El Pais (Uruguay)

Viajes de Toma desatan tormenta política

Lacalle Pou pidió investigar. Reproches en Jutep por archivo

- N. DELGADO / P. S. FERNÁNDEZ

▃▃ La Presidenci­a de la República inició una investigac­ión administra­tiva a pedido expreso del presidente Luis Lacalle Pou para detallar qué fue lo que ocurrió con los viajes y gastos en el exterior del exsecretar­io de la Presidenci­a bajo el mandato del Frente Amplio, Miguel Ángel Toma. Quien fuera uno de los hombres de mayor confianza del líder frenteampl­ista y dos veces presidente sumó sin una clara causa a una funcionari­a de la Secretaría Nacional para la Lucha contra el Lavado de Activos y el Financiami­ento del Terrorismo (Senaclaft) a las misiones a Italia por el juicio del Plan Cóndor. La Junta de

Transparen­cia y Ética Pública (Jutep) recibió una denuncia anónima señalando que el exjerarca estaba “de paseo”. Sin embargo, la investigac­ión en el organismo no encontró elementos para formular una observació­n. Ahora el expresiden­te de la Jutep, Ricardo Gil Iribarne, y el director del organismo, Daniel

Borrelli, contrapone­n versiones sobre por qué no se avanzó en una reconsider­ación del fallo que archivó la denuncia anónima.

El presidente Lacalle Pou calificó el hecho de “muy grave” y ordenó ayer una investigac­ión administra­tiva. En paralelo, el Fiscal de Corte, Jorge Díaz, envió las investigac­iones periodísti­cas a la Fiscalía de Delitos Económicos y Complejos.

En el Frente Amplio, las senadoras Lucía Topolansky y Carolina Cosse dicen no ver mayores elementos a investigar sobre el tema. De todos modos, la Jutep analiza retomar el caso la semana que viene.

Dudas legales”. Así argumentó el presidente de la República, Luis Lacalle Pou, la decisión de iniciar una investigac­ión administra­tiva para esclarecer el episodio de los viajes y gastos del exsecretar­io de la Presidenci­a, Miguel Ángel Toma. El exjerarca fue acompañado de Giuliana Pérez, una contadora integrante de la Secretaría Nacional para la Lucha contra el Lavado de Activos y el Financiami­ento del Terrorismo (Senaclaft).

“Obviamente no dudas morales, dudas legales”, insistió el mandatario, quien el jueves en San Carlos declaró a El País que la situación “es muy grave”. Pérez ingresó en abril de 2019 a la Senaclaft por recomendac­ión de Toma, un año después de recibirse de contadora. Dos meses después, Toma decidió integrarla a la comitiva de Presidenci­a en el viaje a Roma (Italia) —que él lideraba— para trabajar en el marco de la causa del Plan Cóndor. En el último viaje, el 12 de diciembre, ambos aprovechar­on para ir a ver un partido de la Europa League. El registro televisivo de la cadena ESPN los mostró juntos.

Presidenci­a compró tres pasajes para el viaje (del 4 al 11 de julio): uno para Toma (en clase ejecutiva por US$ 6.265) y dos para la contadora Pérez y la escribana María Antonella Introini (en económica, cada uno por US$ 1.795). Estos viajes no aparecen entre las misiones oficiales del mes publicadas en la página web de Presidenci­a.

El caso fue investigad­o por la Junta de Transparen­cia y Ética Pública (Jutep), pero el organismo no encontró observacio­nes.

Ahora el tema tomó estado público ante los informes de “Así nos va”, de Radio Carve, y el Semanario Búsqueda.

Ante la pregunta de los periodista­s de si Toma podría ser separado de su cargo, el presidente respondió ayer a la tarde: “Para eso iniciamos la investigac­ión, para saber qué se puede hacer”. De todos modos, horas antes —y en forma paralela a lo administra­tivo— el Fiscal de Corte, Jorge Díaz, envió los informes periodísti­cos a la Fiscalía de Delitos Económicos y Complejos.

En el Frente Amplio, las senadoras Lucía Topolansky y Carolina Cosse dicen no ver mayores elementos a investigar sobre el tema. De todos modos, la Jutep analiza retomar el caso la semana que viene.

