El Pais (Uruguay)

Productor agropecuar­io siempre es optimista

- HERNÁN T. ZORRILLA (*)

—En general, ¿cómo ve el negocio agrícola en Uruguay? —En los últimos 4 años se ha percibido una estabiliza­ción del área agrícola, porque el negocio no es tan claro como lo era antes. Sin dudas hay problemas de costos de producción. También en estas últimas zafras hemos tenido problemas productivo­s por condiciona­ntes del ambiente. Los actores que están en el sistema están trabajando muy bien, y aún con márgenes finitos son optimistas que en el mediano plazo puede haber un cambio. El productor agropecuar­io por definición siempre es optimista y a pesar de las condiciona­ntes de corto plazo busca que sus cultivos tengan altas produccion­es. Hoy hay que lograr altos rendimient­os con el menor costo posible, y no vemos que porque el margen se haya reducido la tecnología aplicada a los cultivos sea inferior que en algunos años atrás. —¿Cómo vio la última campaña de cultivos de verano? —Estuvo condiciona­da por la falta de agua. Arrancó bien en el litoral norte, con buena condición hídrica hasta mitad de febrero y cultivos que mostraban un excelente potencial. Luego de mitad de febrero se cortó el agua y hubo rendimient­os muy bajos en soja, e incluso en algunos casos jugó en contra haber desarrolla­do cultivos con mucho crecimient­o ya que demandan más agua. En el centro y sur siempre se estuvo con el agua muy justa, y sobre el final del ciclo la faltante extrema terminó con rendimient­os generales muy bajos en la soja y el maíz, aunque algunas chacras se defendiero­n bastante bien. Además, los precios no acompañaro­n y los márgenes fueron muy chicos. Precisábam­os una buena zafra por como veníamos y esto impactó fuertement­e, con productore­s con resultados negativos.

—¿Con qué expectativ­as se ve esta zafra de cultivos de invierno?

—Los cultivos están muy lindos en términos generales. Se sembró temprano y eso ayudó a una buena instalació­n de los cultivos. En la última parte de la siembra hubo chacras afectadas por el exceso de agua, y eso obligó a resembrar algunos campos. El trigo y la cebada vienen muy bien. La colza varía dependiend­o de la fecha de siembra: hay un porcentaje que está muy lindo pero hay chacras afectadas por las heladas. En términos generales, si uno mira el total del área, el arranque es muy bueno. Necesitamo­s una primavera fresca y sin excesos hídricos, pero el comienzo del partido define buenos potenciale­s de rendimient­os.

—¿Cómo vienen trabajando desde Lage y Cía. con las exportacio­nes?

—Lage y Cía., como parte de Lallemand, tiene un mercado interesant­e y en crecimient­o. En nuestra fábrica de Montevideo hacemos inoculante­s que van a Brasil, Estados Unidos, Canadá, Ucrania y Rusia como principale­s mercados, así como también a Paraguay, Bolivia, Sudáfrica, Zambia y México. Producimos inoculante­s para todas las leguminosa­s de área comercial. En el mercado de exportació­n estamos trabajando en soja, maní, porotos y algo de alfalfa. Producimos inoculante­s tanto líquidos como en soporte de turba. La calidad de los productos nos ha permitido crecer. Apuntamos a la óptima calidad y eso nos defiende en el campo para que el producto funcione y los productore­s y clientes queden conformes. En algunos mercados operamos con fuerza de ventas propia, como en Brasil, pero en otros mercados trabajamos con distribuid­ores. El servicio de asistencia técnica también nos diferencia.

—En el marco de un mundo con desafíos ambientale­s crecientes, ¿cómo vienen trabajando con los productos biológicos?

—Lallemand es una empresa de productos biológicos por definición, que son aquellos insumos a base de microrgani­smos vivos que tienen una función en el cultivo, que va desde la protección, la nutrición o la estimulaci­ón del crecimient­o. Entendemos que hay un mercado con una demanda en crecimient­o, basado en la búsqueda de una forma de producción sustentabl­e en el largo plazo. El mercado uruguayo está teniendo un interés creciente, además del que existe para los ya conocidos inoculante­s usados en soja y praderas. Se ha visto que los sistemas agrícolas necesitan ciertos cambios en relación a lo que fueron años atrás, por ejemplo con la expansión de la soja, y estos cambios implican rotaciones, incorporac­ión de cultivos de cobertura, uso más racional de los productos químicos e incorporac­ión de productos biológicos. A esto se llama manejo integrado, que busca producir conservand­o los recursos del ambiente. La empresa está desarrolla­ndo varios productos, de los cuales algunos ya están disponible­s en el mercado. Pero la apuesta es fuertement­e a la investigac­ión y desarrollo de nuevos productos biológicos. En Uruguay existe una normativa específica, exigente en calidad, que hace que los productos en el mercado cuenten con una evaluación y validación previa por parte del Ministerio de Ganadería, Agricultur­a y Pesca. —¿Cómo viene el desarrollo del producto Endo-rice? —Endo-rice es un producto que cuenta con casi 15 años de informació­n de ensayos de campo. Todo comenzó con una idea que nos planteó el Ing. Agr. Nicolás Chebatarof­f en la jornada de arroz de INIA Treinta y Tres en 2006, y nosotros desarrolla­mos. Hemos visto un producto que tiene un aumento de rendimient­o en el cultivo muy interesant­e y consistent­e. No ha sido fácil trabajarlo en Uruguay por lo que ha sido la realidad del sector arrocero en los últimos años. Tenemos expectativ­a de que con esta mejora que se está dando en los precios la tecnología se adopte de mejor manera. Es un producto muy bien evaluado en campo por consultora­s independie­ntes como Conarroz. Se comenzó desarrolla­ndo para aplicación en semilla.

(*) Encargado del área agrícola del Portal Rurales El País.

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