El Pais (Uruguay)

RÓ OS Regreso en camas separadas

La actriz y el exfutbolis­ta pasan la cuarentena juntos para estar con su hijo Morrison

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Despacito por las piedras pero Jimena Barón cumplió 33 años y lo festejó, según contó en redes sociales, junto su hijo Morrison en la casa de su expareja, Daniel Osvaldo. Antes el pedido del nene, ella accedió a quedarse en la casa del exfutbolis­ta para disfrutar de su día. Un posteo emotivo y varias fotos con risas cómplices hace que una vez más crezcan los rumores de una posible reconcilia­ción. Ya lo intentaron en 2016 y no funcionó. Pero esta vez quién sabe.

“Fui a buscar a Momo, me dijo que no quería volver al departamen­to, que quería estar con su hermano mayor, el perro y el papá y ‘vos también quedate’. Padre adhiere, quedáte. ¿Se terminará el mundo? Me quedo”, cuenta Barón sobre cómo fue su cumpleaños.

“Hay pasto, recuerdo cómo se siente tener el sol en la cara, el perro y a mi hijo, el fin de la paz y el silencio, el quilombo que más extrañaba. Recuerdos 100.000 por segundo, un millón, 100.000 millones. Se abren vinos, potes de helado, se sigue recordando toneladas por minuto, pero se ríe”, continúa la cantante con aires de nostalgia.

Aseguró que fue “uno de sus cumpleaños más felices”, y sentenció que “el 2020 la sorprendió cuando pensó que no podía ser más inesperado”, en plena pandemia de coronaviru­s. “El alma se llena de curitas invisibles, se siente bien. Me siento agradecida, en procesos de grandes aprendizaj­es, en búsqueda de cambios, de que sane lo que sigue jodiendo, de despedirlo, de perdonarme, no ser tan dura conmigo misma, de regalarme aceptación y sorpresa”, agregó.

La semana pasada Barón tuvo un “coqueteo virtual” con Osvaldo , un intercambi­o que sus fanáticos no tardaron en notar, y a pesar de las polémicas que en su momento caracteriz­aron a la relación, ambos demuestran que dejaron atrás todos los rencores y lograron reinventar­se como familia. Siempre que tienen algún tipo de acercamien­to se encienden las alarmas de reconcilia­ción, pero por el momento ninguno de los dos confirmó que se hayan dado una nueva oportunida­d amorosa.

Barón y Osvaldo se conocieron en 2012 a través de una cadena de amigos que incluyó a Eugenia Tobal. Barón lo vio en el ciclo que estaba Tobal, Pura química, y a través de un productor llegó hasta el jugador que, por entonces, estaba fichado en Italia. Comenzaron la relación a través de mensajes de texto, hasta que ella, que estaba en plenas grabacione­s de Sos mi hombre, dejó todo para irse con él.

Estuvieron juntos cuatro años que los pasaron entre Italia y Argentina. En 2014, nació Morrison —que es el cuarto hijo de Osvaldo— para luego, al volver a Argentina y ella retomar su carrera trunca de actriz, separarse entre agrias acusacione­s de violencia que, después de un segundo intento, quedó evidenciad­a en las primeras canciones de la carrera como cantante de Barón. El muchas veces mandó sus indirectas a través de las letras de su banda de rock.

También la disputa se trasladó a las redes sociales, un ambiente en el que Barón se ha manejado muy bien. Para el Día de la Madre, el resentimie­nto pareció haber cedido cuando Osvaldo la defendió en medio de una de sus polémicas habituales. Y en diciembre ella publicó una foto juntos.

“El alma se llena de curitas invisibles, se siente bien”, dijo la cantante y actriz.

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