Obra esencial surgida del dolor y la tragedia
Génova tiene nuevo puente para el comercio y turismo
El nuevo puente de Génova (noroeste) fue inaugurado el pasado lunes por el presidente de Italia, Sergio Matarella, y otras autoridades del país, menos de dos años después de su derrumbe en el que fallecieron 43 personas, cuyas familias no asistieron a la ceremonia inaugural.
La inauguración comenzó con la interpretación del himno nacional italiano y la lectura de los nombres de las personas que perdieron la vida en el desastre, ocurrido el 14 de agosto de 2018. Junto a Matarella participaron en el acto el primer ministro, Giuseppe Conte; el alcalde de Génova y comisario de la obra, Marco Bucci, y el arquitecto y autor del diseño de la nueva vía, Renzo Piano.
El arquitecto Piano es autor, entre otros, del Centro Pompidou, del nuevo Palacio de Justicia en París, de la Fundación Botín en Santander y de la Torre The Shard en Londres.
El 14 de agosto de hace dos años una parte del viaducto del puente de la autopista A10 que atraviesa Génova se derrumbaba mientras el tráfico pasaba por su superficie, y causó 43 víctimas, entre ellas cuatro niños. Además unas 600 personas tuvieron que abandonar sus casas situadas en los aledaños y bajo el puente, a las que nunca volverán.
La familia Benetton reduce participación en las autopistas que pasan a ser públicas.
SIN PAUSA. Con la inauguración del viaducto, esta importante ciudad portuaria se levanta de un trauma que también generó importantes daños económicos al perder una de sus arterias.
El nuevo viaducto se llamará Puente Génova San Giorgio, tiene una longitud de 1.067 metros y 45 de altura y se emplearon 17.400 toneladas de acero.
Es uno de los ejes esenciales para el comercio con Europa pero también para los viajes turísticos.
Para que no se repita la pesadilla, se ha dotado de instrumentos electrónicos que controlarán eventuales incidencias.
Su construcción fue asignada al consorcio Pergenova, formado por las empresas Fincantieri y Salini Impregilo, y se ha completado en 620 días. Las labores transcurrieron sin descanso, día y noche, y ni siquiera la pandemia las frenó. Tan solo se descansó el día de Navidad.
Italia, donde la ejecución de obras públicas suele ser muy lenta, aceleró el paso y terminó en tiempo récord el puente, a tal punto que se habla en el país del “modelo Génova”.
El último tramo del puente, de aproximadamente 1 km de largo, fue colocado a finales de abril. Luego se realizaron los trabajos de acabado y las pruebas de seguridad.
Hace unos diez días se comprobó la solidez del nuevo puente después de que pasaran por él 56 camiones que en total pesaban 2.500 toneladas.
El primer ministro lo considera el “símbolo de una nueva Italia que se levanta”. Sobre su asfalto se alzan 43 farolas en recuerdo a las víctimas.
Roberto Carpaneto, consejero delegado de RINA, la compañía encargada de gestionar la demolición del viejo puente y la reconstrucción del nuevo, explicó a Efe que la conclusión de las obras en menos de dos años pese a las dificultades es “un orgullo”. Agregó que “se cierran las heridas pero quedan cicatrices y nadie se va a olvidar lo que ha sucedido”.
En el evento no participaron los familiares de los fallecidos en el derrumbe, reunidos en un comité, pues sobre todo exigen justicia. No obstante, se reunieron en la sede de la delegación del gobierno con el presidente Mattarella, quien les aseguró que “la herida no se ha cicatrizado ni se ha olvidado el dolor”.
Actualmente la Fiscalía de Génova investiga a setenta personas por estos hechos y la audiencia preliminar en la que se estudiarán los documentos sobre el derrumbe se espera a finales de octubre.
El suceso derivó en un fuerte pulso entre el Gobierno, sobre todo el mayor partido de la coalición, el Movimiento 5 Estrellas, y la empresa que gestionaba el puente “Autostrade per l’italia”, filial de Atlantia, acusada de descuidar su mantenimiento.
Desde la tragedia, Conte ha venido amenazando a la compañía con la retirada de las concesiones de las autovías. El pasado15 de julio Atlantia, controlada por la familia Benetton, aceptó reducir progresivamente su participación en “Autostrade per l’italia”, que acabará siendo pública.