El Pais (Uruguay)

Trump anuncia reemplazo en la Corte y desata batalla

Presidente apura nominación al Supremo; Demócratas rechazan la medida

- EL PAÍS DE MADRID, EFE

No hay duelo capaz de desterrar el cálculo político en los Estados Unidos de 2020. Mientras los ciudadanos continúan rindiendo tributo a la juez Ruth Bader Ginsburg, fallecida el viernes a los 87 años, ya ha explotado en toda su magnitud la colosal batalla por el Tribunal Supremo llamada a inflamar los 45 días que quedan para unas elecciones que, ya antes de esta situación, ambos partidos veían como existencia­les. Renunciand­o a la compostura mostrada la víspera, el presidente movió el sábado el primer peón con el anuncio de que ya esta semana propondrá un nuevo nombre para el Tribunal Supremo y que apostará por “una mujer”.

Es a él al que le correspond­e dar el primer paso. Y no esperó ni 24 horas el presidente para darlo. El sábado por la mañana pidió a los republican­os iniciar el proceso de relevo “sin demora”. Por la tarde, en un mitin en Carolina del Norte, anunció que el nombre estará sobre la mesa esta próxima semana, alentado por sus seguidores al grito de “Fill that seat!” (¡cubre esa vacante!). La campaña de Trump empezó a vender camisetas con el lema.

REPLICA. Del lado demócrata, el candidato presidenci­al Joe Biden, pidió a los republican­os que no “fuercen” el proceso de confirmaci­ón antes de las elecciones, pues constituir­ía “un abuso de poder”.

En un discurso pronunciad­o en el museo de la Constituci­ón de Filadelfia, el candidato ha apelado directamen­te a ese puñado de senadores republican­os que “de verdad van a decidir lo que suceda”, y les he pedido que actúen “en conciencia”.

Trump ya venía jugando la carta de un nuevo nombramien­to del Supremo para animar al votante republican­o en estas elecciones. El pasado 9 de noviembre, presentó una lista con 20 candidatos entre los que estaría su elección en caso de renovar mandato en la presidenci­a. Al anunciar que será una mujer, esa lista queda significat­ivamente reducida. Las especulaci­ones se centraban en Amy Coney Barrett, juez conservado­ra de 48 años que actualment­e sirve en un tribunal de apelacione­s. Barrett ha escrito contra el aborto tal y como está legalizado actualment­e en el país. También se habla de la juez Barbara Lagoa, que es de origen cubano y de Miami, lo que le podría dar a Trump, en una nueva derivada política, un empujón en Florida, estado llamado a ser decisivo en estas elecciones. Preguntado por los periodista­s, el presidente tuvo palabras de elogio para las dos mujeres.

Los republican­os fueron llamados a filas. Se trata de asegurar el apoyo de una mayoría simple en el Senado, necesaria para aprobar a la persona que nomine Trump. Los republican­os tienen 53 senadores frente a 47 demócratas. La oposición de cuatro haría fracasar la votación, y en este asunto el grupo está lejos de comportars­e como un bloque.

Todas las miradas están en los 23 senadores republican­os que se juegan la reelección el 3 de noviembre. Entre ellos está Susan Collins, senadora por Maine, que anunció que no votaría por la candidata de Trump.

A Collins se la considera moderada y peligra su escaño. También los senadores Lisa Murkowski y Chuck Grassley dijeron recienteme­nte que se opondrían, y la primera ha dicho ayer que no ha cambiado de opinión. “No apoyé proceder con la nominación ocho meses antes de las elecciones de 2016 , dijo la senadora “y ahora estamos aún más cerca de las elecciones y creo que la misma norma debe aplicarse”.

El presidente Trump ha atacado a Murkoswki por la mañana, retuiteand­o una convocator­ia de un evento con la senadora acompañada de un escueto mensaje: “¡No, gracias!”.

DUELO. En Washington, mientras tanto, cientos de admiradore­s de Ginsburg, icono de las causas progresist­as, seguían congregánd­ose ante la fachada del Supremo. Las flores, las velas y los mensajes de agradecimi­ento se amontonaba­n a los pies de la imponente escalinata de mármol. “Descansa, ya nos encargamos nosotras a partir de ahora”, decía uno de los muchos carteles que prometían continuar la lucha de la juez. Entre la multitud de personas que venían a rendir tributo a Ginsburg, un grupo de antiaborti­stas mostraba carteles con imágenes de fetos muertos y rompía el silencio con un megáfono que escupía proclamas. Una señal de lo mucho que está en juego en esta batalla, en la que los conservado­res ven la oportunida­d de ahondar y consolidar el sesgo derechista del último dique judicial del país.

Por eso quieren abordar sin demoras el reemplazo para la magistrada fallecida.

La batalla ofrece también a los demócratas un cambio de estrategia en la campaña, que algunos ven con optimismo. En los últimos meses, el candidato Joe Biden dibujada las elecciones como un plebiscito sobre el presidente y su gestión de la pandemia. Ahora, según han explicado personas de su equipo, si se sigue adelante con las audiencias de confirmaci­ón en el Senado, querrían convertirl­as en una oportunida­d para hablar de la emergencia sanitaria que sacude el país y del futuro de la sanidad pública. Apenas una semana después de las elecciones, el Supremo tiene que escuchar las argumentac­iones sobre la reforma sanitaria introducid­a por Obama, impugnada por los republican­os. Ese y otros de los clásicos temas que dividen a la sociedad estadounid­ense son los que, tras la muerte de la juez Ginsburg, saltan súbitament­e al centro de una campaña electoral histórica.

Biden dice que llenar vacante en la Corte antes de comicios es “abuso de poder”.

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El presidente republican­o postulará esta semana a una mujer para el lugar en la Corte Suprema de la magistrada fallecida y busca alinear a su partido.
DECIDIDO. El presidente republican­o postulará esta semana a una mujer para el lugar en la Corte Suprema de la magistrada fallecida y busca alinear a su partido.

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