La economía con caída histórica por coronavirus
La actividad bajó un 10,6% en el segundo trimestre. El consumo privado fue el más golpeado
MERCADO LABORAL ESTUVO ESTABLE EN EL MES DE JULIO
▃▃ El dato no sorprendió a analistas y el gobierno, pero no deja de ser histórico: el Producto Interno Bruto cayó 10,6% en el segundo trimestre respecto a igual período del año anterior, la mayor contracción desde que hay datos disponibles (1983).
En ese trimestre se dio en forma simultánea en muchos países del mundo un confinamiento sin precedentes para detener la propagación del COVID-19. Eso supuso un shock de oferta (producción y servicios paralizados o a mucho menor ritmo) y de demanda (personas y empresas consumiendo menos y frenando inversiones) a la vez en casi todo el mundo.
El informe de Cuentas Nacionales divulgado ayer por el Banco Central señaló que “incidieron las medidas para la contención del contagio del COVID19 implementadas durante todo el trimestre, las que impactaron de forma significativa en la mayoría de las actividades de servicios”.
Pero además, una sequía que afectó rendimientos en la producción agrícola y en la generación de electricidad con represas, acentuó la caída.
Así la economía uruguaya profundizó la recesión en la que se encontraba (ya había caído en el último trimestre de 2019 y en el primero de 2020). Aun así tuvo una caída en abril-junio menor que otros países de la región y de Europa.
La reversión del efecto de la sequía y la vuelta a la actividad en varios rubros, junto con una mejora de la demanda, mostrarán una recuperación en el tercer trimestre frente al segundo, coincidieron analistas consultados por El País y el gobierno.
Apenas cinco días después de la aparición de los primeros casos de coronavirus en Uruguay, el equipo económico evaluaba que en los primeros dos trimestres del año el Producto Interno Bruto (PIB) caería y el período abriljunio sería particularmente malo. Por eso, no sorprendió ayer a la autoridades el dato del PIB del segundo trimestre que reveló la mayor caída interanual desde que hay datos disponibles (1983): 10,6%.
De hecho, el lunes pasado en entrevista con El País, el subsecretario Alejandro Irastorza había señalado que “la caída del segundo trimestre, que estamos esperando sea de un 10%, tal vez sea un poco más, es una caída muy profunda”.
Es que en ese trimestre se dio en forma simultánea en muchos países del mundo, un confinamiento sin precedentes para detener la propagación del COVID-19. Eso supuso un shock de oferta (producción y servicios paralizados o a mucho menor ritmo) y de demanda (personas y empresas consumiendo menos y frenando inversiones) a la vez en casi todo el mundo.
El informe de Cuentas Nacionales divulgado ayer por el Banco Central (BCU) mostró además una contracción del PIB de 9% al comparar el segundo trimestre del año frente al primero. Tanto en esta medición desestacionalizada como en la interanual, el BCU dijo que “incidieron las medidas para la contención del contagio del COVID-19 implementadas durante todo el trimestre, las que impactaron de forma significativa en la mayoría de las actividades de servicios”.
Así la economía uruguaya profundizó la recesión en la que se encontraba (ya había caído en el último trimestre de 2019 y se contrajo 1,4% interanual y 1,6% desestacionalizado en el primero de 2020).
“Una caída del PIB de más de 10,6% interanual en el trimestre (y de más de 15% si no incluimos el sector Transporte y comunicaciones) no tiene precedentes. La verdad es que se trata de una crisis que por sus características no tiene precedentes. Con un freno muy abrupto de la oferta, que habría tocado niveles mínimos justamente en los primeros meses del segundo trimestre”, dijo a El País la socia de la consultora Exante, Florencia Carriquiry.
“Si bien la caída del segundo trimestre es significativa, los indicadores coincidentes muestran una recuperación” luego que “en algunos casos es mayor a la esperada hace tres meses”, complementó a El País el gerente senior de Consultoría de CPA Ferrere, Alfonso Capurro.
“La mayoría de los sectores y componentes de la demanda mostraron caídas dentro de lo esperado, salvo el comercio cuya caída estuvo más cerca de 30% que de 20% y algunos servicios (el rubro Otras actividades) cuya contracción fue casi 15% en vez de 10% (ver gráfico)”, dijo a El País el socio de la consultora Vixion, Aldo Lema.
“Con todo, previsiblemente la caída del PIB en el segundo trimestre fue menor a la observada en los países europeos y en la región, parecida a la de Estados Unidos”, agregó.
Pero no todo el desplome de la economía en el trimestre está explicado por el COVID19. “Hay algunas caídas que tienen que ver con capacidad de producción, con ciclos biológicos y con efectos climáticos: por ejemplo, la producción ganadera y la faena de frigoríficos (falta de ganado gordo); la soja cayó por menores rendimientos por hectárea; y cayó Electricidad, gas y agua por la sequía del primer y segundo trimestre que afectó el nivel de represas y la generación hidráulica. Muchos de estos efectos se irán revirtiendo con la recuperación del stock ganadero y con las lluvias”, analizó Capurro.
Ese efecto y la vuelta a la actividad en varios rubros, junto con una mejora de la demanda, mostrarán “una recuperación comparativamente mejor que la región y otros países durante este tercer trimestre, con un rebote significativo respecto al segundo, aunque todavía con una caída interanual relevante (-5%)”, indicó Lema.
Capurro dijo que del seguimiento permanente de indicadores mensuales coincidentes del PIB (se mueven junto con el PIB, pero que se van publicando antes) se ve con “claridad” que “las caídas fuertes fueron en marzo, abril y mayo, y en junio comenzó un rebote que se consolidó en julio y agosto”.
Agregó que “este escenario de dólar atrapado en $ 42,50 (ver nota en página siguiente) podría ayudar al crecimiento de corto plazo vía mayor consumo” aunque “no es necesariamente bueno para las perspectivas de rentabilidad de los sectores exportadores y por ende no es necesariamente bueno para la necesaria recuperación de la inversión privada como motor del crecimiento en los próximos años”.
CAMBIO. Los datos del tercer trimestre, que se publicarán en diciembre, vendrán con el cambio de base de Cuentas Nacionales que corregirán estos datos y hacia atrás.
Entre otros efectos, esa modificación, es probable que corrija a la baja el peso del sector Transporte, almacenamiento y comunicaciones, que en el segundo trimestre “operó como amortiguador de actividad”, indicó Capurro. “Posiblemente, el PIB mostrará una contracción en 2020 mayor con la nueva base que con la base actual”, agregó. Lema coincidió que con el cambio “la contracción sería peor”.