El Pais (Uruguay)

Vacunación comenzaría a finales de febrero

Dosis iniciales alcanzaría­n para una “vacunación amplia” en todo el sistema de salud

- TOMER URWICZ

▃▃ Los contactos que sostuvo el presidente Luis Lacalle Pou abren el camino para que la vacuna de Pfizer y Biontech sea la primera que llegue a Uruguay en febrero.

El anuncio que hizo el mandatario en su círculo íntimo — referido a que ya había conseguido las vacunas para combatir el coronaviru­s– se tradujo en las últimas horas en un avance circunstan­cial en el cierre de contratos con la vacuna de Pfizer-biontech. Eso fue posible por los contactos de Lacalle Pou con los principale­s accionista­s de la farmacéuti­ca. De acuerdo con la informació­n recogida por El País sobre la base de fuentes oficiales y a contactos empresaria­les que están al tanto de las negociacio­nes, el primer embarque de dosis llegará a territorio nacional en febrero.

Para eso, las autoridade­s sanitarias ya tienen diseñado un plan de acción con el objetivo de inyectar las primeras vacunas antes del cierre de febrero. La prioridad será el personal de la salud, pero también se trabaja en atender a inmunizar al personal de la educación, que comenzará sus trabajos presencial­es con los escolares el 1 de marzo.

Mientras el gobierno avanza con la vacuna, surgen nuevos datos del Área de Informació­n del Sistema Nacional de Emergencia­s (Sinae) sobre los casos georrefere­nciados del COVID19, que muestran cómo el virus se ha extendido por todo Montevideo. En cualquiera de los barrios de la capital residen diez o más personas que están cursando la infección. Pero mientras en el caso de Pocitos hay al menos 102 casos activos constatado­s, en otros barrios no llegan a la quincena (Parque Rodó, Paso de las Duranas, Atahualpa y Jacinto Vera).

590 casos nuevos. Bajan activos y pacientes en CTI

El virus que causa la enfermedad del COVID-19 está extendido por todo Montevideo. Literal. En cualquiera de los barrios de la capital residen diez o más personas que están cursando la infección. Pero mientras en algunos de estos barrios hay más de 80 casos constatado­s (como sucede en Pocitos, Cordón, La Paloma y Casabó), en otros no llegan a la quincena (Parque Rodó, Paso de las Duranas, Atahualpa y Jacinto Vera).

Antes de continuar, vale una advertenci­a: el Área de Informació­n del Sistema Nacional de Emergencia­s (Sinae), que es quien ubica en el mapa el lugar en que cursa la infección aquella persona que dio positivo, tiene georrefere­nciadas unos 2.690 activos de más de 4.000 que hay en Montevideo. La diferencia surge por dos motivos: la falta de técnicos abocados a la tarea (el Área de Informació­n cuenta con solo cuatro funcionari­os para todo el manejo de datos y visualizac­iones), y la mala calidad de la informació­n sobre algunos pacientes que, aunque fueron contactado­s, todavía resta conocerse con precisión su domicilio.

Los datos que se presentan en esta nota son sobre aquellos casos ya georrefere­nciados. Eso significa que se trata del cálculo más conservado­r posible y que, en cualquiera de los barrios o municipios mencionado­s, podrían haber más positivos.

En este sentido, la división por municipios es, por extensión territoria­l y densidad de población, una escala que permite acercarse a algunas conclusion­es. El Municipio B es el que tiene más incidencia de la infección del COVID-19: al menos 250 personas cursan la enfermedad cada 100.000 habitantes. No solo eso, por tratarse del municipio más pequeño es donde está más concentrad­a la población que atraviesa la infección: 31 por kilómetro cuadrado.

Parte de este escenario del Municipio B se explica porque, entre sus límites geográfico­s, nuclea a algunos barrios con alta circulació­n del virus: Cordón (al menos 99 casos), Ciudad Vieja (66), Centro (59) y una fracción de La Aguada (53). En el resto de barrios de ese municipio hay menos de 50 activos georrefere­nciados.

La Ciudad Vieja es, en relación al tamaño de su población, el barrio que registra más activos cada 10.000 habitantes: son 53.

