Uruguay, costoso para hacer negocios
Afirmó que el país tiene “dificultades que no son triviales”
▃▃ “Uruguay es un país costoso para hacer negocios”, dijo ayer el Fondo Monetario Internacional (FMI). La razón que brindó fue que el combustible, el agua y la electricidad “son producidos y distribuidos por empresas públicas (que, además, cobran precios relativamente altos según los estándares regionales)”. El organismo, no obstante, destacó que el gobierno actual del país “propuso una serie de medidas” como “parte de una estrategia para mejorar las condiciones para la inversión privada y eliminar costos excesivos”. El FMI indicó a su vez que Uruguay “enfrenta una serie de dificultades que no son triviales”. Y es que las “perspectivas a corto plazo están sujetas a riesgos importantes ocasionados por el reciente aumento de casos” de coronavirus y “el periodo de tiempo que tomará vacunar a toda la población del país”.
Uruguay es un país costoso para hacer negocios”, dijo ayer el Fondo Monetario Internacional (FMI) en su blog. La razón que brindó fue que el combustible, el agua y la electricidad “son producidos y distribuidos por empresas públicas (que, además, cobran precios relativamente altos según los estándares regionales)”.
El organismo, no obstante, destacó que el gobierno actual “propuso una serie de medidas” como “parte de una estrategia para mejorar las condiciones para la inversión privada y eliminar costos excesivos”. Las mismas están “encaminadas a mejorar la regulación de las empresas públicas, fortalecer y aumentar la independencia de los órganos reguladores y reducir gradualmente el precio de los servicios públicos”.
A su vez, señaló que “las autoridades tienen la intención de reformar el sistema educativo a fin de aliviar la alta deserción escolar y el elevado desempleo juvenil, y facilitar la transición hacia nuevos sectores (que impliquen un menor nivel de contacto), que se espera cobren relevancia tras la pandemia”.
El organismo repasó las reformas que llevó adelante el último gobierno.
FUTURO. El FMI indicó que Uruguay “enfrenta una serie de dificultades que no son triviales”. Y es que las “perspectivas a corto plazo están sujetas a riesgos importantes ocasionados por el reciente aumento de casos” de COVID-19 y “el periodo de tiempo que tomará vacunar a toda la población”
Además, dependen de las “condiciones desfavorables a nivel regional y mundial, y algunos cambios estructurales, como la menor participación laboral y la contracción del sector manufacturero”.
“El éxito de las reformas en términos de generación de crecimiento y reducción de los desequilibrios macroeconómicos dependerá de eficacia de las medidas adoptadas, y los detalles siguen en discusión entre las partes interesadas y en el Parlamento”, agregó.
No obstante, expresó que las reformas que ya se promulgaron o anunciaron “constituyen los cimientos para una economía más sólida, resiliente y equitativa”. Las mismas “mejoran la capacidad de respuesta de las políticas fiscal y monetaria ante circunstancias cambiantes, aumentan la responsabilidad de los hacedores de políticas, y establecen anclas de mediano plazo y generan mayor credibilidad, aspectos muy necesarios en épocas de incertidumbre”.
A su vez, las reformas “ayudarán a alinear las políticas macroeconómicas de Uruguay con las mejores prácticas internacionales”.
EVALUACIÓN. El FMI señaló que Uruguay tomó “mediadas importantes para resolver problemas macroeconómicos preexistentes y sentar las bases para una economía más resiliente, competitiva y estable” al mismo tiempo que manejó la crisis económica y sanitaria por el COVID-19.
También habló de la gestión de la pandemia en concreto. Expresó que el “hábil manejo” de la crisis y “algunas fortalezas institucionales de larga data (como el sistema de salud público)” le permitieron “mantener el total de infecciones y muertes en niveles relativamente bajos hasta fines del 2020, mitigando los costos económicos y sociales”.
Además, indicó que la situación del país le brindó al gobierno “una ventana de oportunidad para introducir una serie de reformas destinadas a potenciar el crecimiento y el empleo”. Son las siguientes: una “mejora significativa” del marco de política fiscal; “la modernización del régimen de metas de inflación; y la promoción de la competitividad y la inversión privada, aumentando la eficiencia de las empresas públicas, que representan una parte significativa de la economía uruguaya”.