El Premio Nobel y una cura esperada hace años
Hepatitis C es la única enfermedad viral crónica que se cura
▃▃ Los estadounidenses Harvey Alter y Charles Rice y el británico Michael Houghton ganaron el Premio Nobel de Medicina este lunes por el descubrimiento del virus de la hepatitis C, anunció el jurado desde Estocolmo.
Los tres fueron galardonados por “su decisiva contribución a la lucha contra esta hepatitis, un importante problema de salud mundial, que causa cirrosis y cáncer de hígado”, explicó el jurado del Nobel.
“Por primera vez en la historia, la enfermedad puede ser curada, aumentando las esperanzas de erradicar el virus de la hepatitis C de la población mundial”, señaló el fallo, que resalta que todavía mueren más de un millón de personas al año de hepatitis por transfusión, una preocupación para la salud global comparable a la tuberculosis o el VIH. Además, 71 millones de personas son portadoras crónicas del virus, es decir, 1% de la población mundial, según la Organización Mundial de la Salud. Entre estas, solo una de cada cinco (19%) son conscientes de su enfermedad, debido a unas capacidades limitadas de diagnóstico a nivel mundial.
La ciencia concluyó en la década de 1940 que existían dos tipos principales de infecciones hepáticas: una que era transmitida por agua o alimentos contaminados (la A) y otra, mucho más amenazadora para la salud, que se contagiaba por la sangre y fluidos corporales.
Dos décadas después, Baruch Blumberg descubrió que una forma de esa segunda clase de hepatitis era causada por lo que se llamó virus de la hepatitis B, un hallazgo que permitió el desarrollo de test y de una vacuna efectiva y que fue premiado además con el Nobel de Medicina en 1976.
En esa época, Alter se percató de que un número importante de personas que recibían transfusiones de sangre desarrollaban igualmente hepatitis debido a un agente infeccioso desconocido. Luego demostró que la sangre de esos pacientes podía transmitir la enfermedad a chimpancés. Después de una década de esfuerzos infructuosos, Michael Houghton recurrió a una estrategia innovadora, creando una colección de fragmentos de ADN encontrados en la sangre de un chimpancé infectado, a partir de la que identificó el virus.
Faltaba por determinar si el virus podía causar la enfermedad por sí mismo, una tarea que llevó a cabo Rice, quien gracias a la ingeniería genética, pudo generar una variante del ARN del virus inoculada luego con éxito en chimpancés. (Agencias)