Diferentes valores
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Hoy se vive una situación sanitaria extraordinaria, incorporada a graves dilemas económicos, sociales y otros.
Cuesta entender el porqué de personas, de grupos que en lugar de avecinarse, ayudar y trabajar a fin de mitigar el deterioro sin un fin definido y claro, se empeñan en atacar lo que hace o propone el gobierno y su gente.
Se pierde el norte, sólo con el fin de embarrar. Utilizan objetivos que, en realidad, son deshonestos frente a la magnitud de los trances prioritarios imperantes, sin un fin auténtico. Utilizando la negativa para atravesarse en el camino. Atención, muchas veces expresan cuestionamientos, hechos e iniciativas que ya el gobierno está atacando.
No hay valores; no se atiende ni da trascendencia a los grandes problemas, sólo se intenta entorpecer y frenar esfuerzos. Sobran evidencias en el ambiente y, con una herencia nunca vista. Por lo tanto, la nación toda necesita de cambios; no el camino al barranco vivido, que no se ha juzgado con atención.
Son diferentes procesos: uno, cuyos valores pretenden nuevos rumbos y otros, la continuidad maternalista. ¿Por qué?
En un país agropecuario la vaca es fundamental, si ella no come, no tendrá leche y ¿de qué vivirá el ternero?, ¿del subsidio? Mientras, la primera visión es la que mantiene la vaca y el ternero.
Creo que el mensaje es claro y debemos entender que hay diferentes opciones.
Una, favorece la nación, a su población con su tarea. Cuyos aportes son fundamentales para todos; ya que esta tierra para mantenerse necesita de esas personas. Si no hay trabajo, no hay plata y punto, ¿o a dónde iremos?
Allí está la diferencia de quienes sueñan con la ficción donde no existe el que realmente trabaja. La situación actual necesita de todos, demos vuelta la página negra y miremos el presente a fin de labrar el futuro.
Ahora, quien no trabaja o no quiere hacerlo para continuar lo que nos ha llevado al cataclismo, está enfrentado a la población trabajadora. La que, en algún momento va a mostrar que no será arrastrada por ideas foráneas y populismos que han sido o son el cáncer de diversos países, o lo que queda de ellos. No es una amenaza, sino la realidad de las ideas, del trabajo y del progreso, anhelo de todo uruguayo trabajador y consciente. tránsito, especificando que se trata de un tema policial.
Por su parte, alertada la Policía y reclamando que nuestros derechos sean defendidos, esto no sucede, ya que la Policía nada hace.
Por encima de todo esto, tenemos la permanente exhortación del gobierno pidiendo colaboración para frenar el coronavirus.
A esta gente, es evidente que no les importa ni ellos, pero tampoco el resto de la sociedad y su esfuerzo.
Más allá de las medidas que se tomen a largo plazo, esta actividad debe ser reglamentada y organizada lejos de las casas de los vecinos, que no tienen porqué soportarlos.
De momento hay que tomar medidas urgentes.
¿O es que una vez más parecería que triunfa la "patota" y no el derecho y la salud?