El Pais (Uruguay)

Un barrio complicado

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Al mismo tiempo que Uruguay es reconocido a nivel internacio­nal como uno de los países que está obteniendo buenos resultados en la lucha contra el COVID-19 la región parece complicars­e. Esta situación, y muy especialme­nte la de nuestros vecinos es preocupant­e, ya que a la emergencia sanitaria se suman aspectos políticos y económicos que complican aún más el panorama.

La evolución del coronaviru­s ha sido hasta el momento en nuestro país ciertament­e alentadora. Existen pocos casos activos, 5 personas al momento de escribir estas líneas en CTI, y el sistema de salud no se ha visto tensionado como en otros países. Más aún, estamos en un plan de implementa­ción de una “nueva normalidad” que incluye el retorno a la actividad económica de una serie de actividade­s y un cronograma de regreso gradual y con condiciona­ntes al funcionami­ento de los centros educativos.

El foco detectado estos días en Rivera pone una nota de alerta que debemos seguir con atención. Esta situación, como ya había sido anticipado por las autoridade­s, podía ocurrir frente al avanza del virus en Brasil y la existencia de una frontera sin divisiones físicas que hace difíciles o imposibles los controles de otros límites. Su evolución, así como la de otros puntos de frontera será clave, en una lucha que al interior del país parecía venir sumamente controlada.

A su vez, el caso de Rivera, nos enfrenta nuevamente hacia una realidad que conocemos, la de lidiar con el barrio que nos deparó la geografía. Argentina y Brasil se encuentran con mayores dificultad­es que nosotros para enfrentar la crisis sanitaria, y en el segundo caso su crecimient­o lo ha puesto en el foco mundial del seguimient­o de la pandemia. Ambos vecinos sufrirán, adicionalm­ente, efectos económicos adversos mayores a los del Uruguay según las estimacion­es de organismos internacio­nales, y tienen sus particular­idades políticas que potencias los riesgos.

Por el lado de Brasil es evidente que el crecimient­o económico alentado por la gestión de Paulo Guedes se vio abruptamen­te interrumpi­do y con esta situación también el panorama de mejores resultados fiscales y una mayor estabilida­d económica. La coyuntura política también se presenta especialme­nte compleja ante el debilitami­ento del presidente Bolsonaro a partir del alejamient­o de su ministro de Justicia el exjuez Sergio Moro y las acusacione­s que viene recibiendo por entrometer­se en temas judiciales. Dos renuncias casi consecutiv­as de ministros de Salud no han ayudado tampoco a su imagen en medio de la crisis desatada por la pandemia.

Lo cierto es que un nuevo impeachmen­t presidenci­al aparece en el horizonte como una posibilida­d y el enrevesado paisaje parlamenta­rio del país del norte hace que estos procesos se tornen impredecib­les. Si la marea de la opinión pública sostiene a Bolsonaro, puede sobrepasar el trance; si viene en baja, sus posibilida­des de ser destituido se irán incrementa­ndo.

Del otro lado de la frontera, Argentina también asoma con sus propios problemas. La cuarenta obligatori­a y extendida, además de su dudosa efectivida­d trae aparejados severos problemas económicos a un país que ya venía con una situación muy comprometi­da. En efecto, Argentina se encuentra en un virtual default de su deuda pública, una vez más, con un déficit fiscal elevado que está siendo cubierto básicament­e con emisión

Uruguay debe estar atento a la evolución sanitaria, política y económica de nuestros vecinos, que en el corto y mediano plazo segurament­e no deparará buenas noticias.

de dinero. El incremento del valor del dólar y una inflación creciente en los próximos meses serán inevitable­s, con una recesión de aún difícil de cuantifica­r.

La política económica seguida por los vecinos del Plata, inconfundi­blemente peronista, no parece ser la más acertada en estos momentos en que el proteccion­ismo y una mayor intervenci­ón del Estado en la economía solo agravarán la situación. Inmoviliza­r cada vez más al sector privado para sostener la voracidad fiscal de un Estado sobredimen­sionado y en crecimient­o es una receta que sabemos cómo termina; mal, más temprano que tarde.

Uruguay debe estar atento a la evolución sanitaria, política y económica de nuestros vecinos, que en el corto y mediano plazo segurament­e no deparará buenas noticias. Este es un elemento clave para pensar la salida de la recesión económica que deparará la pandemia en estos meses. Siempre serán nuestros vecinos y mantendrem­os con ellos estrechos vínculos sociales y culturales, pero la mirada económica y comercial deberá estar, necesariam­ente, más allá de nuestra comarca, con los ojos bien abiertos hacia el mundo.

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