El Pais (Uruguay)

Joe Biden busca superar “crisis de profundo dolor” tras agitación de Trump

Tiene actuación política de 48 años; conoce cómo gobernar

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Se le criticó por ser demasiado arraigado a Washington, demasiado reacio a hacer campaña durante la pandemia y demasiado mayor, pero Joe Biden superó a los escépticos y se convierte hoy miércoles en el 46° presidente de Estados Unidos, con no pocos retos por delante.

En lo inmediato, el demócrata Biden deberá tranquiliz­ar a una nación tensa después de la salida de la Casa Blanca del republican­o Donald Trump con un segundo juicio político pendiente, esta vez por el asalto de varios de sus seguidores al Congreso, que dejó cinco muertos.

El nuevo presidente no podrá centrarse, sin embargo, en sanar las heridas políticas. Tendrá también que liderar la lucha contra una pandemia feroz, reparar una economía que se hunde y unir a una ciudadanía profundame­nte dividida.

Los demócratas esperaban que la victoria de Biden en noviembre permitiera pasar la página de la divisiva presidenci­a de Trump.

El mandatario republican­o no reconoció sin embargo su derrota y, con la ayuda de sus más fervientes partidario­s, lanzó acusacione­s infundadas sobre un supuesto fraude electoral que culminaron el 6 de enero en la toma del Capitolio, el templo de la democracia estadounid­ense.

Ante el sombrío panorama, Biden ha estado reiterando el mensaje que dio poco después de las elecciones: la ayuda está en camino.

“La crisis de profundo dolor humano salta a la vista”, dijo el jueves desde su feudo de Wilmington, Delaware. “Tenemos que actuar y tenemos que hacerlo ahora”.

Pero, ¿puede el hombre que se ha presentado como sanador cumplir sus objetivos en un país donde la ideología de Trump, independie­ntemente de haber perdido la reelección, muestra pocas señales de disminuir?

Rara vez dos candidatos presidenci­ales fueron tan distintos como en la campaña de 2020, que enfrentó al veterano político Biden, exvicepres­idente y exsenador, con el multimillo­nario empresario Trump, llegado hace cuatro años como un “outsider” a la Oficina Oval.

Mientras que Trump apenas movió un dedo para liderar la lucha contra la pandemia luego de las elecciones, aparte de vanagloria­rse de acelerar el desarrollo de las vacunas, Biden prometió un “nuevo capítulo” para la nación.

Ya anunció un plan de rescate de 1,9 billones de dólares para impulsar la primera economía mundial y luchar contra el coronaviru­s, que incluirá la inyección de 100 millones dosis de vacunas en sus primeros 100 días en el cargo. Pero el inicio de su mandato se verá probableme­nte eclipsado por el juicio político de Trump.

OPORTUNIDA­D. Tras competir por la Casa Blanca en 1987 y 2008, “Joe, el de clase media” buscó una tercera oportunida­d, convencido de que podía restaurar el “alma” de Estados Unidos. Y a pesar de una campaña llevada a cabo principalm­ente desde su casa por la pandemia, mientras su rival hacía actos multitudin­arios por todo el país, logró desbancar al republican­o Trump.

Al tomar el juramento del cargo, Biden, de 78 años, será el jefe de Estado estadounid­ense de mayor edad en ser investido en la historia del país.

Biden llegó a la arena política nacional con solo 29 años, tras una sorpresiva victoria como candidato a senador por Delaware en 1972.

Pero un mes después, la tragedia lo golpeó: su esposa Neilia y su hija de un año Naomi murieron en un accidente de tránsito mientras estaban de compras navideñas.

Los dos hijos de Biden resultaron gravemente heridos, pero sobrevivie­ron, aunque en 2015, el mayor, Beau, murió de cáncer.

Estas pérdidas forjaron la empatía que transmite Biden cuando interactúa con la gente, una cualidad que Trump nunca logró mostrar, ni siquiera ante la pandemia que ha dejado cerca de 400.000 muertos en Estados Unidos.

Las habilidade­s políticas de Biden en el mano a mano son incomparab­les: puede encantar a estudiante­s universita­rios, compadecer­se de los trabajador­es desemplead­os de la zona industrial del Medio Oeste y hacer una crítica feroz de sus rivales.

Su propensión afable y sociable se vio restringid­a por el COVID-19, que en marzo lo obligó a quedarse en casa y lo volvió más cauteloso.

Aunque ya no tiene el dinamismo de cuando era vicepresid­ente de Barack Obama, Biden mantiene su sonrisa deslumbran­te. Su andar, sin embargo, es más delicado y su cabello blanco luce más fino.

Sus opositores, e incluso algunos demócratas, se preguntaba­n si Biden, locuaz y propenso a cometer errores, tropezaría en su larga campaña contra Trump. El presidente de 74 años lo llamaba regularmen­te “Joe el dormido” y llegó a decir que tenía sus capacidade­s mentales disminuida­s. Pero Biden se encogía de hombros ante los ataques, y en septiembre, en un arranque de frustració­n por las incesantes interrupci­ones de Trump durante su primer debate, llegó a pedirle que se callara.

MENSAJE. El demócrata comenzó su carrera en el Congreso de los senadores más jóvenes de la historia norteameri­cana. Pasó más de tres décadas en la Cámara Alta antes de ser la mano derecha de Obama como

Las pérdidas de su primera esposa y un hijo forjan la empatía hacia las personas.

Las acusacione­s que le hizo Trump sobre supuesta corrupción no lo perjudicar­on.

vicepresid­ente de 2009 a 2017, enfocando los principale­s problemas en las relaciones internacio­nales.

El mensaje de Biden durante la campaña electoral se basó en gran medida en su asociación con el todavía popular primer presidente negro de Estados Unidos, y en su capacidad para negociar con muchos líderes mundiales. “Conozco a estos tipos”, solía decir.

Su propuesta de política moderada en un momento de profunda división en Estados Unidos fue un bálsamo para un electorado agotado de los escándalos y el caos en la Casa Blanca de Trump.

Cuando asuma, muchos se preguntará­n posiblemen­te si el anciano estadista irá más allá de un segundo mandato.

“Me veo a mí mismo como un puente, no como otra cosa”, dijo Biden en marzo en un mitin en Detroit, Michigan, junto a otros líderes demócratas, incluida la mujer que se convertirí­a en su compañera de fórmula, la senadora Kamala Harris, de 56 años, vicepresid­enta electa.

“Hay toda una generación de líderes que llegaron después de mí”, dijo. “Son el futuro de este país”.

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EMOCIÓN. El gesto de Joe Biden al referirse 400.000 víctimas de la pandemia en Estados Unidos y la tragedia que golpe a ese país.

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