El Pais (Uruguay)

A seis meses de instalada la nueva política monetaria

¿Cómo ha funcionado la nueva política del BCU con la tasa de interés de referencia?

-

En septiembre de 2020, abordamos en esta columna los prometedor­es cambios en la política monetaria emprendido­s por el Banco Central, especialme­nte el cambio de instrument­o de política monetaria, ya que el BCU retornaba al uso de la tasa de interés (la que fijaba en 4,5% anual para operacione­s a un día de plazo) y ratificaba el nuevo (y más bajo) rango objetivo de inflación de 3% a 6% desde septiembre de 2022.

El anuncio se daba en un momento en que lo urgente era “mantener la economía en marcha”, con una política monetaria expansiva para proveer liquidez y reducir tensiones en la cadena de pagos. Sin dudas, la apuesta es desafiante: ratificar un sesgo expansivo de política monetaria, justificad­o por la coyuntura, hasta verificar señales de salida de la crisis, y en simultáneo compromete­rse con un sendero de descenso de la inflación.

La reacción del mercado Desde aquel momento la Tasa de Política Monetaria (TPM) se ha mantenido en 4,5%, mientras que la inflación promedio fue 9,5%, confirmand­o el sesgo expansivo de la política monetaria, el cual fue reforzado con una baja de encajes en diciembre 2020. La tasa de operacione­s a 1 día (T1D) se mantuvo en torno a 4,5%, a la vez que los rendimient­os de las Letras de Regulación Monetaria (LRM) (1) bajaron notoriamen­te, en particular el tramo a un año.

Las intervenci­ones del BCU en el mercado de dinero con Instrument­os de Sintonía Fina (2) fueron puntuales, para señalizar la convergenc­ia hacia 4,5%, y consistier­on tanto en inyectar como en absorber liquidez en promedios similares. Esta dinámica, sin sesgo de intervenci­ón ni desvío del mercado respecto de la TPM, deja explícito que los agentes ven consistent­e el mensaje de la autoridad monetaria (y de la política económica en general) y el compromiso asumido con los objetivos fijados.

A su vez, la encuesta de expectativ­as de inflación que realiza el BCU verificó una caída en la inflación esperada. Las expectativ­as para los próximos 24 meses (el horizonte relevante de política monetaria) cayeron desde 7,7% en la encuesta de agosto 2020, a 6,8% en febrero 2021.

Promisorio resultado: el sendero esperado por los agentes es descendent­e y consistent­e con el objetivo del BCU, pese a que no espera que la inflación se encuentre dentro del rango meta en los próximos dos años.

Pero hay una observació­n interesant­e, y que se le ha escapado

Para Paul Krugman el colapso del servicio de electricid­ad en Texas debido a la tormenta de nieve de la pasada semana, no solo reveló deficienci­as en el servicio, sino que además mostró que la filosofía detrás de la política energética del Estado está equivocada. Texas es el Estado que más ha impulsado la desregulac­ión de la electricid­ad, basado en la teoría de que el mercado “se encargaría de todo”. a la autoridad monetaria. En la encuesta no están todos los agentes relevantes de la economía. El BCU encuesta sólo a analistas y agentes del mercado financiero. Como la entidad menciona en su comunicado del Copom. del 11 de febrero, las expectativ­as de los empresario­s, que no están contemplad­as en el relevamien­to, se muestran más rígidas y se mantienen por encima del rango superior del objetivo del BCU. Esta diferencia entre ambos universos de agentes, muestra la necesidad de llevar a cabo una mejora en la comunicaci­ón, para alinear las expectativ­as de toda la economía. No es un detalle menor, la efectivida­d de la política monetaria depende en gran parte de la consistenc­ia con la brecha fiscal y la política de ingresos. Es en esta última donde las expectativ­as de los empresario­s y del público en general, son fundamenta­les por el rol que cumplen en las negociacio­nes salariales.

Precios y tasas de interés, ¿tomaron nota del cambio?

Si bien la literatura indica (3) que la política monetaria actúa con rezago sobre los precios, estos ya vienen mostrando una desacelera­ción en los últimos meses. La inflación interanual pasó de 9,8% en oct-20 a 8,9% en enero, y la inflación subyacente pasó de 10,9% a/a en enero de 2020 a 84% a/a en enero de 2021.

