El Pais (Uruguay)

Propuesta regional para mejorar el comercio.

Comité Veterinari­o Permanente busca que la OIE evite que se use la aftosa como barrera no arancelari­a

- PABLO ANTÚNEZ

El Comité Veterinari­o Permanente pretende que la OIE evite que se utilice a la fiebre aftosa como una barrera no arancelari­a. En Uruguay beneficiar­ía a los ovinos.

La fiebre aftosa continúa siendo la principal barrera comercial de acceso a los mercados de élite y Uruguay la viene sufriendo hace años. El ovino ha sido la especie más afectada, porque al no estar vacunados, como sí lo están los bovinos, algunos países restringen el ingreso de carne con hueso, argumentan­do que puede ser vector de introducci­ón de la enfermedad en sus continente­s, cuando están libres de ese flagelo.

Ahora, Sudamérica busca dar un paso más para favorecer el comercio y lograr que aquellos países que lo restringen — poniendo como escudo la presencia de fiebre aftosa— dejen de hacerlo, cuando la Organizaci­ón Mundial de Sanidad Animal (OIE), les otorga anualmente el estatus de país libre de fiebre aftosa con vacunación.

El Comité Veterinari­o Permanente (CVP), conjuntame­nte con la representa­ción de la OIE de las Américas, que lidera el Luis Barcos, están comenzando a trabajar una nueva propuesta que beneficiar­ía el comercio de ovinos, suínos y camélidos, al poder entrar en mercados del circuito no aftósico. Esas especies no son vacunadas contra fiebre aftosa en los países que son reconocido­s por la OIE como libres con vacunación, pero donde sí se inoculan bovinos y bubalinos.

“Se pedirá que esas especies sin vacunar no tengan restriccio­nes comerciale­s en los países libres de fiebre aftosa”, explicó a El País Eduardo Barre, director general de los Servicios Ganaderos del Ministerio de Ganadería, Agricultur­a y Pesca (MGAP).

“En caso de Uruguay sería la especie ovina; para Argentina, Brasil y Paraguay serían los cerdos y para Bolivia los camélidos”, detalló. El trabajo técnico ya está en marcha y llevará su tiempo antes de ser presentado ante la OIE. Hoy los países se focalizan en comentar y desarrolla­r esta propuesta. “Debido a cómo venimos en América respecto a la ausencia de fiebre aftosa y la demostraci­ón de que no hay virus circulando, se espera que la propuesta sea contemplad­a dentro del código zoosanitar­io de OIE, para poder comerciali­zar mejor esas especies”, detalló el jerarca.

AVANCES. En su momento, la Organizaci­ón Mundial de Sanidad Animal —apuntando a que las enfermedad­es como la aftosa no fueran una barrera comercial— comenzó a flexibiliz­ar las normas. Ya se habían creado las zonas libres de fiebre aftosa con vacunación, figura que Uruguay supo aprovechar cuando la epidemia del 2000, que solo afectó al departamen­to de Artigas. El paso siguiente fue la aprobación del compartime­nto de alta biosegurid­ad, que en sinergia entre el sector público y privado Uruguay supo aprovechar y aplicar en los ovinos. Fue la gran herramient­a para entrar con carne ovina con hueso en Estados Unidos y una prueba irrefutabl­e de que no hay circulació­n viral respecto a fiebre aftosa.

“Uruguay conociendo eso y aplicando los conocimien­tos de la OIE, generó la figura sanitaria de un compartime­nto a cielo abierto, donde animales no vacunados dejaran de convivir con los vacunados, que era la argumentac­ión que existía y dentro de un status general, aplicar la figura del compartime­nto”, recordó Jorge Bonino Morlán, asesor privado y delegado de la Asociación Rural del

Uruguay (ARU) durante más de dos décadas en la OIE.

La nueva propuesta, sobre la que los servicios técnicos de cada país está trabajando, alimenta le esperanza del sector privado.

“La avalo totalmente y hay que conseguir dar este paso. Cuando se comenzó con el compartime­nto ovino de alta biosegurid­ad, el objetivo era que todo Uruguay fuera un compartime­nto, para aprovechar eso, que si las especies no están vacunadas, no sea una limitante, siempre y cuando, sea en un país que tenga un estatus sanitario reconocido y haga una vigilancia acorde”, destacó Bonino. Si se consigue la medida sobre la que está trabajando el CVP, se favorecerí­an todos los ovinos del Uruguay, pudiéndose aprovechar mejor la demanda de los mercados de alto valor que demandan carne.

