El Pais (Uruguay)

Ancap pierde por la devaluació­n

Casi la mitad del precio en surtidor responde a costos ajenos a la empresa

- MATHÍAS DA SILVA

Costos ajenos que paga consumidor suman $ 24 de $ 53 en el surtidor.

Con el cambio de conducción en Ancap, se varió la frecuencia de divulgació­n de los estados financiero­s que pasará a ser trimestral (ver aparte) —en la administra­ción de Marta Jara se hizo semestral, y antes eran anuales—. En este caso la presentaci­ón de los números de la petrolera estatal coincidió con el debate que se da en relación al precio de los combustibl­es en el Parlamento, a raíz del proyecto de ley de urgente considerac­ión.

Esto último fue el tema predominan­te en un taller informativ­o que realizó ayer Ancap, donde expusieron su presidente Alejandro Stipanicic, el gerente general Ignacio Horvath y el coordinado­r de la gerencia general Nicolás Spinelli.

En principio la propuesta del gobierno era votar en la ley de urgencia la desmonopol­ización de la importació­n de combustibl­es, habilitand­o a firmas privadas a competir con Ancap. No hubo consenso en la coalición multicolor y los socios acordaron una fórmula alternativ­a, que consiste en que las tarifas sean fijadas tomando como referencia el precio de paridad de importació­n que realiza la Ursea (agencia reguladora del mercado energético).

Además, se forma una comisión que tendrá 180 días para elaborar un informe sobre los tributos y subsidios que influyen en el precio de los combustibl­es, así como de los costos de la cadena de comerciali­zación.

Uno de los aspectos que se aclaró ayer por parte de las autoridade­s de Ancap, es que la petrolera tiene responsabi­lidad sobre una porción del precio final que paga el consumidor por los combustibl­es.

De hecho, en promedio (tomando todos los combustibl­es) los “costos ajenos” a Ancap — como impuestos, subsidios, fletes y márgenes de otras empresas que interviene­n en la cadena— implican $ 24 por litro de producto vendido de los $ 53 por litro que paga el consumidor en promedio.

Si se toma el primer trimestre del año, los ingresos totales que recibió Ancap por el pago de los consumidor­es ascendió a US$ 615 millones. Sin embargo, de ese total lo que le quedó a Ancap fueron US$ 338 millones.

Los US$ 277 millones de diferencia se reparten en US$ 117 millones de Imesi, US$ 84 millones para distribuid­ores y estacioner­os, US$ 48 millones de IVA, US$ 17 millones del fideicomis­o del transporte —que subsidia el boleto urbano—, US$ 5 millones de fletes y unos

US$ 3,5 millones por tasas destinadas a la Intendenci­a de Montevideo y a la Ursea.

Del segmento que le correspond­e a Ancap, hubo US$ 329 millones en el trimestre que explicaron los costos de producción y de operación, y los US$ 9 millones restantes fueron la ganancia operativa de la petrolera entre enero y marzo.

Si se desglosan los costos, la mayor parte vienen del crudo y derivados (71%), luego aparecen los biocombust­ibles (8%) —se debe utilizar producción nacional según la ley—, el personal de la empresa (7,9%) y otros gastos de menor cuantía.

Los dos primeros ítems dependen de variables exógenas a Ancap como el precio del crudo y del dólar, dijeron las autoridade­s. A su vez, reconocier­on que Ancap debe ganar en eficiencia en las áreas que están bajo su control, particular­mente en la refinería y en las plantas de ALUR que producen biocombust­ible, pero aclararon que esto no tiene gran incidencia en el precio final —el mayor peso está en la parte impositiva—.

PARIDAD. Tomando la hipótesis que el valor en el surtidor se fijara cada mes en función de la paridad de importació­n que calcula la Ursea para combustibl­es fósiles —valor a la salida de la refinería— en lugar del precio vigente, los ingresos de la empresa en el trimestre habrían caído US$ 5,4 millones.

El precio de paridad de importació­n se tomó con dos meses de desfasaje, para contemplar que hoy Ancap vende el crudo procesado que compró unos dos meses atrás.

La ecuación cambia si a la hipótesis inicial se incorpora la variable de los biocombust­ibles, y Ancap pasaría a ganar dinero (o reducir costos) si pagara el etanol y el biodiesel en función del valor óptimo de estos productos que toma la Ursea —lo que valen los biocombust­ibles producidos en Argentina y Brasil, mercados con mayor eficiencia que el de Uruguay según Ancap—. Allí la facturació­n aumentaría en US$ 18 millones.

Sobre ALUR, subsidiari­a de Ancap que produce biocombust­ibles, Stipanicic dijo días atrás no estar satisfecho “con los rendimient­os agrícolas” de parte de los cañeros y que es inaceptabl­e el costo por metro cúbico que se paga al complejo industrial en Bella Unión.

Ancap tiene diferencia­s con la metodologí­a de paridad de importació­n de la Ursea porque toma referencia­s internacio­nales que recogen eficiencia­s en mercados de mayor tamaño. Sin embargo, las autoridade­s de la petrolera creen que es una “medida exigente” que presiona a la empresa a mejorar.

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ANCAP. El funcionami­ento de la empresa y el valor de los combustibl­es es tema de debate; el gobierno pretende hacer modificaci­ones.

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