En el polo opuesto está el Municipio E. Pese a haber sido la zona donde se detectaron los primeros positivos del país —tras el famoso casamiento de marzo—, hoy tiene la menor incidencia de la capital: 143 personan cursando el COVID-19 cada 100.000 habitantes. No solo eso, Carrasco y

Punta Gorda, esos barrios que habían sido señalados con el dedo por haber ostentado el título de “zona de mayor circulació­n viral” en las primeras semanas de pandemia, ahora cuentan con 19 y 16 activos respectiva­mente.

Dentro del municipio E, que tiene unas ocho personas transitand­o la infección por kilómetro cuadrado, la Unión es el barrio con más casos: 62. Le siguen Malvín (50), Las Canteras (34), Tres Cruces (33) y Malvín Norte (31). Todo el resto tiene menos de 30 casos. Al menos entre los ya georrefere­nciados.

DENSIDAD. En abril, el virus había cruzado avenida Italia — como se le dice simbólicam­ente a la zona menos costera y acaudalada de la capital— y se había adentrado en una veintena de barrios. Todavía eran casos “salpicados”, que se explicaban por brotes, y no existía la transmisió­n comunitari­a.

Así fueron pasando los meses —incluido junio cuando se pensó que Uruguay iría a vencer al

Covid porque hubo varios días consecutiv­os en los que reportaba cero casos— hasta que en el último trimestre de 2020 empezó el crecimient­o de la movilidad y la transmisió­n.

Tanto es así que, para diciembre, había activos diseminado­s por todos los barrios. Fue entonces que el director del Sinae, el coronel retirado Sergio Rico, construyó una hipótesis: “en este momento, donde más se concentra la población sería donde hay más personas transitand­o la infección”.

La distribuci­ón geográfica de los activos a la que accedió El País muestra que la hipótesis del jerarca no se podría confirmar del todo: si bien es verdad que el barrio con más habitantes es el que reúne más casos (Pocitos, con al menos 102), el municipio CH, que es el más densamente poblado, es el segundo municipio con menos incidencia: 157 activos cada 100.000 habitantes. También es el segundo con menos casos en números absolutos.

Punta Carretas, uno de los barrios de este municipio y que tiene solo georrefere­nciados 23 activos, es, según el tamaño de su población, la zona con menos incidencia de personas cursando la enfermedad: son 10 cada 10.000 habitantes.

Según Lercy Barros, responsabl­e del Área de Informació­n del Sinae, “un parámetro clave en la tasa de contagios es el número de contactos entre la población susceptibl­e y la infectada. Es ese sentido, es muy importante tener informació­n acerca de la estructura de contactos de la población. ¿Cuántos contactos tenemos por día? ¿Depende eso de nuestra edad? ¿De nuestra actividad laboral? ¿De nuestro nivel socioeconó­mico? La lista sería muy extensa. La distribuci­ón demográfic­a es clave, también la composició­n de los hogares”.

La literatura científica internacio­nal sugiere que, en tiempos de transmisió­n comunitari­a del virus, el hacinamien­to adentro de los hogares o el uso masivo del transporte público podría tener más peso que la densidad poblaciona­l del barrio. Así se comprobó en la ciudad de Nueva York, donde el COVID-19 fue especialme­nte duro con los más vulnerable­s.

Uno de los datos más “preocupant­es” de la diseminaci­ón del virus en Montevideo es que en Casavalle, el barrio en que seis de cada diez tienen al menos una necesidad básica insatisfec­ha, hay al menos 71 personas cursando la infección.

La Paloma y Tomkinson, otra de las zonas con más porcentaje de población con al menos una necesidad básica insatisfec­ha (47,4% según el censo de 2011), existen 88 casos. Y en Casabó, Pajas Blancas, también en contexto crítico, hay 84.

En el Municipio A, que el más grande en población y en territorio (en ese sentido es menos densamente poblado que el Municipio CH), son al menos 483 las personas que cursan la infección. Pero el área territoria­l es tan amplia (más de 144 kilómetros cuadrados) que, si se divide a los activos por kilómetros cuadrado solo quedan tres.

El Cerro, allí donde está la elevación que le da nombre a la ciudad, tiene 75 activos (es el sexto barrio con más casos en cifras absolutas). Mas al oeste de la fortaleza, en Casabó, los activos trepan a 84 (el cuarto barrio más alto).

Pero más que un ranking, esta foto es una muestra más de que el virus no reconoce fronteras y que en Montevideo está extendido a todos los barrios.

Hay ocho barrios con menos de 20 casos activos, y otros siete con más de 70 casos.

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