El gobierno acelera la apertura de refugios
El presidente así lo acordó con la plana mayor del Mides
La preocupación es grande y el margen de error se reduce al mínimo. El Ministerio de Desarrollo Social (Mides) se enfrenta a su principal desafío. Dar protección a las personas que viven en la calle. El ministro Pablo Bartol se juega la ropa en ello, luego que esta semana se confirmara la segunda muerte por hipotermia de un hombre, que incluso, había pedido refugio en la noche y no lo consiguió.
Por eso, la medida de impacto inicial es abrir más refugios y ampliar la cantidad de plazas para lograr albergar a todas las personas. Para esto, el presidente del a República, Luis Lacalle Pou, se reunió con la cúpula del Mides ayer para definir una estrategia más agresiva.
El presidente pidió que se haga lo imposible para evitar otra muerte. “Que vayan para adelante” —fue la idea táctica que conversaron— y encuentren todos los mecanismos necesarios para abrir más plazas.
El jefe de Estado coincidió con el equipo del Mides en que no puede pasar más que alguien se muera de frío por no tener lugar donde albergarse. En esa línea se resolvió acelerar los procedimientos para abrir nuevos refugios. Y que el número aumente en magnitud de forma urgente.
Según las cifras que manejan las autoridades del Poder Ejecutivo, la nueva administración recibió un total de 2.000 plazas ente todos los programas que involucran a gente que está viviendo en la calle sin hogar propio.
El programa de invierno que se tenía planificado para el este año fue adelantado a raíz de la pandemia por el coronavirus en Uruguay, luego de que se decretó la emergencia sanitaria el 13 de marzo.
Es por eso hoy hay algo más de 2.600 plazas para albergar a gente que vive en la calle entre todos los programas existentes. Este número se espera incrementarlo en los próximos días en una cifra significativa.
El tema de la gente en situación de calle es hoy uno de los asuntos de central importancia para el gobierno. El presidente de la República asumió la responsabilidad por la muerte del hombre al que se le negó el refugio cuando lo solicitó, por falta cupos en el lugar.
RESPONSABILIDAD. “Dolor y responsabilidad. Eso es lo que sentimos ante la muerte de una persona a la cual no se le dio contención. Lamentamos profundamente esta situación. Nos comprometimos a no dar un uruguayo por perdido y ese seguirá siendo nuestro esfuerzo y dedicación”, escribió el 1° de julio en su cuenta oficial de la red social Twitter el presidente Lacalle Pou.
Esa frase —de no dar a nadie por perdido— fue uno de los planteos repetidos en la campaña electoral que lo colocó en la presidencia de al República. Incluso, en sus discursos, Lacalle Pou utilizaba un fragmento de la canción “Milonga de pelo largo” para describir lo que estaba observando en la población y quería evitar: una situación de desánimo. “Frazada del pobre hombre que siente frío. Y no se queja, ya no se queja”, contaba haciéndose énfasis en ese “ya”.
En los últimos días el jefe de Estado puso de nuevo sobre la mesa esa situación para explicar que es necesario hacer más esfuerzos para atender la situación que califica de crítica, con la creciente cantidad de gente que vive en la calle.
De todos modos, las autoridades entienden que el asunto en general es más complejo ya que no se trata solo de otorgar plazas en refugios. Las personas que viven en la calle tienen realidades dispares, que tienen que ser tratadas caso, a caso.
El presidente de la República dijo que “de ahora en adelante lo que no se hizo se va a hacer" porque "si la prioridad no es la vida, el resto no puede serlo” en referencia al fallecimiento de un hombre de 31 años en situación de calle por hipotermia. El miércoles Lacalle Pou sostuvo que el no haber contemplado la necesidad del hombre que falleció “lo asumo como una falla, con consecuencias que no tienen vuelta atrás”, agregó.
“De ahora en adelante lo que no se hizo se va a hacer”, dio Lacalle Pou.
Actualmente hay unas 2.600 plazas para gente que vive en la calle.