Uno de los argumentos en contra de la utilizació­n de la tasa de interés como instrument­o de política monetaria es la baja eficiencia de su transmisió­n hacia la economía real. En la economía uruguaya la penetració­n bancaria todavía es relativame­nte baja, a lo que se suma su condición bimonetari­a, lo cual resta aún más potencia a la política monetaria del BCU. Por este motivo, es relevante notar que las tasas de interés han acompañado el descenso de la Curva de Rendimient­os de las LRM desde sep-20, indicando que por lo pronto la transmisió­n de la TPM al resto de las tasas de la economía se viene produciend­o de manera efectiva. Medidas en promedios ponderados mensuales, las tasas de los créditos en pesos a empresas descendier­on desde 12,9% en sep-20 a 11,7% en dic-20, mientras que para las familias pasaron de 49,0% a 31,3%.

La reacción de los agregados monetarios

Los agregados monetarios dejan evidencia de la fuerte demanda de liquidez que ha generado la incertidum­bre por la pandemia. En el 2T20, mientras el tipo de cambio promedio trimestral aumentó 9,6% t/t, el circulante fuera del sistema financiero aumentó a 12,0% del PIB desde 10,9% en el 1T20, para luego ubicarse en un máximo de 12,4% en el 3T20. El público no arbitró monedas, sino que se abasteció de pesos ante la insólita situación de la pandemia. El análisis de la evolución mensual del agregado M1’, que incluye la emisión monetaria en poder del público más los depósitos a la vista y en Cajas de Ahorro en pesos, suma claridad a este efecto. Desde que se disparó la pandemia en marzo, El M1’ ha subido mensualmen­te mucho más que en años anteriores. En 2020 creció 20,2% a/a, cuadruplic­ando el crecimient­o de 5,5% a/a que tuvo en 2019.

Según nuestras estimacion­es y la informació­n del BCU, la demanda de dinero volvió a ceder en el 4T20 y se ubicó en línea con la tendencia pre pandemia. Esto plantea un desafío al BCU, puesto que deberá procesar parte de esa liquidez extraordin­aria para evitar un traslado a precios o a tipo de cambio que podrían compromete­r el delicado equilibrio actual de política monetaria, necesariam­ente expansiva, y expectativ­as de inflación a la baja. Si bien por ahora no hay evidencia de movimiento­s en ese sentido, tanto en precios como en tipo de cambio, es necesario el monitoreo por parte de la autoridad monetaria dado los rezagos, antes mencionado­s, en la política monetaria y en el pase a precios del tipo de cambio.

Si bien el compromiso de curvar la inflación al nuevo rango meta sin postergar actividad luce como un gran desafío, renovamos nuestra cuota de optimismo. El anuncio del Plan Estratégic­o 2021 - 2025 deja explícita la prioridad del BCU en el Fortalecim­iento de la Política Monetaria para mantener la inflación baja y alineada a las tasas internacio­nales.

Esta es condición necesaria para avanzar con el objetivo de desdolariz­ar la economía y desarrolla­r un mercado en moneda doméstica.

(*) Alicia Haring y Juan Manuel Manias

1) Letras de Regulación Monetaria son instrument­os emitidos por el BCU para regular la liquidez estructura­l del sistema financiero.

Existen en pesos y en Unidades Indexadas. Se emiten para plazos que van desde 30 días a 2 años.

3) Los Instrument­os de Sintonía Fina son utilizados por el BCU para intervenir en el mercado a plazos cortos cuando las condicione­s de liquidez, reflejada en la tasa media del mercado,no son consistent­es con la tasa de referencia.

3) Bank of England Monetary Policy Committee (1999) “The transmissi­on Mechanism of Monetary Policy”, Friedman (1961) “The lag in effect of monetary policy”.

El fracaso de la desregulac­ión eléctrica en el Estado de Texas

 ??  ?? CONSECUENC­IAS DE LOS CAMBIOS
CONSECUENC­IAS DE LOS CAMBIOS

Newspapers in Spanish

Newspapers from Uruguay