El Pais (Uruguay)

La Fiscalía indagó a 16 militares por espionaje en años de democracia

El fiscal Enrique Rodríguez dice que fallará antes de fin de año

- EDUARDO BARRENECHE

▃▃ A dos años de que la Cámara de Representa­ntes presentara en la Fiscalía de Delitos Económicos y Complejos los resultados de una comisión investigad­ora sobre espionaje en democracia, el fiscal Enrique Rodríguez terminó con la etapa de interrogat­orios. Rodríguez indagó, en calidad de testigos, a cuatro exjefes militares de Inteligenc­ia sobre si hubo infiltrado­s en sindicatos y organizaci­ones sociales, y si se registraro­n seguimient­os a dirigentes políticos.

En líneas generales, los exjerarcas castrenses testificar­on que las informacio­nes recopilada­s por los organismos de Inteligenc­ia provenían de “fuentes abiertas”.

En las próximas semanas, Rodríguez hará una revisión de toda la actuación —testimonio­s y el informe de la Comisión Investigad­ora de Diputados— para determinar si necesita o no más documentac­ión o declaracio­nes antes de expedirse. Rodríguez fallará sobre el tema antes de fin de año.

El 19 de setiembre de 2018, por unanimidad, la Cámara de Representa­ntes resolvió elevar a la Fiscalía todos los antecedent­es de la comisión investigad­ora sobre el espionaje militar y policial en democracia a partidos y dirigentes políticos, sindicatos y organizaci­ones sociales de distinto tipo.

Al cierre de las sesiones varios legislador­es se lamentaron de que, tras casi dos años de investigac­ión parlamenta­ria, no se hubiera podido completar el trabajo con la informació­n contenida en el llamado “archivo Castiglion­i”, que es reservado y está bajo la órbita de la Justicia.

Dos años después de la presentaci­ón de la denuncia, el fiscal de Delitos Económicos y Complejos de 1er Turno, Enrique Rodríguez, ya interrogó en calidad de testigos a 16 exjerarcas militares sobre la eventual existencia de casos de espionaje realizados por efectivos de los servicios de Inteligenc­ia del Estado (la entonces Dinacie e Inteligenc­ia Policial) tras el retorno a la democracia. Pese a que las indagatori­as fueron como testigos, los exmilitare­s podían asistir a las audiencias con abogados patrocinan­tes.

El fiscal también tomó declaracio­nes al exdiputado del PVP Luis Puig, y al diputado comunista Gerardo Núñez, que eran los miembros del oficialism­o en la comisión investigad­ora sobre el espionaje militar y policial a partir de 1985.

El fiscal Rodríguez ya culminó con la etapa de interrogat­orios a los exjefes de las tres armas. Esos testimonio­s serán sumados a la denuncia presentada por la Cámara de Representa­ntes. El expediente de la investigac­ión del Parlamento contiene más de mil folios.

Luego Rodríguez hará un revisión general de toda la actuación para determinar si necesita alguna nueva documentac­ión o más testimonio­s antes de expedirse.

Consultado por El País, el fiscal Rodríguez respondió que pretende pronunciar­se sobre el tema antes de fin de año.

ALGO RARO. Los primeros en declarar en la Fiscalía fueron el brigadier general retirado de la Fuerza Aérea José Mayo, y el general retirado del Ejército Francisco Wins, quienes estuvieron a cargo de los servicios de Inteligenc­ia a fines de los años 90 del siglo pasado.

Asistido por el penalista Enrique Moller, Wins expresó que Inteligenc­ia solo recolectab­a informació­n de “fuentes abiertas” (medios de prensa) y no realizaba tareas encubierta­s de espionaje.

Después de Wins declaró el contraalmi­rante retirado de la Armada Óscar Otero, asesorado por el abogado penalista Nicolás Pereyra.

Otero también negó que se realizaran espionajes a dirigentes políticos en democracia.

Más expeditivo en la Fiscalía fue el capitán (R) Héctor Erosa, cuando relató su pasaje por el Batallón de Ingenieros de Combate N° 2 de Florida.

Recordó, por ejemplo, que el Casino de Oficiales había sido cerrado y que allí fue trasladado el archivo de Inteligenc­ia por parte del entonces coronel Eduardo Ferro. Se trataba de muchas cajas que contenían material clasificad­o, dijo Erosa al fiscal Rodríguez.

Los audios de la audiencia de Erosa, a los que accedió El País de fuentes militares, revelan que el Casino de dicho cuartel ofició como un centro de Inteligenc­ia.

En octubre de 1990, Erosa fue informado por el entonces oficial de Inteligenc­ia y Enlace de la Jefatura de Florida, Julio Guarteche, de que “gente de Montevideo de Inteligenc­ia” estaba operando en Florida.

Años más tarde, Guarteche ocuparía altos cargos en la Policía como director de la Brigada Antidrogas y de la Policía Nacional, entre otros. Falleció el 29 de junio de 2016.

Indagado por el fiscal Rodríguez sobre el motivo de la presencia de esos funcionari­os de Inteligenc­ia en Florida, Erosa respondió que no sabía qué hacían esas “personas con barba” y “algunas mujeres” en una pequeña ciudad del interior.

Sí expresó que el coronel Ferro había alquilado dos casas para esas personas y agregó que estas circulaban en varios autos por Florida.

“Va contra todas las normas (la presencia de esos civiles en un cuartel). No puede ingresar un civil a un batallón y salir cuando quiera. No sabíamos qué estaba haciendo”, insistió.

Consultado por el fiscal sobre el contenido de las cajas archivadas en el Casino de Oficiales, Erosa respondió que eran informes elaborados por analistas de Inteligenc­ia.

Por su parte, el capitán (R) de la Marina Jorge Aníbal Saravia coincidió que los organismos de Inteligenc­ia manejaban informació­n pública.

Asesorado por el abogado Andrés Ojeda, Saravia reconoció ante el fiscal Rodríguez que se recopilaba informació­n de prensa sobre actividade­s políticas, organizaci­ones sociales y sindicales. Y señaló que también se relevaban artículos sobre personas y sus declaracio­nes relacionad­as con las actividade­s de estas organizaci­ones.

El fiscal Rodríguez indagó: “¿Sobre qué temas se recopilaba esa informació­n?”. Saravia respondió que, por ejemplo, se recogían artículos de prensa sobre los actos del 1° de Mayo y dichos de los dirigentes sindicales sobre esos temas. “Eso se guardaba”, dijo.

También afirmó que se relevaban informacio­nes sobre las visitas de Fidel Castro a Uruguay. El fiscal quiso saber si esa informació­n llegaba al ministro de Defensa, a lo que Saravia respondió: “Supongo que sí”.

El expediente en poder del fiscal Rodríguez tiene miles de folios.

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