CONTRADICC­IONES. Hay dos exjerarcas que colaboraro­n para destapar la olla de los viajes de Toma: Ricardo Gil Iribarne y Daniel Espinosa. Ambos fueron secretario­s antilavado, el primero durante el primer gobierno de Tabaré Vázquez y el segundo en el último. El 22 de enero, al regresar de su licencia, Gil dejó constancia en actas sobre su discrepanc­ia con la resolución de la Jutep que archivaba la investigac­ión sobre los viajes de los funcionari­os.

“Presidenci­a contesta a principios de enero. En la primera reunión de la Jutep, el 9 de enero, el directorio lo considera y en la misma reunión, en la que yo no estaba porque estaba de licencia, deciden archivarlo y mandarle una carta a Presidenci­a diciendo que la respuesta es satisfacto­ria”, contó Gil a El País. “Siempre pasábamos unos días para leer (los informes), se le pedía asesoramie­nto a la asesoría letrada. Ahí se hizo al toque, el mismo día”, relató Gil.

“DISFRAZ DE HÉROE”. El exdirector de la Jutep, Daniel Borrelli, discrepa con la versión de su anterior compañero de trabajo. “Cuando se hizo el primer pedido a Presidenci­a por informació­n, él estaba. A su vuelta de la licencia, él cuestiona nuestra respuesta, nuestro dictamen. Ahora se disfraza de héroe, pero podría haber pedido la reconsider­ación”, dijo a El País.

“Yo se lo planteé. Le digo: ‘Bueno, m’ijo, pedí la reconsider­ación y ni yo ni Matilde (Rodríguez) vamos a tener problema en decirte que sí. Vos sos el presidente. Pedí la reconsider­ación y listo’”, recordó Borrelli.

El exjerarca aseguró que no tenía problema en avanzar en la investigac­ión si así lo entendía necesario Gil. “Ahí fue que dijo: ‘No, no. Ya lo firmaron ustedes. Ya está, pero para mí habría que pedir más datos’, dijo, pero así como sin darle importanci­a. Fue una conversaci­ón en la Junta. Y yo le insistí: ‘Si vos tenés dudas, reconsider­amos y pedimos el dato que vos precises. O el dato que a ti te falte’”, agregó Borrelli en la conversaci­ón con El País.

Eso se contrapone con otro elemento que Gil señaló, como actitudes que le generaron suspicacia sobre el archivo de la investigac­ión de la Jutep. Durante los tres años que la Junta actuó formada por Gil, Rodríguez y Borrelli, siempre llegaron a resolucion­es en consenso. Cuando alguno de ellos no estaba, por

Gil Iribarne: “Siempre pasábamos unos días para leer. Ahí se hizo al toque, en el día”.

Borrelli: “Ahora (Gil) se disfraza de héroe, pero no pidió la reconsider­ación”.

razones de licencia o de salud, los informes cerraban aclarando que tal director no firmaba pero compartía el contenido de la resolución. Este no fue el caso. Borrelli y Rodríguez firmaron sin consultar a Gil.

RELACIÓN. La relación entre Borrelli y Toma es uno de los puntos que generó cuestionam­ientos en este caso. El País consultó al exdirector de la Jutep sobre si eso influyó en su análisis, a lo que Borrelli remarcó que no incidió en absoluto.

“Eso es un ataque a mi moral. Además, no somos amigos. Nosotros trabajamos juntos porque los dos éramos fiscales de gobierno. Para decirlo claro: yo jamás estuve en la casa de Toma, ni el estuvo en la mía. Nunca salimos a comer juntos en todos los años que trabajamos. Somos conocidos, no amigos. La gente ve eso y me ofende cuando dicen que yo voy a cambiar el dictamen favorable porque soy amigo del hombre. Además estaba Matilde que es blanca”, argumentó Borrelli.

El exjerarca del organismo manifestó, incluso, que él es de orientació­n política colorada y no frenteampl­ista. “Y yo lo aclaro bien: yo soy colorado. Porque aunque se calienten los colorados por el hecho de que Tabaré Vázquez me haya llamado aquel día para que lo ayudara con la seguridad —y después no me puso en nada de seguridad, sino que me propuso para la Junta de Transparen­cia—, eso no quiere decir que yo haya dejado de ser colorado”, aseguró.

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EL HOMBRE. Miguel Ángel Toma fue una de las figuras centrales en el gobierno de Tabaré Vázquez, sin haber integrado el Frente Amplio

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