García y Aguirre, qué cuarentena

Yo me muero si me pasa lo mismo que a la Adriana Aguirre. Pobre, si antes no se podía sacar de encima al Ricardo García, ahora con la pandemia no hay santo al que rezarle para que se vaya lejos.

Sí, pero no sabés, pobre Adriana lo que le pasó, me dijo mi amiga Irene que me llamó para contarme el chisme.

Parece que Adriana se desmayó, aparentemente por temas de estrés y la angustia de estar encerrada, me dijo Irene.

Pobre, yo estaría igual de estresada si sé que tengo al Ricardo todo el tiempo dándote vueltas como si fuera una mosca en la sopa, le dije.

Sí, me dijo Irene, pero no te enteraste de lo peor de todo.

A la pucha, qué puede ser peor que tener al García al lado en momentos de cuarentena obligatoria, pensé; no me digas que tiene coronavirus porque no te la creo.

No, se comunicó con Intrusos para dar detalles de lo que le ocurrió a la pobre de Adriana Aguirre.

Me ganaste, esta vez tenés razón. Dudo que después de andar desvaneciéndose, dudo que quieras enterarte que medio argentina se enteró de tu problema porque tu pareja ya se lo contó a Intrusos. Imaginate, pobre, no tiene una noticia para contar desde hace años y una vez que le pasa algo interesante, el otro va y lo cuenta antes.

Sí querida, me dijo Irene, no sé cómo se llevarán en la intimidad el García y la Aguirre, y ya hasta me había olvidado de ellos, pero ha de ser impagable estar con ellos en estos tiempos de cuarentena.