Rechazo a compra millonaria
▃▃ Por tercera vez el Tribunal de Cuentas de la República (TCR) rechazó el proceso de compra de 60.000 luminarias iniciado por la Intendencia de Montevideo a un costo de US$ 21,5 millones. El TCR cuestionó al intendente Christian di Candia por otorgar el llamado a Prodie S.A. Esa empresa es investigada por la Justicia tras una denuncia de la IMM. Fue acusada de falsificar los resultados de sus productos. Según el Tribunal, la IMM violó los principios de buena administración y de igualdad de los oferentes.
▃ Desde la universidad de Johns Hopkins en Baltimore, el cardiólogo argentino Oscar Cingolani hace un repaso por las líneas de investigación para tratar el SARSCOV-2. En la última semana hubo una en particular que ganó el favoritismo de los académicos. El virus tiene un receptor, que sería la “cerradura” por la cual entra a la célula, explica Cingolani. Ese receptor es la proteína ACE2, presente en muchos tejidos. “Una compañía está creando este receptor para fundirlo de forma soluble en el plasma. Así, el virus, en lugar de unirse al receptor de la célula, se uniría al de la sangre cuando lo suministrás”, señala. De esa manera, el virus circularía hasta que el anticuerpo lo destruyera en lugar de entrar en la célula. Pero esa es solo una investigación entre tantas. Hoy en día, hay más de una docena de fármacos que se están utilizando para tratar el Covid, entre ellos antiparasitarios e antihipertensivos. Estos últimos, explica el cardiólogo, no se están utilizando en pos de tratar la presión sino para “bloquear la tormenta” de citocinas (la sustancia inflamatoria que produce el ser humano ante una infección, que afecta el crecimiento de todas las células sanguíneas y otras células que ayudan a las respuestas inmunitarias). Es esta “tormenta” la que produce el daño en el pulmón, que es lo que mata al paciente, dice Cingolani. Para el cardiólogo, que se hable tanto del plasma de convalecientes puede obedecer a que hay evidencia previa que respalda su eficacia frente a otras enfermedades virales. Por ejemplo, la fiebre hemorrágica argentina de los años 70. “Sobre el plasma de convalecientes cada vez aprendemos más cosas. Inicialmente estaba destinado a dar los anticuerpos, ahora creemos que, aparte de los anticuerpos, tal vez (y repite “tal vez”) estemos dando otras sustancias que no hemos medido, que también son protectoras, que tal vez no sabemos que existen. A medida que vamos avanzando, vamos entendiendo que ciertos pacientes que se recuperan tiene distinto plasma que los de enfermedad severa”, señala.