Los “partidos que se juegan” en la economía de Uruguay
En un evento de Ceres, el director ejecutivo analizó los desafíos del país
Varios son los desafíos que tiene la economía uruguaya. Según el economista y director ejecutivo del Centro de Estudios de la Realidad Económica y Social (Ceres), Ignacio Munyo, hay “partidos que se juegan” en los próximos años en los que el país deberá hacer “un gran esfuerzo para poder salir ganando”.
En el marco de un desayuno exclusivo que realizó Ceres para clientes en el Club de Golf, Munyo analizó el proyecto de ley de Presupuesto —que ya fue entregado al Senado para su discusión— y se cuestionó qué tan viable es que el gobierno logre cumplir con las proyecciones allí establecidas.
Las tasas de crecimiento promedio del Producto Interno Bruto (PIB) establecidas en el Presupuesto para los próximos años señalan que la economía caería 3,5% este año, crecería 4,3% en 2021, se expandiría 2,5% en 2022, crecería 4,2% en 2023 y terminaría el período en 2024 con un alza de 3,9%.
“Se prevé una aceleración importante” dijo Munyo y señaló que el crecimiento promedio proyectado es de 2,3% para los próximos años, con lo que se espera que la recaudación de impuestos aumente 2,1% al año en promedio y el gasto que en términos reales crezca 0,7%.
“No se prevé una caída del gasto total en términos reales en los próximos cinco años, básicamente se queda planchado, crece la recaudación porque crece el PIB y eso hace que el gasto en porcentaje del PIB se reduzca, esa es la estructura del Presupuesto”, explicó el director ejecutivo.
Con ese panorama, las proyecciones del equipo económico señalan que al final del período el déficit fiscal será de 2,5% del PIB.
Sin embargo, el economista señaló que ese número no depende solo de Uruguay, sino también del mundo, de la región y “de lo que se haga o no se haga a nivel interno”.
En esta línea, Munyo cuestionó las proyecciones y dijo que la meta de 2,5% del PIB de déficit fiscal proyectado para final de 2024 necesita de la dinámica de crecimiento del PIB planteada por el gobierno.
“Si fuera menor (el crecimiento) —como prevé el Fondo Monetario Internacional— el déficit sería 3,4% del PIB al final del período y si fuera que no se logra generar proyectos e inversiones nuevas más allá de la planta de celulosa (la segunda de UPM) y sus obras asociadas, ahí el déficit llegaría al 5% del PIB”, debatió Munyo.
“Acá se juega el partido”, dijo el economista aunque advirtió que no es un partido únicamente de este gobierno sino de Uruguay.
“Acá es donde todo el país tiene que poder impulsar lo necesario para que vengan las inversiones que potencien este crecimiento”, enfatizó y manifestó que “si eso no se concreta” se va a hacer “cada vez más costoso —en materia fiscal — financiar los gastos “que para muchos ya son pocos, son austeros en demasía y son de un recorte extremo”.
El economista hizo hincapié en que para poder cumplir con el gasto proyectado en el Presupuesto se necesita de un fuerte crecimiento en la economía, y explicó que “cuando se habla del
optimismo del gobierno por parte de algunos analistas” a su entender la interpretación es que “el Presupuesto es tan optimista como necesario para poder financiar ese gasto sin generar un déficit fiscal demasiado elevado”.
REFORMA. Otro de los “partidos” que se jugarán en la economía uruguaya según Munyo, tiene que ver con la reforma de la seguridad social a la que calificó como “fundamental para darle sustentabilidad a las finanzas públicas”.
Según el economista en Ceres miran “con preocupación” el aumento del gasto en pasividades al que señalan como un
“foco de tensión para los próximos años” y argumentó que la reforma es necesaria porque el gasto del sistema actualmente es de US$ 6.000 millones (12,5% del PIB), “de los cuales la mitad” es déficit de las cajas y el Banco de Previsión Social.
INVERSIONES. El tercer gran partido que jugará en los próximos años la economía uruguaya refiere al dólar y la competitividad. Según Munyo, el desafío es encontrar la forma en que el país pueda atraer inversiones sin tener que afrontar una depreciación significativa del tipo de cambio.
“Uruguay está caro” y va “a
seguir estándolo”, dijo el economista y afirmó que la paridad cambiaria con respecto a los países vecinos “es difícil de sostener”. Es que según los datos exhibidos por el líder de Ceres, Uruguay está 45% más caro que Brasil, y 56% más caro que Argentina. “Los precios internacionales de las exportaciones pueden ayudar a recuperar competitividad” pero no son suficientes, afirmó el economista. Por lo que, en su opinión, para que se concreten nuevas inversiones —pese a que el país esté caro— “Uruguay tiene que procesar reformas profundas que permitan reducir costos y aumentar la productividad”.