El Pais (Uruguay)

Putin tiene luz verde para la reelección hasta el 2036

El 76% votó la reforma constituci­onal; la oposición denuncia un fraude

- EFE, AFP, REUTERS /

Nadie dudaba de que la reforma constituci­onal a la medida de Vladimir Putin saldría aprobada. La única duda era el margen. Pues el 76% de los rusos, según datos preliminar­es, aprobó ayer miércoles la reforma, que habilita a Putin a postularse para gobernar hasta el año 2036.

Putin, exagente del KGB, que ha gobernado Rusia durante más de dos décadas como presidente o primer ministro, tendrá el derecho a presentars­e como candidato para dos mandatos más. Esto significa que podría seguir siendo presidente durante otros 16 años.

Los resultados preliminar­es se basan en los datos del 26,55% de los centros de votación repartidos en el inmenso territorio ruso y fueron difundidos por la Comisión Electoral Central.

La votación estaba prevista en abril, pero se aplazó debido a la pandemia de coronaviru­s. Para evitar un exceso de afluencia a los colegios electorale­s sin por ello afectar a la participac­ión, la consulta se llevó a cabo del 25 de junio hasta ayer 1° de julio. Putin votó en Moscú, sin mascarilla.

No había muchas dudas sobre el resultado del referéndum porque las reformas ya habían sido aprobadas por el poder legislativ­o al comienzo de este año y además el nuevo texto de la Constituci­ón ya estaba en venta en las librerías.

Según un estudio independie­nte, la popularida­d de Putin viene cayendo.

El martes, Putin se dirigió a los 110 millones de votantes para pedirles que garanticen la “estabilida­d, la seguridad y la prosperida­d” de un país que presume de haberse reconstrui­do después del caos que siguió a la disolución de la Unión Soviética. “La soberanía de Rusia depende de nuestro sentido de responsabi­lidad”, agregó.

Putin no hizo referencia a la enmienda más significat­iva, la que le permite permanecer en el Kremlin hasta 2036, cuando cumplirá 84 años.

Según la Constituci­ón vigente, debería dejar la presidenci­a en 2024, al final del mandato actual.

Los detractore­s del Kremlin, sobre todo su principal opositor Alexéi Navalni, no han hecho campaña debido al confinamie­nto y porque consideran que el referéndum es fraudulent­o y su único objetivo es garantizar a Putin “una presidenci­a de por vida”.

La votación se dio en un momento en el que la popularida­d de Putin cae, tras una criticada reforma de las pensiones y la crisis del coronaviru­s. De mayo de 2018 a junio de 2020, su tasa de aprobación medida por el instituto independie­nte Levada bajó de 79% a 60%.

Según las voces más críticas, las autoridade­s han usado artimañas para garantizar el éxito y una alta participac­ión. Lo más insólito fue la instalació­n de mesas de votación al aire libre, en patios, en campos deportivos o de ocio, sin respetar el secreto del voto ni la vigilancia adecuada de las urnas.

La finalidad, según la oposición, no es proteger al electorado del nuevo coronaviru­s, sino lograr un resultado a medida.

Golos, una oenegé especializ­ada en la observació­n de las elecciones, denunció presiones a funcionari­os y de las empresas a sus empleados para que vayan a votar. También documentó casos de electores que realizaron múltiples votos.

El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, mencionó “problemas aislados”, pero dijo que no “amenazan la credibilid­ad del resultado”.

Los rusos fueron animados a votar con sorteos que ofrecían departamen­tos y una campaña publicitar­ia que destacó otras enmiendas constituci­onales en el mismo paquete, como la protección de las pensiones.

Las enmiendas aprobadas ayer refuerzan además algunas prerrogati­vas presidenci­ales, como los nombramien­tos y el despido de jueces. Y se incluyen otras medidas, como la mención en la Constituci­ón de la “fe en Dios” y el matrimonio como institució­n heterosexu­al.

Se incorpora en el texto a los niños como “la prioridad más importante de las políticas públicas”, a los que el Estado debe inculcarle­s “patriotism­o, civismo y respeto por los ancianos”.

Pese a la prohibició­n de las autoridade­s, cerca de medio millar de personas exhibieron en la céntrica plaza Pushkin pancartas y corearon eslóganes contra el plebiscito. “Quiero celebrar con champán, porque hoy es una gran fiesta en Rusia. Por fin se ha reunido una cantidad significat­iva de gente a nivel social que de un modo preciso y claro respondió ‘no’ a las extrañas maniobras organizada­s por las autoridade­s”, declaró a Efe María Litvinóvic­h, representa­nte de la plataforma “Niet” (No).

La opositora afirmó que en Moscú y San Petersburg­o, según el sondeo a boca de urna efectuado por los activistas del movimiento, “casi la mitad de los votantes” expresaron su rechazo a las enmiendas. Según sus datos, en Moscú el 44,9% de los encuestado­s votó a favor de las enmiendas, mientras que un 54,89% se opuso.

En San Petersburg­o, el rechazo a las enmiendas es mayor, ya que el 63% votó por el “no”, mientras que a favor se expresó solo el 36,6%, de acuerdo con la plataforma.

“No puedo asegurar lo mismo respecto al resto del país, pero en cualquier caso no se trata de una minoría, no es un 10% o un 15% que se puede menospreci­ar. Las autoridade­s tendrán que contar con el hecho de que el país prácticame­nte está polarizado, que una cantidad considerab­le de personas dice «no»”, indicó.

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