Vigilia de un día histórico
Pone fin hoy al polémico mandato de Trump y toma medidas para rescatar la economía, combatir el COVID-19 y unir al país
El mundo mira hoy hacia la capital de EE.UU., donde culmina el ciclo de Donald Trump en la Casa Blanca. Será el final de los 4 años más disruptivos en décadas en la política global, donde el sistema de alianzas y acuerdos tácitos, voló por los aires, con todo lo bueno y lo malo que ello implica. Y comienza la era Joe Biden, plagada de incógnitas y desafíos.
Una pandemia furiosa, una crisis económica, un país dividido, profundas heridas raciales. Joe Biden ya tiene la agenda programada antes al jurar hoy como el 46° presidente de Estados Unidos.
“Lo que es singular para Biden es no tanto que haya una crisis, es la cantidad de crisis que compiten entre sí”, dijo Mary Stuckey, una profesora de Comunicación en la Universidad Penn State.
Quizá la mayor sea la pandemia de covid-19, que se ha ensañado con Estados Unidos, que se acerca a los 400.000 decesos.
“Tenemos 4.000 estadounidenses que mueren por covid cada día”, dijo David Farber, un profesor de Historia en la Universidad de Kansas. “Y la distribución federal de la vacuna ha sido un desastre”.
“Así que pienso que (esta crisis) es central y que (Biden) tendrá que mantener su mente enfocado en esta”.
Biden ya trazó un plan multifacético para combatir la pandemia, que incluye una mayor cantidad de hisopados y rastreo epidemiológico y la vacunación de 100 millones de personas en sus primeros 100 días de gobierno.
RESCATE. Pero la pandemia de covid-19 no puede consumir toda la atención del futuro presidente de 78 años, el hombre de mayor edad en jurar como mandatario de Estados Unidos.
No muchos presidentes asumieron el cargo con una situación económica como la que hereda Biden, aunque algunos de sus predecesores la tenían peor.
“En 1933, Franklin Roosevelt llegó a la Casa Blanca con un 25% de desempleo, con la bolsa que había caído casi un 90% y con las personas incapaces de sacar sus ahorros de los bancos”, dijo explicó Farber.
“Estados Unidos ha superado situaciones peores”, dijo, tras notar que el propio Biden, como vicepresidente de Barack Obama (2009-2017), ayudó a navegar la crisis económica de 2008 “en un tiempo en que parecía que la economía mundial se iba a pique”.
Biden propuso recientemente un estímulo económico de 1,9 billones de dólares, llamado el Plan de Rescate de Estados Unidos, para revitalizar la principal economía del globo.
Incluye 400.000 millones para hacerle frente al COVID-19, 440.000 millones para las pequeñas empresas y otros negocios golpeados por la pandemia y un billón en ayuda a los estadounidenses, del cual una parte será un pago de 1.400 dólares a la mayoría más necesitada, además de unos pagos de 600 dólares ya realizados en diciembre pasado.
Shirley Anne Warshaw, una profesora de Ciencia Política en el
Gettysburg College, dijo que la polarización política en Estados Unidos supone un desafío completamente distinto tras los cuatro años de presidencia de Donald Trump.
“Nunca nos vi tan divididos”, dijo Warshaw sobre la grieta entre demócratas y republicanos.
“Va a ser muy difícil para el presidente Biden el atraer a esas personas a la arena política”, dijo, “a la normalidad de creer que el gobierno trabaja para ellos”.
Según Farber, tras la fallida insurrección de seguidores de Trump en el Congreso luego de ser enardecidos por el presidente, Biden también enfrenta una crisis de “legitimidad política”.
“Es una crisis que, para ser franco, no se parece a nada que haya visto Estados Unidos desde la toma de mando de Abraham Lincoln”, semanas antes del estallido de la Guerra Civil (18611865).
“Realmente no hay otra analogía a esto”, explicó. “Donde tenemos a un presidente saliente que no acepta la legitimidad de la transición de poder”.
“Simplemente nunca ocurrió en Estados Unidos”.
Los primeros días de Biden en la Oficina Oval se pueden complicar todavía más debido al juicio político contra Trump, que fue acusado de incitar a la insurrección por la Cámara de Representantes el 13 de enero.
“Eso va a consumir tiempo”, dijo Farber, “tiempo que Biden necesita para que se aprueben sus nominados al gabinete, tiempo en el que podría dar inicio a iniciativas políticas fundamentales”.
“No es la mejor manera de empezar un nuevo régimen político”.
Y es poco probable que el presidente saliente desaparezca de la escena política incluso si es condenado por el Senado e impedido de volver a postularse.
“Será una ruidosa fuerza que impulsará la crisis desde la derecha, quizá durante todo el gobierno de Biden, y es muy poco lo que Biden puede hacer al respecto”, agregó Farber.
Biden también tomará el timón de una nación que se ha visto sacudida por meses de protestas por la justicia racial tras las muertes de ciudadanos negros a manos de policías.
“El gobierno de Biden va a hacer un gran esfuerzo para lidiar con el tema”, dijo Warshaw. Una cuestión que “se ha ido enconando año tras año”.
Lanza un plan para el combate al COVID-19 y corregir la campaña de vacunación.
Enviará al Congreso la reforma migratoria para dar la ciudadanía 11 millones sin papeles.
ACCIÓN. Entre medidas que Biden tomará en su primer día en la Casa Blanca aparecen estas:
—Pedirá a los estadounidenses que utilicen mascarillas en las instalaciones federales y los medios de transporte interestatal como aviones o autobuses, una medida que ampliará las restricciones que ya han impuesto los gobiernos locales.
—Extenderá una medida para prohibir los desalojos, lo que beneficiará a unos 25 millones de estadounidenses.
—Ordenará una extensión de la moratoria a los pagos de los préstamos estudiantiles en el país, algo que beneficiará a 43 millones de estadounidenses que en total deben 1,7 billones de dólares.
—Podría comenzar a presionar a legisladores para que aprueben un plan de estímulo económico de 1,9 billones de dólares, destinado a acelerar la distribución de las vacunas contra la covid-19 y paliar los efectos de la pandemia en la economía. Sin embargo, no se espera que el Congreso empiece a debatir ese plan hasta finales de enero o principios de febrero.
—El líder demócrata firmará una orden ejecutiva para reintegrar a Estados Unidos, el segundo país más contaminante del planeta, en el Acuerdo de París contra el cambio climático y del que la nacióbiden acabará con el veto migratorio de Trump, que obstaculiza la entrada a EE.UU. de los nacionales de 11 países con una significativa población musulmana (Eritrea, Irán, Kirguistán, Libia, Myanmar, Nigeria, Somalia, Sudán, Siria, Tanzania y el Yemen) y que incluye restricciones para Venezuela y Corea del Norte.
—Enviará al Congreso una ambiciosa reforma migratoria que incluye una vía para que once millones de indocumentados tengan acceso a la ciudadanía, así como una expansión de la política de asilo y un plan para reforzar la seguridad fronteriza mediante el uso de las nuevas tecnologías.