VALLE DEL LUNAREJO paisajes convertidos en maravilla
Donde aflora el acuífero Guaraní, reservas de agua dulce, se encuentra el Valle del Lunarejo, paisaje protegido desde 2009
En Rivera hay un paraíso a ser descubierto por los uruguayos. Muy cerca de Tranqueras, se encuentra el paisaje protegido Valle Del Lunarejo, un área con senderos, saltos de agua, piscinas naturales y un cerro tan bonito que hasta lleva ese nombre. Este entorno natural, único en el país, se convirtió en la cuarta maravilla uruguaya.
Valle del Lunarejo es “un entorno natural espectacular por conocerse”: así lo definió Flavio Cohelo, quien hace nueve años trabaja en Posada Lunarejo. “Es el Uruguay que todavía no se descubrió porque el turismo en esa zona del país es reciente”.
Gabriel Berruti, quien nació en la zona y tiene campos allí desde hace más de 15 años, se define como “gran fan” del Lunarejo por ser una zona “muy bonita”; sin embargo, el paisaje protegido tiene un gran desafío: progresar en infraestructura e inversión para potenciar el turismo y convertirlo en una alternativa de vacaciones en el país.
“Está en pañales la parte turística, todas las expresiones son de gente que lo hace muy a pulmón”, agregó a El País.
Varias familias “comenzaron, hace algunos años, a darle una faceta turística”, dijo Cohelo en la misma línea. “Podemos convertirnos en uno de los principales puntos turísticos del país”, sostuvo. No obstante, explicó que ya se siente la falta de alojamiento y una mayor variedad de servicios.
CONEXIÓN NATURAL. Cuando te adentrás en sus senderos y quebradas deja de haber conexión telefónica. El sonido de las chicharras y del agua corriendo entre las rocas invitan sí a una conexión con el entorno natural.
“Esta mancha verde que se ve en el mapa es un corredor biológico que hay que cuidar y preservar”, explicó Efraín Esteves, guía turístico del grupo Lunarejo Aventura. Y es que Lunarejo tiene un entorno muy particular: una vegetación exuberante y una “energía diferente”.
Camino a una de las cascadas más pronunciadas de la zona, Cascada Grande, se pueden encontrar árboles con líquenes, indicadores de la pureza del aire del lugar. Efraín destacó que esta es una de las características de la zona: “Hay una muy buena preservación y cuidado del medioambiente”.
Poco antes de llegar a esa piscina natural, está la Cascada del lndio, llamada así porque una de las rocas que da lugar al salto del agua dibuja en su silueta el rostro de un indio. En ambas se puede disfrutar de un cálido chapuzón.
También se puede acceder, con guía turístico, al pozo del Coatí, lugar que, por su color y por su temperatura, invita a quedarse largo rato dentro de sus aguas. O a la Cascada del Puma, un sitio escondido tras un sendero empinado.
CONOCER EL VALLE. La zona, que se incorporó al Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SNAP) en el año 2009, tiene la particularidad de que está formada por predios privados.
“Nuestra función –explica
Efraín– es guiar y conectar con los propietarios. Los guías son muy importantes en esta zona por ser conocedores del lugar”.
Cohelo, Efraín y un grupo de amigos decidieron crear Lunarejo Aventura. Los servicios que ofrecen son variados: desde senderismo, recorridas en 4x4, cabalgatas, paseos para conectar con el entorno y también diversos hospedajes como camping o posadas.
Lunarejo, para Sergio Darín, uno de los integrantes de este grupo, pasó a ser una maravilla “por el entorno natural que lo convierte en un destino espectacular” y por eso su objetivo es mostrar cada rincón del valle.