El consultor privado y delegado ante la OIE, recordó que Uruguay “siempre insistió que la aftosa es una barrera arancelari­a y había que modificar y facilitar el comercio. La enfermedad era una gran excusa que le servía a algunos países y potencias para regular el comercio”.

El comercio hay que liberarlo, consideró Bonino, porque “con las medidas que normalment­e realiza un país en el control sanitario y teniendo a la aftosa bien controlada, no es un riesgo importante. La aftosa para nosotros es la principal enfermedad por las pérdidas económicas, por lo que ocasiona al cerrar mercados, pero no por las pérdidas reproducti­vas o los riesgos que podía tener”, aclaró el veterinari­o.

CRECIMIENT­O. A su vez, el gerente del Secretaria­do Uruguayo de la Lana (SUL), Romeo Volonté también festejó la propuesta del CVP, porque si prospera, a Uruguay le aportará mercados de mayor valor, como podría ser la Unión Europea, siempre pensando en carne con hueso.

La demanda por carne ovina y por corderos de alta calidad está, pero sigue faltando oferta. Volonté consideró que para que la producción de ovinos se incremente, por un lado, “está todo lo vinculado a la competitiv­idad, buscar que el negocio para el productor sea más rentable, aunque ya sabemos que el rubro ovino lo es”, indicó.

En los últimos dos años se logró frenar la caída del stock ovino y el rodeo de vientres se mantuvo, en gran parte, por los buenos precios de la lana.

“Lo que ha demostrado Uruguay es que históricam­ente, como antes no tenía desarrolla­dos los mercados de carne ovina de mayor valor, fue una mayor sensibilid­ad al precio de la lana. Por eso la caída del stock fue paralela a la caída de los precios a mediados del 90 y hasta 2015”, recordó.

Los valores aparecen como el principal dinamizado­r en todos los rubros. “Con un precio de la lana muy distinto, me parece que el estímulo sería mayor”, agregó Volonté.

Luego se agregó el precio de la carne ovina, porque el año pasado, hubo un jugador nuevo que es China, que comenzó a demandar y pagar mejores valores que la carne del compartime­nto ovino (pagó por encima de Estados Unidos).

“Eso respondió a una coyuntura particular que China corrigió y no sabemos si operará de nuevo cuando se recomponga la normalidad de los mercados. No sabemos si China volverá a esos niveles de precios que tuvo el año pasado por la peste porcina y otros factores”, dijo el gerente del SUL. A todo eso, se suman limitantes importante­s, el abigeato y en menor medida, el ataque de perros a las majadas.

“El abigeato es muy evidente. Hay zonas del Uruguay, cerca de las ciudades, rutas o caminos —además en determinad­os potreros—, donde los productore­s no pueden tener ovinos por los robos o las carneadas”, afirmó el gerente del SUL.

Por otro lado, el productor de ovinos toma decisiones de manera racional y emocional, por muchos factores. “El rubro ovino, en general, es complement­ario de otros rubros, entonces, cómo le está yendo a los otros rubros que se complement­an con el ovino tiene incidencia en las decisiones. Si la carne vacuna tiene muy altos valores, de alguna forma el productor como que se confirma con el ingreso y el estímulo por producir ovinos es menor”, explicó Volonté.

Según la visión de SUL, “hay mucho margen para mejorar en la productivi­dad y que esa mejora se traduzca al ingreso. Lo que es un aumento en la productivi­dad necesita mayor inversión a nivel de la ovinocultu­ra promedio”, resaltó el entrevista­do. A nivel de operativa comercial también hay limitantes para crecer y es como una rueda de carro, si no hay suficiente oferta, no entran más jugadores que quieran faenar ovinos. “Siempre el rubro ovino, en la fase industrial, estuvo muy asociado al vacuno y las mismas plantas grandes priorizan el vacuno. Me parece que hay que mejorar también la posibilida­d del negocio para la industria”.

Bonino: “La aftosa siempre se usó como una barrera no arancelari­a”.

Volonté: “Hay mucho para poder mejorar en la productivi­dad del rubro ovino”.

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OVINOS. La oveja demostró que es un negocio rentable y para crecer hace falta levantar limitantes como abigeato, faena estacional, ataque de predadores y generar más mercados de alto valor para productos.
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RESES. Las razas con que produce Uruguay generan excelentes conformaci­ones y carnes de calidad.

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