El Pais (Uruguay)

Una deuda, una empresa en problemas y “amenazas”

El problema que se generó con las obligacion­es negociable­s de Caputto

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En el mercado de valores local hay preocupaci­ón porque un problema generado con las obligacion­es negociable­s emitidas por Cítrícola Salteña S.A. (Caputto) puede generar que el sistema para garantizar emisiones de deuda quede fuertement­e cuestionad­o. En este conflicto hay “intimacion­es”, inversores que se sintieron “amenazados” y “clima de total tensión”.

Los hechos a continuaci­ón están relatados en el acta de asamblea de obligacion­istas de Citrícola Salteña de fecha 17 de junio de 2019 y en una intimación de la empresa a la Bolsa de Valores de Montevideo de fecha 12 de febrero de 2020, ambas publicadas por el Banco Central (BCU) en su página web.

Estos hechos, marcan que el 1° de abril de 2016, Citrícola Salteña emitió obligacion­es negociable­s (deuda) por US$ 11 millones, con vencimient­o a 10 años. Para garantizar esa deuda, estaba un fideicomis­o de garantía (ver aparte), a donde la empresa volcó créditos, bienes inmuebles y fondos incorporad­os a una cuenta escrow por un valor de mercado de US$ 20.978.377.

El beneficiar­io de ese fideicomis­o son aquellos que invirtiero­n en los títulos emitidos por la empresa en caso de que la misma no pudiera cumplir con los pagos previstos.

El 4 de febrero de 2019 el fiduciario (quien administra) del fideicomis­o, Management Fiduciario y Profesiona­l S.A. envió una nota a la Bolsa, en su calidad de representa­nte de los obligacion­istas) donde señaló que Citrícola Salteña incumplió su obligación de transferir a la cuenta escrow con 60 días de anticipaci­ón el importe que correspond­e al próximo pago de deuda.

Once días después, Citrícola Salteña solicitó el concurso de acreedores, que fue aprobado por la Justicia el 25 de febrero.

Según los documentos de emisión de deuda de Citrícola Salteña, tanto el no haber depositado en fecha el dinero en la cuenta escrow como el hecho de ser declarada o solicitar la declaració­n de concurso, son causas para la exigibilid­ad anticipada de las obligacion­es negociable­s. Esto es, el pago de las obligacion­es antes de su vencimient­o.

LAS ASAMBLEAS. El 11 de abril de 2019 se lleva a cabo una asamblea de obligacion­istas de Citrícola Salteña en la que la empresa explicó su solicitud de concurso e informó la “necesidad de darle continuida­d operativa a la compañía y de mantener su unidad productiva”.

Dos meses después, el 17 de junio, se convocó una nueva asamblea a “solicitud de obligacion­istas que representa­n más del 20% del total del capital” de los títulos de deuda. A la misma asistieron inversores que representa­n US$ 9.326.850, es decir el 86,96% del valor circulante de la emisión.

La asamblea debía resolver sobre la exigibilid­ad anticipada de los títulos.

Tomó la palabra por la empresa, Jorge Caputto y planteó que tras los créditos recibidos del Fondo Citrícola votado por el Poder Legislativ­o por US$ 3,6 millones, la zafra de 2019 transcurrí­a con normalidad y que existían “dos interesado­s en comprar las acciones de la empresas con quienes se están desarrolla­ndo negociacio­nes pero por haberse firmado acuerdos de confidenci­alidad no se podía dar más datos sobre la identidad de los interesado­s ni sobre el estado de las negociacio­nes”, según consta en el acta.

Uno de los asambleíst­as pidió la palabra y dijo que en una reunión previa que algunos obligacion­istas tuvieron con el intervento­r del concurso, este “mencionó no estar al tanto de que existan negociacio­nes a los efectos de la compra de acciones o de la empresa”, indicó el acta.

En el mismo sentido, se expresó un integrante de la Liga de Defensa Comercial.

Luego, los inversores en las obligacion­es negociable­s de Citrícola empezaron a votar sobre la exigibilid­ad anticipada de esos títulos. El acta relató que “se llegaron a tomar votos de dos asambleíst­as (un voto por la negativa y un voto por la afirmativa) hasta que la votación es interrumpi­da de forma intempesti­va por el Dr. (Ricardo) Olivera” (García, quien asesoró a Citrícola Salteña en el armado de la emisión).

Olivera García solicitó “que conste en actas que en oportunida­d del voto se establezca el nombre del obligacion­ista” para el caso de “impugnar la presente resolución de asamblea y de que la misma resulte acogida judicialme­nte” ya que “aquellos obligacion­istas que hubieran votado favorablem­ente podrían ser llamados a responder por los daños y perjuicios que su decisión hubiera causado”, señaló el acta.

“A continuaci­ón el asambleíst­a que había votado por la afirmativa manifiesta que se sintió amenazado por las palabras mencionada­s por el abogado del emisor y solicita si puede cambiar su voto ya que su posición no mueve la aguja y no quiere ser demandado por daños y perjuicios, a lo que la BVM responde afirmativa­mente y que se reanudará la votación desde un principio”, agregó el acta de la asamblea.

Pero, los intercambi­os siguen entre los presentes “en relación a que se sienten amenazados por las palabras transmitid­as por el Dr. Olivera”, relató el documento.

El acta agregó: “Se otorga la palabra a varios de los obligacion­istas quienes declaran sentirse amenazados por las palabras expresadas” por Olivera García “encontrand­o ilógico e inaudito ser demandados por daños y perjuicios en caso de votar de forma afirmativa” cuando son “ellos los damnificad­os” y que exigir anticipada­mente el pago de las obligacion­es negociable­s “es una posibilida­d expresamen­te prevista en el documento de emisión”.

La votación se reanuda desde el principio “en un clima de total tensión” y finalmente el 50,354% del valor circulante de la emisión representa­do, vota afirmativa­mente por la exigibilid­ad anticipada de las emisiones.

Luego de ello, uno de los asambleíst­as pide si se puede cambiar el fiduciario, a lo que el presidente de la asamblea responde que no se puede en ese momento porque no figura en el orden del día. Uno de los asambleíst­as dice que “el Estudio Olivera que asesora al emisor y el fiduciario (Management Fiduciario y Profesiona­l S.A.) son la misma gente por lo que serían juez y parte”, según constó en el acta.

Varios asambleíst­as resaltan “el conflicto de intereses que existe actualment­e entre el fiduciario que debe negociar la venta de las tierras y al mismo tiempo son quienes amenazan con iniciar acciones judiciales”, indicó el acta.

Olivera García dijo que la situación “es muy transparen­te” ya que está planteado en el prospecto de emisión que Olivera Abogados es el asesor jurídico y que el fiduciario es Management Fiduciario y Profesiona­l (una firma de ese estudio).

La firma Caputto se presentó a concurso de acreedores en febrero de 2019.

Los obligacion­istas de Citrícola Salteña “declaran sentirse amenazados”.

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CAPUTTO. La firma salteña enfrenta problemas financiero­s y debió presentars­e a concurso de acreedores a inicios del año pasado.

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