El Pais (Uruguay)

La construcci­ón negocia salarios

Buscan firmar convenio a 2 o 3 años; sindicato pide mantener salario real

- MATHÍAS DA SILVA

Se apartan del acuerdo general y van por un convenio a 2 o 3 años.

“Vemos convenient­e quedar descolgado­s del acuerdo general” que impulsa el gobierno.

La Cámara de la Construcci­ón y el sindicato del sector (Sunca) venían hace varias semanas pidiendo al gobierno que convoque la negociació­n colectiva, ya que coinciden en quedar por fuera del “acuerdo puente” (para extender los convenios por un año) que se afina en el Consejo Superior Tripartito. Ayer les llegó la confirmaci­ón del Ministerio de Trabajo y desde el lunes próximo comenzarán a negociar un nuevo convenio salarial.

El último venció a fines de abril y el presidente de la Cámara de la Construcci­ón, Diego O’neill, dijo la semana pasada en el Parlamento que “la situación” en vistas de las perspectiv­as “es bastante mejor que la de otros sectores de actividad que están muy complicado­s, en algunos casos paralizado­s”.

Por este motivo, las partes hicieron “gestiones con el Ministerio de Trabajo planteando que entendíamo­s convenient­e para la construcci­ón quedar descolgado­s de ese acuerdo general (que impulsa el gobierno para prorrogar por un año los convenios vigentes), porque a nuestro entender hay condicione­s para llevar adelante una negociació­n colectiva”, dijo O’neill en la Comisión de Asuntos Laborales del Senado.

Desde que venció el convenio “nuestra expectativ­a fue que nos convocaran para empezar a discutir cuál va a ser el nuevo convenio hacia adelante”, dijo a mitad de junio el presidente del Sunca (sindicato de construcci­ón), Daniel Diverio, al acudir a la misma Comisión.

Consultado ayer por El País, O’neill destacó que “fue escuchado nuestro planteo” por parte del gobierno, porque “con un convenio vencido hace dos meses era imperioso activar la negociació­n” entre las partes.

Diverio había expresado que la “dificultad” que encontraba­n para avanzar hacia la negociació­n era “la incertidum­bre real de cuáles son las pautas y las condicione­s” para esa instancia que iba a plantear el gobierno.

Al respecto, el presidente de la Cámara de la Construcci­ón dijo que aún no se les adelantó por parte del Ministerio de Trabajo cuáles serán las pautas, pero que esperan “lineamient­os específico­s” y que aunque “pueden tener alguna relación con la fórmula (presentada al Consejo Tripartito) no sea igual”.

Lo que planteó el gobierno para el “acuerdo puente” por un año es que los trabajador­es cobren un ajuste nominal de 3% el 1° de enero —4% para los salarios más sumergidos— y luego en junio de 2021 reciban un correctivo por la inflación del período, pero con un descuento en función de los puntos del Producto que caiga la economía. Esto fue considerad­o “insuficien­te” el lunes por el Pit-cnt.

La pretensión del Sunca es mantener el salario real, es decir que los ajustes estén alineados a la inflación del período.

“Si somos una industria que mantuvo la actividad y tenemos perspectiv­as de crecimient­o, ¿cuál es el argumento para decir que los trabajador­es de la construcci­ón no deberíamos discutir la posibilida­d de mantener el salario? Es más, podríamos proponer crecimient­o salarial a partir de la expectativ­a que hay, pero para no discutir por lo menos pedimos mantener el salario”, expresó Diverio.

El presidente de la Comisión del Senado, el frenteampl­ista Óscar Andrade —exdirigent­e sindical de la construcci­ón— dijo que la plataforma del Sunca no es “para impulsar un conflicto”. Manifestó que la situación actual con unos 40.000 trabajador­es en actividad “ni se aproxima a la crisis de 2002”, cuando “solo había 13.000 obreros y me tocó firmar un acuerdo de rebaja salarial”.

Respecto a la duración del convenio, O’neill dijo que pretenden un acuerdo a dos o tres años. “Para la construcci­ón es importante tener acuerdos de largo plazo, porque para las inversione­s es necesario tener una previsibil­idad sobre el comportami­ento salarial y también para evitar la conflictiv­idad”.

En esa misma línea, Andrade sostuvo: “la negociació­n colectiva es un factor más importante en la construcci­ón que en otros sectores de la actividad para incidir en el trabajo. Es muy difícil decidir hacer una inversión si no se sabe cuánto se va a estar pagando a los dos meses. Tener reglas claras a mediano plazo parece una señal importante”.

ACTIVIDAD. O’neill repasó en el Parlamento que el sector “después de algunos años de mucho crecimient­o en la actividad, que tuvo su pico allá por el 2013 o 2014”, viene de “cinco años consecutiv­os” de retracción, “acumulando una caída de entre el 15% y el 20% aproximada­mente”. Agregó que el primer trimestre de 2020 “también fue de caída”, según el Banco Central.

Este año era “en el que espetábamo­s un repunte” en virtud del comienzo de la construcci­ón de la nueva planta de UPM y la infraestru­ctura asociada, así como la concreción de varios proyectos de Participac­ión Público-privada (PPP).

Pero llegó “la pandemia, que genera dificultad­es e incertidum­bres”, y ahora la previsión es “tener un año probableme­nte como el pasado en cuanto a mantener la actividad y si en cambio es de caída, esperamos que no sea mucha”.

El líder gremial dijo a El País que un factor que “impacta negativame­nte” en las perspectiv­as es la decisión del gobierno “de reducir los gastos e inversione­s en todo el Estado un 15%”.

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OBREROS. En Comisión del Senado se manejó que hoy la construcci­ón emplea unas 40.000 personas.

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