido otra manera de desconcent­rar el poder: un Ministerio de Gobierno. Se trata de un ministerio político que otrora recaía en el Ministerio del Interior. Pero esa opción, a priori, fue descartada por la coalición.

Bottinelli había sugerido el regreso de un Ministerio de Gobierno o Político.

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El nuevo gobierno aspira a que las unidades que hoy dependen de Presidenci­a tengan control del Parlamento.
DESCONCENT­RAR. El nuevo gobierno aspira a que las unidades que hoy dependen de Presidenci­a tengan control del Parlamento.

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